Filosofía en español 
Filosofía en español

Empirismo lógico

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Empirismo lógico

Corriente de la filosofía burguesa contemporánea; es la continuación directa del positivismo lógico de fines de los años veinte y comienzos de los años treinta de nuestro siglo y aparece como una de las variantes de la filosofía analítica. Los representantes principales del empirismo lógico son Carnap, Reichenbach, Feigl, Hempel, Bergmann y Frank. El empirismo lógico conserva invariables las ideas básicas del positivismo lógico, a saber: la tesis sobre la reducción de la filosofía al análisis lógico del lenguaje (ahora no sólo sintáctico, como ocurría a comienzos de los años treinta, sino, ademas, semántico –semántica lógica) y la tesis sobre la imposibilidad de justificar teóricamente la existencia de la realidad objetiva, &c.; pero se ha modificado algo en comparación con el positivismo lógico inicial; en particular los empiristas lógicos han rectificado el subjetivismo extremo del Círculo de Viena. Así, en calidad de “lenguaje empírico de la ciencia”, el empirismo lógico presenta el denominado lenguaje real, que expresa fenómenos físicos sensorialmente perceptibles, y no el lenguaje de las vivencias personales del sujeto. Esto no significa, sin embargo, adscribirse a las posiciones del materialismo, dado que la aceptación del lenguaje real no implica, para el empirismo lógico, aceptar la afirmación teórica de que el mundo de las cosas tiene existencia objetiva. El empirismo lógico desecha asimismo el principio mantenido en el período del Círculo de Viena de que el conocimiento científico puede reducirse a lo empíricamente dado. No obstante, el empirismo lógico ve en los conceptos científicos tan sólo formas “cómodas” y “adecuadas” de la organización de lo sensorialmente dado, y no un reflejo de la realidad objetiva. Reconocer que el saber científico, además de lo empíricamente dado, posee un contenido suprasensorial específico, en esencia no concuerda con las ideas gnoseológicas iniciales del Círculo de Viena, con el principio de la verificabilidad y otros, cuya vigencia intenta conservar el empirismo lógico. Ello conduce al carácter interiormente contradictorio y ecléctico de su doctrina gnoseológica. El empirismo lógico, como corriente filosófica, padece una profunda crisis interna, que se refleja en la renuncia a los programas grandilocuentes característicos del positivismo lógico de los primeros tiempos, en la aceptación de variantes de compromiso, más débiles, en el desplazamiento del centro de gravedad de las investigaciones desde los amplios problemas filosóficos al estudio de cuestiones lógicas y metodológicas concretas, donde los representantes del empirismo lógico han realizado meritorios trabajos.

Diccionario filosófico · 1965:137-138

Empirismo lógico

Variante de la filosofía analítica, que constituye una continuación directa del positivismo lógico de fines de los años 20 y comienzos de los 30 del siglo 20. Los representantes principales del empirismo lógico son Carnap, Reichenbach, Frank. En calidad de “lenguaje empírico de la ciencia”, el empirismo lógico proponía el denominado lenguaje sustancial, que expresa los fenómenos físicos perceptibles por los sentidos, y no el lenguaje de las vivencias personales del sujeto. Esto no significaba, empero, el paso a las posiciones del materialismo filosófico, porque la acepción del lenguaje sustancial no estaba enlazada para el empirismo lógico con el reconocimiento de la afirmación teórica sobre la existencia objetiva del mundo de las cosas. El reconocimiento de que el saber científico posee, además de lo empíricamente dado, un contenido suprasensorial específico no se concordaba en esencia con las ideas gnoseológicas de partida del Círculo de Viena –principio de la verificabilidad, &c.–, a las cuales el empirismo lógico trataba de seguir siendo fiel. Esto condujo al carácter contradictorio y ecléctico de su doctrina, lo cual condicionó una profunda crisis interna del empirismo lógico, a partir de mediados de los años 50, que se expresaba en la renuncia a los ambiciosos programas, típicos del positivismo lógico temprano, y en la aceptación de variantes debilitadas de compromiso.

Diccionario de filosofía · 1984:133-134