Filosofía en español
(del latín “elementum”: substancia primaria.) Concepto que designa las partículas primarias de la materia, de cuyas combinaciones se forma toda la diversidad de objetos del mundo material. El concepto de elemento surge con carácter necesario en el proceso del conocimiento histórico de la naturaleza y refleja el nivel del saber humano acerca de la estructura de la materia. Con el desarrollo de la ciencia, este concepto modifica su contenido y se enriquece. Los materialistas de la antigua Grecia tomaban como elemento único del mundo ya fuera el agua (Tales), ya el aire (Anaxímenes), ya el fuego (Heráclito). Los filósofos de la época clásica: Demócrito y, más tarde, Epicuro, formularon la teoría de los átomos como partículas pequeñísimas e indivisibles de la materia. En el desarrollo de la teoría de la materia, siempre ha existido una contradicción entre la tendencia de los científicos a buscar los elementos más simples de la materia y la ausencia de tales elementos en la naturaleza, dado que la materia es infinita e inagotable en profundidad. Los grandes descubrimientos científicos de fines del siglo XIX socavaron las representaciones imperantes acerca de la existencia de partículas materiales primarias y sin estructura. La física actual ha demostrado la complejidad que ofrece la estructura de los electrones, de los neutrones y de otras partículas “elementales” con lo cual ha confirmado la concepción materialista dialéctica en el sentido de que la naturaleza (la materia) no tiene elementos simplísimos, indivisibles. “El electrón es tan inagotable como el átomo, la naturaleza es infinita...” (V. I. Lenin, t. XIV, pág. 249. “Materialismo y empiriocriticismo”, E.P.U., 1959, pág. 290).
Diccionario filosófico · 1965:134
(latín elementum.) Concepto del objeto que forma parte de un sistema determinado y que se estudia en su marco como indivisible (por ejemplo, el átomo en el sistema “molécula”, el electrón en el sistema “átomo”, &c.). Ahora bien, lo “indivisible” en un sistema es divisible en el otro. El concepto de elemento surge necesariamente en el proceso del conocimiento histórico de la naturaleza. Los primeros materialistas antiguos griegos reconocían como elemento indivisible del mundo o bien el agua (Tales), o bien el aire (Anaxímenes), o bien el fuego (Heráclito). Los filósofos antiguos como, por ejemplo, Demócrito y, más tarde, Epicuro formularon la doctrina de los átomos como partículas minúsculas indivisibles de la materia. En el desarrollo de la doctrina de la materia siempre ha existido la contradicción entre el afán de los naturalistas de encontrar los elementos más simples de la materia y la ausencia de ellos en la naturaleza, debido a la infinitud y la inagotabilidad de la materia. A fines del siglo 19, los grandes descubrimientos en el campo de las ciencias naturales socavaron las representaciones existentes sobre la existencia de los átomos primarios o carentes de estructura. La física moderna trata de demostrar la complejidad de la estructura de los electrones, neutrones y otras partículas consideradas como elementales, confirmando así la tesis de que en la naturaleza no existen elemento simplísimos, no descomponibles.
Diccionario de filosofía · 1984:131