Ateísmo
(En griego “a”, no; “Theos”, dios: sin dios.) El ateísmo es la negación científicamente argumentada de la religión, de la creencia en milagros, en la vida de ultratumba, &c. El ateísmo nació en la antigua Grecia. Los materialistas Demócrito y Epicuro, y más tarde el filósofo romano Lucrecio Caro, negaban la existencia de algo sobrenatural, y enseñaban que en el mundo no hay nada fuera de la materia, que existe eternamente y se compone de átomos. En los siglos XVI y XVII, durante el período de la lucha de la burguesía contra el feudalismo, los descubrimientos científicos hechos por Copérnico, Giordano Bruno, Galileo y otros, asestaron un golpe destructor a las concepciones religiosas oscurantistas del mundo y de su constitución. Spinoza (Holanda) y Hobbes (Inglaterra), asestaron un golpe no menos eficaz a la dogmática religiosa y a la escolástica teológica. Ímpetu particularmente extenso y agudeza especial adquirió la lucha contra la concepción religiosa del mundo durante el período de la preparación de la revolución burguesa de 1789 en Francia. Los representantes más grandes del materialismo francés del siglo XVIII (Diderot, Helvecio, Holbach, La Mettrie y otros) desenmascararon implacablemente el charlatanismo de los clericales que explotaban la ignorancia de las masas populares. La literatura ateísta creada por los materialistas franceses, como señaló Lenin, no ha perdido aún en nuestros días su agudeza para la lucha contra la religión. Pero el ateísmo del período anterior a Marx adolecía de defectos sustanciales. Consideraba las creencias religiosas como producto del engaño charlatanesco de los clericales, por un lado, y de la ignorancia de las masas populares por el otro. El ateísmo burgués no estimaba posible superar las creencias religiosas más que mediante la ilustración. Sólo el marxismo dio una interpretación profunda, científica, de la conexión existente entre la religión y la explotación. Por primera vez en la historia, los fundadores del comunismo científico, Marx y Engels, haciendo extensivo el materialismo al terreno de los fenómenos sociales, pusieron al descubierto las raíces efectivas, materiales, de la religión, sus vínculos, dentro de una sociedad de clases, con la dominación de las clases explotadoras. El marxismo demostró que la religión es un instrumento para la esclavización espiritual de los trabajadores. Por oposición al ateísmo burgués, contemplativo, ilustrativo, que cree que es posible destruir la religión dentro de los marcos del régimen capitalista mediante la divulgación de conocimientos científicos, el marxismo-leninismo, como ateísmo militante, destaca el contenido clasista y explotador de la religión dentro de una sociedad de clases, y considera la lucha contra la religión como una de las formas de lucha contra el capitalismo en general. La lucha contra la religión es la lucha por el socialismo. En el proceso de la lucha revolucionaria, junto con el aumento de la conciencia política de los trabajadores, las capas avanzadas del proletariado, rompen ya bajo el capitalismo con los prejuicios religiosos. En cambio, la superación definitiva de las creencias religiosas no es posible sin la destrucción de la clase explotadora, cuya aureola sagrada es la religión. El Partido Bolchevique, en el transcurso de toda su historia, sostiene una propaganda consecuente de la concepción atea del mundo entre las amplias masas trabajadoras. En el programa del P. C. (b) de la U. R. S. S. (párrafo 13), se habla de la necesidad de realizar una amplia propaganda antirreligiosa. “El Partido, enseña Stalin, no puede permanecer neutral en lo que respecta a la religión, y desarrolla una propaganda contra toda clase de prejuicios religiosos, por cuanto el Partido defiende la ciencia, y los prejuicios religiosos van dirigidos contra ella, ya que toda religión es algo opuesto a la ciencia”. La Constitución Staliniana (Artículo 124), a la vez que concede a los ciudadanos de la U. R. S. S. la plena libertad de conciencia, la libertad de ejercicio de cultos religiosos, otorga también la libertad de propaganda antirreligiosa. La propaganda de la concepción dialéctico-materialista del mundo, única científica, y el perseverante esclarecimiento entre los trabajadores de lo nocivo de la religión, constituyen tarea muy importante del trabajo político y cultural. Como resultado de los éxitos del socialismo y del florecimiento de la ciencia y de la cultura, como resultado del enorme trabajo antirreligioso realizado por el Partido Bolchevique y por las organizaciones sociales, muchos millones de trabajadores de la U. R. S. S. han roto para siempre con la religión y con las organizaciones religiosas. Pero, puesto que con las supervivencias del capitalismo, quedan también las religiosas, en la conciencia de una parte de los trabajadores, la lucha contra la religión conserva todavía plena actualidad. La educación comunista de los trabajadores, la lucha por la formación de una conciencia comunista, incluye como elemento inalienable, la lucha por superar las supervivencias religiosas.
Diccionario filosófico marxista · 1946:19-20
Ateísmo
(Sin Dios). Negación, científicamente fundada, de la religión, en la vida de ultratumba, &c. El ateísmo nació en la Antigua Grecia. Los materialistas Demócrito y Epicuro negaban lo sobrenatural y enseñaban que en el mundo nada hay fuera de la materia, compuesta de átomos.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:10
Ateísmo
(Del griego, ά: sin; ϑεός: dios.) Negación de la religión, de la creencia en los milagros, en la vida de ultratumba, &c. Los filósofos materialistas griegos, Demócrito (ver), Epicuro (ver) y más tarde Lucrecio (ver), y otros, negaban lo sobrenatural y enseñaban que en el mundo no hay nada más que una materia eterna compuesta de átomos. En los siglos XVI y XVII, en la época en que la burguesía estaba en conflicto con el feudalismo, los descubrimientos científicos de Copérnico (ver), de Giordano Bruno (ver), de Galileo (ver) y otros, aplicaron un golpe aplastante a las representaciones religiosas, absurdas del mundo y de su estructura. Spinoza (ver) en el siglo XVII y los grandes materialistas rusos del siglo XVIII, Lomonósov (ver) y Radishchev (ver) aplicaron un golpe no menos sensible al dogmatismo religioso y a la teología escolástica. En vísperas de la Revolución Francesa de 1789, la lucha contra la concepción religiosa del mundo fue particularmente intensa. Diderot (ver), Helvecio (ver), Holbach (ver), La Mettrie (ver) y los demás filósofos materialistas franceses del siglo XVIII, pusieron en descubierto al clero, que aprovechaba la ignorancia de las masas para explotarlas. La literatura atea creada por los materialistas franceses, no ha perdido nada de su actualidad para la lucha antirreligiosa, decía Lenin. Pero el ateísmo anterior a Marx tenía graves insuficiencias. No veía en la religión más que una superchería mantenida por el clero, y estimaba que la difusión de la instrucción sería suficiente para eliminar las creencias religiosas. Los revolucionarios demócratas rusos Belinski (ver), Herzen (ver), Ogariov (ver), Chernishevski (ver), Dobroliúbov (ver), Pisarev (ver), eran ateos militantes. Por medio de la elaboración y propaganda de la concepción materialista del mundo contribuyeron muchísimo a la lucha antirreligiosa. Sechenov (ver), Timiriazev (ver) y otros sabios rusos combatieron constantemente la religión desde un punto de vista rigurosamente científico. Pero sólo Marx y Engels, fundadores del comunismo científico, extendieron el materialismo a los fenómenos sociales y descubrieron las raíces verdaderas de la religión, sus raíces materiales, su vínculo con el dominio de las clases explotadoras.
El marxismo demuestra que la religión constituye un instrumento de la servidumbre espiritual de los trabajadores. El ateísmo contemplativo burgués juzga posible terminar con la religión en el marco del régimen capitalista por medio de la difusión de los conocimientos científicos. El marxismo-leninismo estima que sólo se puede vencer a la religión por medio del aplastamiento del régimen de explotación y por la edificación de la sociedad comunista. Y bajo el régimen capitalista, en el transcurso de la lucha revolucionaria, a medida que progresa la conciencia política de los trabajadores, los proletarios de vanguardia rompen con los prejuicios religiosos. Pero las creencias religiosas pueden ser definitivamente vencidas en el curso de la edificación comunista. El Partido Comunista de la Unión Soviética no ha cesado jamás de propagar metódicamente el ateísmo entre las amplias masas de trabajadores. La Constitución de la URSS (art. 124) asegura a los ciudadanos soviéticos la absoluta libertad de conciencia, la libertad de practicar los cultos religiosos, al mismo tiempo que la libertad de la propaganda antirreligiosa. La gran masa de los trabajadores de la URSS ha roto para siempre con la religión y las organizaciones religiosas, pero no obstante, una parte de la población se halla todavía bajo la influencia de la religión. La propaganda del materialismo, única concepción científica del mundo, y la explicación paciente del carácter nocivo de la religión, constituyen unas de las tareas más importantes del trabajo educativo entre las masas. La lucha contra los prejuicios religiosos forma parte integrante de la educación comunista de los trabajadores.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:30-31
Ateísmo
(Del griego άϑεός: sin Dios, que niega a Dios.) Sistema de ideas que niega la fe en lo sobrenatural (espíritus, dioses, vida de ultratumba, &c.). El objeto del ateísmo es explicar las fuentes y causas del origen y existencia de la religión, criticar las creencias religiosas desde el punto de vista de la visión científica del mundo, aclarar el papel social de la religión, señalar de qué manera pueden superarse los prejuicios religiosos. La aparición y progreso del ateísmo están unidos al avance de los conocimientos científicos. En cada época histórica, el ateísmo ha reflejado el nivel de conocimientos alcanzados y los intereses de las clases que lo utilizan como arma ideológica. Su base filosófica es el materialismo. El contenido positivo y las insuficiencias de tal o cual forma de ateísmo se hallan condicionados por las circunstancias económico-sociales concretas de cada período determinado, por el grado de desarrollo de la ciencia y de la filosofía materialista. La lucha del ateísmo contra la religión está estrechamente unida a la lucha de clases. Aquél, como sistema de ideas, surgió en la sociedad esclavista. Se encuentran importantes elementos ateístas en Tales, Anaxímenes, Heráclito, Demócrito, Epicuro y Jenófanes. Era característico del ateísmo de estos pensadores el explicar todos los fenómenos por causas naturales, el tener un carácter ingenuo y especulativo, el combinar contradictoriamente la negación de la fe religiosa con el reconocimiento de los dioses. En la Edad Media, dada la preponderancia de la Iglesia y de la religión, el ateísmo no alcanzó importante desarrollo. Contribuyó en gran manera a quebrar el predominio de la religión, el ateísmo burgués: Spinoza los materialistas franceses, Feuerbach y otros. La obra de los ateístas burgueses, al poner al descubierto el carácter reaccionario de la Iglesia, tuvo su importancia histórica en la lucha contra el feudalismo y contribuyó a derrocarlo. Por otra parte, el ateísmo burgués era limitado y poco consecuente, hacía hincapié en la ilustración e iba dirigido a un pequeño círculo de personas, no al pueblo. Los demócratas revolucionarios rusos fueron ateos combativos y consecuentes. El ateísmo alcanza su forma más rigurosa en el marxismo-leninismo. Los intereses del proletariado, su posición y su papel en la sociedad, coinciden con las tendencias objetivas del desarrollo de la misma, lo cual hace que el ateísmo marxista se vea libre de la limitación clasista típica de sus formas no marxistas. La base filosófica del ateísmo marxista consiste en el materialismo dialéctico e histórico. El ateísmo marxista posee un carácter militante. Por primera vez en la historia, se hace una crítica multilateral de la religión, se señala cuáles son los caminos y los medios que conducen a su plena superación. El ateísmo marxista ha establecido que esta superación sólo podrá ser completa cuando se hayan aniquilado las raíces sociales de la religión en el proceso de formación de la sociedad comunista. La experiencia de la U.R.S.S., donde el ateísmo ha adquirido un carácter de masas, constituye una confirmación práctica de que estos principios son justos. Al construirse el comunismo, se va formando un nuevo hombre, libre de supervivencias religiosas y de otro tipo, un hombre armado con una concepción atea y científica del mundo.
Diccionario filosófico · 1965:28
Ateísmo
(del griego, a, negación, y tehos, dios). Sistema de puntos de vista científicamente fundamentados que rechazan la fe en lo sobrenatural. “..el ateísmo representa la negación de dios y afirma el ser del hombre justamente por medio de la negación” (Marx). Ser ateísta quiere decir no reconocer ninguna religión. El desarrollo del ateísmo viene determinado por el nivel de la producción material y de las relaciones sociales; su base teórica es el materialismo y la ciencia. La lucha ideológica que libra el ateísmo contra la religión refleja la batalla que libran las fuerzas del progreso y las reaccionarias. El ateísmo apareció en la sociedad antigua como un aspecto de la concepción materialista de la historia. Los destacados filósofos materialistas Demócrito, Epicuro y Lucrecio Caro contribuyeron de modo importante a su desarrollo. El ateísmo burgués, que jugó gran papel en el socavamiento de la influencia de la religión, representó una etapa destacada en la formación del ateísmo. Alcanzó la cúspide en las obras de los materialistas franceses del siglo XVIII (Diderot, Holbach, Helvecio) y del materialista alemán Ludwig Feuerbach. Estos pensadores desenmascararon apasionadamente el carácter anticientífico de la religión, cuyas raíces las veían en la ignorancia del pueblo, en la falsedad e hipocresía de la moral religiosa. El ateísmo burgués era, sin embargo, inconsecuente y limitado, no pudo descubrir las raíces sociales de la religión ni mostrar los caminos de su superación, aparte de que no tuvo difusión entre las masas populares. Un ateísmo combativo fue propio también a los puntos de vista de los demócratas revolucionarios rusos (Hertzen, Chernichevski, Dobroliúbov). El ateísmo consecuentemente científico se abre paso con la aparición del marxismo. El ateísmo marxista se formó en la lucha revolucionaria del proletariado por el socialismo. Su base filosófica es el materialismo dialéctico e histórico. El ateísmo marxista opone la imagen científica del mundo a las concepciones religiosas. Fue el ateísmo marxista el que por primera vez reveló las raíces sociales y gnoseológicas de la religión, el que puso en evidencia su carácter antihumanista y desenmascaró su papel como defensora del régimen explotador al servir de instrumento para embrutecer a los trabajadores y sembrar en ellos la sumisión y la humildad. Pero no se limita a desenmascarar la esencia de la religión, sino que se plantea el objetivo de librar totalmente al pueblo del yugo religioso, establece las vías para superar las creencias religiosas. En la sociedad capitalista la religión es producto y reflejo del yugo económico. Sólo al través de la lucha clasista contra sus opresores, los obreros pueden librarse de los prejuicios religiosos. La eliminación del yugo económico, la liquidación de las clases explotadoras, crea las condiciones indispensables para librar a los trabajadores de la influencia espiritual de la religión y para la difusión masiva del ateísmo. Con la edificación del socialismo quedaron socavadas las raíces sociales de la religión. Sin embargo, durante un período bastante prolongado se mantienen todavía vestigios de creencias religiosas en una parte de los trabajadores, como vestigios del pasado, impidiéndoles incorporarse a una participación activa en la edificación de la nueva sociedad, en la vida político-social del país. Esta es la razón de que la formación de la conciencia ateísta-científica entre las amplias masas populares adquiera importancia muy grande. La superación de los residuos religiosos transcurre bajo la influencia de los éxitos obtenidos en la edificación del comunismo. Sin embargo, es imposible su total eliminación si no se realiza una intensa e inteligente propaganda del ateísmo científico que se apoye en las realizaciones de la ciencia contemporánea, la cual pone más y más al descubierto el cuadro científico del mundo, incrementa el poder del hombre sobre la naturaleza y no deja sitio a las fantásticas invenciones de la religión respecto a la existencia de fuerzas sobrenaturales.
Diccionario marxista de filosofía · 1971:22-23
Ateísmo
(griego a: negación, y theos: Dios.) Sistema de criterios que niegan la fe en lo sobrenatural (espíritus, dioses, vida de ultratumba, &c.); negación de toda religión. En cada época histórica, el ateísmo reflejó el nivel alcanzado de conocimientos y los intereses de las clases y los grupos sociales, de quienes fue arma ideológica. El ateísmo está enlazado indisolublemente con las concepciones materialistas de la naturaleza. Como sistema de criterios, el ateísmo surgió en la sociedad esclavista. Considerables elementos de ateísmo figuran en las doctrinas de Tales, Anaxímenes, Heráclito, Demócrito, Epicuro, Jenófanes y Lucrecio Caro, que trataban de explicar todos los fenómenos por causas naturales. Su ateísmo reviste un carácter ingenuo, especulativo e inconsecuente. En el Medioevo, en las condiciones de la prepotencia de la Iglesia y la religión, el ateísmo no experimentó un desarrollo sensible. En la ruptura del dominio de la religión tuvo gran importancia el ateísmo burgués, cuyos representantes eran Spinoza, los materialistas franceses del siglo 18, Feuerbach y otros. La denuncia del carácter reaccionario de la Iglesia, por los ateos burgueses en los países europeos, desempeñó un papel histórico en la lucha contra el feudalismo y coadyuvó a su derrocamiento. Al mismo tiempo, el ateísmo burgués era inconsecuente y limitado, revestía carácter ilustrador y estaba dirigido a un grupo reducido de personas. Los demócratas revolucionarios rusos eran ateos militantes. El ateísmo toma forma consecuente en el marxismo-leninismo. Los intereses del proletariado, su situación y el papel que desempeña en la sociedad coinciden con las tendencias objetivas del desarrollo de la misma, en virtud de lo cual el ateísmo marxista está exento de la estrechez de clase, típica de sus formas no marxistas. La base filosófica del ateísmo marxista es el materialismo dialéctico e histórico, por lo cual las opiniones ateas adquieren por primera vez un carácter científico. El objeto del ateísmo científico es el esclarecimiento de las raíces sociales y gnoseológicas, las causas del surgimiento y la existencia de la religión, la crítica de las doctrinas religiosas desde el punto de vista de la concepción científica del mundo, el establecimiento del papel social de la religión en la sociedad y la determinación de las vías de superación de los prejuicios religiosos. La liquidación del yugo socio-económico y nacional mina las raíces sociales más profundas de la religión. Sin embargo, una parte de la población sigue conservando los prejuicios religiosos, que se distinguen por una gran vitalidad. Para superarlos se necesitan no sólo las transformaciones socio-económicas, sino, también, una activa labor educativa, flexible y perseverante. En el curso de la edificación del comunismo se está formando un hombre nuevo, libre de las supervivencias religiosas y otras del pasado, hombre pertrechado con una concepción del mundo atea y científica.
Diccionario de filosofía · 1984:27-28