Filosofía en español 
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Estímulos morales al trabajo

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Estímulos morales al trabajo

(del latín “stimulus”: aguijón). Hondas fuerzas internas que inducen al hombre a trabajar por motivos de orden moral, ideológico, político y científico; desinteresada aplicación del hombre al trabajo en aras de una idea. Los estímulos morales están estrechamente ligados al interés material por el trabajo, interés que desempeña un papel inmenso en la primera fase del comunismo. La esencia y las formas de todos los estímulos al trabajo están condicionadas por factores sociales. Bajo el socialismo, los estímulos morales se han formado sobre la base de hondos cambios sociales (se liquida la propiedad privada y se afirma la propiedad social sobre los medios de producción, se elimina la explotación del hombre por el hombre, se establece una colaboración de camaradería y la ayuda mutua entre trabajadores libres e iguales en derechos) y de cambios radicales en el mundo espiritual del hombre. En la sociedad socialista, los principales estímulos morales al trabajo son: la toma de conciencia, por el trabajador, de la utilidad de su trabajo; el afán de obtener satisfacción de éste y de la aplicación creadora de sus aptitudes espirituales y físicas; el deseo de conquistar el respeto de la colectividad a que pertenece, y de la sociedad; la aspiración atriunfar en la emulación del trabajo. Los estímulos del trabajo, bajo el socialismo, se manifiestan en la honestidad, abnegación, espíritu de iniciativa y de creación del trabajador. Las supervivencias de los estímulos morales burgueses al trabajo (la vanidad, el arribismo, la ambición, &c.) frenan elprogreso del socialismo. El desarrollo de los estímulos morales al trabajo es una de las condiciones importantes del tránsito al trabajo como primera necesidad vital.

Diccionario filosófico · 1965:157

Estímulos materiales y morales del trabajo

Motivos conscientes de la actividad humana, orientados a satisfacer la necesidad del hombre respecto al trabajo. Los estímulos materiales están enlazados con la necesidad del trabajo como medio de vida, y los morales, con la necesidad de la actividad laboral creadora que proporciona satisfacción por la importancia social de sus resultados. En cada formación socio-económica actúa determinado sistema de estímulos del trabajo constituido por un conjunto de fenómenos sociales (económicos, morales, ideológicos, &c.). El carácter y contenido de los estímulos se determinan por las relaciones sociales, el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y la perfección espiritual de la personalidad. Bajo el capitalismo dominan los intereses de la actividad empresarial privada, lo que condiciona el desarrollo deformado de los estímulos materiales en detrimento de los morales, cuya esfera de acción es limitada. Únicamente en las condiciones del socialismo es posible crear un sistema de estímulos basado en la unidad dialéctica de los estímulos materiales y morales. En la primera fase del comunismo, cuando el trabajo no se ha convertido aun en primera necesidad vital, la principal forma de incorporación de los hombres a la actividad laboral, de perfeccionamiento de su cualificación y de elevación de la productividad del trabajo es el interés material (remuneración según el trabajo). Lenin subrayaba que se puede conducir a las grandes masas al comunismo “no basándose directamente en el entusiasmo, sino en el interés personal, en la ventaja personal, en la autogestión financiera, valiéndose del entusiasmo despertado por la gran revolución” (t. 44, p. 151). El partido y el Gobierno atribuyen mucha importancia a la estimulación material personal y no dejan de perfeccionar sus formas: se amplían los derechos de las empresas en lo concerniente a la estimulación, se extienden el cálculo económico y los sistemas de premiación, se introduce el contrato por brigada, &c. Además de los materiales, tienen gran importancia los estímulos morales (condecoración con órdenes y diplomas, homenajes a los vanguardias de la producción, &c.), que, poseyendo relativa independencia, influyen directamente sobre los estímulos materiales. A su vez, estos últimos están estrechamente ligados a los morales. La unidad orgánica entre ellos se logra en la emulación socialista, lo que constituye una premisa de la plena utilización de las ventajas del régimen socialista. En la sociedad comunista, en la que el trabajo se convertirá en una necesidad vital y los hombres trabajarán sin esperar recompensa (Trabajo comunista), los estímulos morales serán los principales, y el interés material personal se fundiría plenamente con el interés material de la sociedad.

Diccionario de filosofía · 1984:151