En torno al problema de la dialéctica
Título de un trabajo de V. I. Lenin, publicado en sus Cuadernos Filosóficos (ver) y en el tomo XIII de sus Obras Completas (edición rusa). Vio la luz por vez primera en 1925, en la revista Bolchevik nº 5-6. En este pequeño fragmento, Lenin hace en forma sucinta un profundo análisis de los problemas fundamentales de la dialéctica materialista, estudiando la contraposición entre dialéctica y metafísica, y poniendo de relieve la diferencia existente entre estas dos concepciones fundamentales sobre el desarrollo. La concepción metafísica, señala Lenin, examina el desarrollo como un aumento o disminución cuantitativos, como una mera repetición. Con la interpretación metafísica del movimiento, queda en la sombra su fuero motriz, la fuente del movimiento, o bien dicha fuente es trasladada al exterior (invocando a un dios, a un absoluto, &c.). Esta concepción es muerta, pálida, seca. La interpretación dialéctica del movimiento es la única viva: sólo ella “da la clave del automovimiento” de todo lo existente; sólo ella da la clave de los “saltos”, de la “solución de continuidad”, de la “transformación en los contrarios”, de la “destrucción de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo”. La esencia de la concepción dialéctica, dice Lenin, consiste en la interpretación del movimiento como “automovimiento”, como la lucha entre tendencias contrapuestas, necesariamente anidadas en cada fenómeno. Lenin ilustra esta tesis con ejemplos: en matemáticas, los signos de + y —; el cálculo diferencial y el integral; en mecánica acción y reacción; en física, electricidades positiva y negativa; en química, unión y disociación de los átomos; en la ciencia social, la lucha de clases. Lenin señala que Plejanov no había comprendido el carácter general de la ley de la unidad y lucha de los contrarios, reduciéndola a una suma de ejemplos. Lenin da en este bosquejo un análisis genial de las raíces gnoseológicas y de clase del idealismo. Hace notar que en el transcurso de toda su historia el idealismo fue el camino directo hacia el clericalismo, hacia la religión. “Y el clericalismo (= idealismo filosófico), claro está, tiene raíces gnoseológicas; el clericalismo tiene su suelo, es indiscutiblemente una flor infecunda, que crece y trepa por el árbol viviente del conocimiento humano vivo, fecundo, auténtico, poderoso, omnipotente, objetivo y absoluto”. El trabajo de Lenin constituye una de las fuentes indispensables para el estudio de los problemas fundamentales del materialismo dialéctico.
Diccionario filosófico marxista · 1946:96