Filosofía en español 
Filosofía en español

Espontaneidad y conciencia

Espontaneidad y conciencia

A fines de la década del 90 del siglo pasado y a principios del actual, entre los marxistas revolucionarios, por un lado, y el ala oportunista de la socialdemocracia, los “economistas”, tuvo lugar una lucha en torno al problema del valor de la espontaneidad y del elemento consciente en el movimiento obrero. Los marxistas revolucionarios, con Lenin a la cabeza, consideraban que el objetivo fundamental de los marxistas consiste en organizar un partido de la clase obrera centralizado e independiente; partido pertrechado con una teoría revolucionaria. Consideraban que sin un partido semejante no es posible fusionar el socialismo con el movimiento obrero, dotar al movimiento de una orientación socialista. Los marxistas sostenían que la clase obrera, en virtud de su situación económica y política, no puede por sí misma elaborar una ideología socialista. Lenin demostró que la doctrina del socialismo surgió sobre la base del movimiento obrero, de las teorías filosóficas, históricas y económicas que fueron creadas por los representantes cultos de las clases pudientes, los intelectuales. La clase obrera, por sí misma, ateniéndose exclusivamente a sus propias fuerzas, está en condiciones de elaborar solamente una conciencia tradeunionista (sindicalista), es decir, una conciencia que no alcanza a comprender los intereses básicos de clase del proletariado. La conciencia socialista es aportada a la clase obrera desde fuera, por los intelectuales revolucionarios. En cambio, los “economistas”, agentes de la burguesía en el movimiento obrero, se prosternaban servilmente ante la espontaneidad del movimiento obrero, desconocían el papel de la teoría de avanzada, el papel del elemento consciente, considerando que, ya que los obreros marchan espontáneamente, automáticamente, hacia el socialismo, la socialdemocracia no debe tener injerencia en el movimiento obrero, ni inculcarle conciencia revolucionaria. Al negar el papel del elemento consciente en el movimiento obrero y la necesidad de la lucha política del proletariado contra el zarismo y el capitalismo, los “economistas” convertían el movimiento obrero en un apéndice de la burguesía liberal y sometían a los obreros a la ideología de la burguesía. Lenin caracterizó su posición como el programa “del oportunismo ilimitado que pasivamente se adapta a la espontaneidad”. “La teoría de la espontaneidad, escribe Stalin, es la teoría del menosprecio del papel del elemento consciente en el movimiento; la ideología del ‘seguidismo’ es la base lógica de todo oportunismo”. Lenin, por primera vez en la historia del pensamiento marxista, puso al desnudo hasta sus raíces las fuentes ideológicas del oportunismo- Elevó a enorme altura la significación de la teoría revolucionaria, del elemento consciente, del Partido como fuerza revolucionarizadora y dirigente del movimiento obrero; fundamentó brillantemente las tesis básicas del marxismo que establece que el partido marxista es la fusión del movimiento obrero con el socialismo. Demostró que sin una teoría revolucionaria tampoco puede haber un movimiento revolucionario, que el papel de combatiente de vanguardia lo puede desempeñar sólo un partido guiado por una teoría revolucionaria.

Diccionario filosófico marxista · 1946:101

Espontaneidad y conciencia

En los últimos años del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, se había entablado en Rusia una lucha entre los marxistas revolucionarios por una parte, y el ala oportunista de la socialdemocracia (“economistas”) por la otra, sobre la cuestión de la espontaneidad y la conciencia en el movimiento obrero. Los marxistas revolucionarios con Lenin a la cabeza, estimaban que la tarea principal de los marxistas era la de organizar un partido de la clase obrera, centralizado e independiente, pertrechado de una teoría revolucionaria. Sin un partido de ese género, no se podía concebir la realización de la fusión del socialismo y del movimiento obrero, la obra de imprimir al movimiento una dirección socialista. Lenin demostró que la doctrina socialista nació, sobre la base del movimiento obrero, de las teorías filosóficas, históricas y económicas elaboradas por hombres instruidos surgidos de las clases poseedoras, por los intelectuales. La clase obrera no está en condiciones de elaborar por sí misma, por sus propias fuerzas, la conciencia socialista, vale decir, una conciencia que se eleve a la comprensión de los vitales intereses de clase del proletariado. La clase obrera sólo puede elaborar una conciencia sindicalista. Para elaborar la conciencia socialista, es preciso poseer conocimientos científicos. Ahora bien, mientras la clase obrera sigue siendo una clase oprimida, carece de tiempo y de medios para elaborar esa conciencia socialista. Esta es elaborada entonces por los intelectuales revolucionarios. Pero no adquiere toda su significación, no se convierte en una fuerza sino cuando se extiende en la clase obrera, cuando el proletariado, después de haber adquirido conciencia de su situación, se dirige a grandes pasos hacia la lucha revolucionaria consciente por la revolución socialista. El partido del proletariado es el que desempeña el papel principal en la transformación de la lucha espontánea en lucha consciente. Por medio de su actividad, el partido del proletariado aporta a la clase obrera la conciencia socialista e imprime a la lucha espontánea de los proletarios un carácter consciente.

Los “economistas”, agentes de la burguesía en el movimiento obrero, se inclinaban ante la espontaneidad del movimiento obrero y despreciaban el papel de una teoría de vanguardia, el papel del elemento consciente. Según ellos, puesto que los obreros se dirigen espontáneamente hacia el socialismo, la socialdemocracia no debe intervenir en el movimiento obrero para introducir en él la conciencia revolucionaria. Al negar el papel del elemento consciente en el movimiento obrero, y la necesidad para el proletariado, de sostener una lucha política contra el zarismo y el capitalismo, los “economistas” trataban de hacer de la clase obrera un apéndice político de la burguesía liberal, de someter a los obreros a la ideología de la burguesía, de desarmar ideológicamente al proletariado en su lucha contra el capital. Lenin caracterizaba sus posiciones como una “...tendencia del oportunismo ilimitado, que se adapta en forma pasiva a la espontaneidad” (Lenin, “¿Qué hacer?” en Obras Escogidas, t. I, p. 224, Ed. esp., Moscú, 1948). La teoría según la cual es preciso someterse a la espontaneidad era difundida bajo una u otra forma en todos los partidos de la II Internacional. En la historia del pensamiento marxista, Lenin fue el primero en poner al desnudo los orígenes ideológicos del oportunismo. Y llevó a un grado elevado la importancia de la teoría revolucionaria, de la conciencia de las masas, el papel del partido como fuerza dirigente del movimiento obrero. Lenin justificó el principio marxista fundamental según el cual, el partido marxista es la fusión del movimiento obrero con el socialismo. Demostró que sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario, que sólo un partido guiado por una teoría de vanguardia puede cumplir el papel de combatiente de vanguardia. La solución que dio Lenin al problema de la fusión del movimiento obrero y del socialismo, desarrolla y profundiza las ideas de Marx y Engels al respecto.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:168-169

Espontaneidad y conciencia

Categorías del materialismo histórico que caracterizan la relación entre la ley histórica objetiva y la actividad del hombre dirigida hacia un determinado fin. Por espontaneidad se entiende el decurso del desarrollo social cuando el hombre no tiene conciencia de las leyes objetivas de ese desarrollo, no se encuentran bajo su control, cuando actúan a menudo, con la fuerza destructiva de los elementos de la naturaleza y la actuación consciente de las personas no conduce al logro de los fines propuestos, sino a resultados, incluso, totalmente inesperados. Se habla de conciencia en la actividad histórica cuando las personas actúan apoyándose en leyes del desarrollo social conocidas y lo orientan de manera sistemática hacia la consecución de fines determinados. Todas las formaciones sociales presocialistas se han desarrollado, en lo fundamental, espontáneamente. El paso del poder a la clase obrera encabezada por el Partido Comunista, el cambio de la propiedad privada sobre los medios de producción por la propiedad social, abren en la historia un nuevo período, el período de la creación histórica consciente. Sin embargo, la diferencia entre la actividad histórica de las personas bajo el socialismo y en las anteriores formaciones, no es absoluta. También antes, el hombre, en una u otra medida, actuaba apoyándose en las leyes objetivas de la historia, entrando poco a poco en conocimiento de algunas manifestaciones de la necesidad histórica. Por otra parte, también en el régimen socialista subsisten elementos de espontaneidad por no haberse investigado aún ciertas cuestiones de la ciencia social, por no saber aplicar plenamente las leyes objetivas, y también en virtud de cierto retraso de la conciencia social respecto al ser social. En el materialismo histórico, el problema concerniente a la espontaneidad y a la conciencia se examina en íntima conexión con la táctica del movimiento obrero y comunista. Es de importante trascendencia política como cuestión que afecta a la dirección de las masas por el partido y es objeto de enconada lucha con el reformismo y el revisionismo.

Diccionario filosófico · 1965:151-152

Espontaneidad y grado de conciencia

Categorías del materialismo histórico, que caracterizan la relación entre la regularidad histórica objetiva y la actividad concreta de los hombres orientada hacia un fin. Por espontaneidad se entiende la marcha del desarrollo social cuando sus leyes económicas y sociales no se concientizan por los hombres, no se hallan bajo su control y a menudo actúan con la fuerza destructora de los elementos de la naturaleza, mientras que las acciones conscientes de los individuos no conducen a la realización de los fines planteados, sino, por el contrario, llevan a resultados absolutamente inesperados para ellos. El grado de conciencia en la actividad histórica significa que los hombres actúan apoyándose en el conocimiento de las leyes del desarrollo social y lo orientan planificadamente hacia la realización de sus fines. Todas las formaciones socio-económicas presocialistas se desarrollaron preferentemente de manera espontánea. El paso del poder a la clase obrera, con el partido comunista a la cabeza, y la sustitución de la propiedad privada sobre los medios de producción por la propiedad social inauguran un nuevo período histórico, el de la creación histórica consciente. Pero la diferencia entre la actividad histórica de los hombres en el contexto del socialismo y en las formaciones presocialistas no es absoluta. También antes la actividad de los hombres se apoyaba, en una u otra medida, en las leyes objetivas de la historia, conociendo gradualmente algunas manifestaciones de la necesidad histórica. Esto se dejaba sentir sobre todo en los momentos cruciales del desarrollo social, bajo la presión de las tareas que iban madurando objetivamente (por ejemplo, en las revoluciones burguesas). Un rasgo característico del avance de la clase obrera y de su partido consiste en que ellos, apoyándose en las leyes de la historia, descubiertas por el marxismo, prevén la orientación fundamental del desarrollo y, actuando de manera perseverante en conformidad con dichas leyes, procuran hacer realidad los fines que tienen planteados. En el socialismo aumenta el papel del factor consciente. Sin embargo, existen aún elementos de espontaneidad debido a la insuficiente elaboración de unos u otros problemas de la ciencia social y el no aprovechamiento pleno de las leyes objetivas, así como en virtud de que la conciencia social se rezaga un tanto del ser social. El problema de la espontaneidad y el grado de conciencia no sólo tiene significación teórica, sino también gran importancia política práctica para que el partido comunista pueda guiar a las masas. El marxismo-leninismo sostiene una lucha, de un lado, contra el oportunismo y el revisionismo, que se caracterizan por la inclinación ciega ante la espontaneidad y la minimización el papel de la actividad organizadora consciente del partido de la clase obrera, y del otro, contra el voluntarismo y el subjetivismo, que prescinden de las leyes objetivas y del nivel de conciencia de las masas confiando tan sólo en la fuerza de las decisiones y acciones volitivas.

Diccionario de filosofía · 1984:145