Filosofía en español
Lucha armada entre estados o clases por la realización de sus fines económicos y políticos, continuación de la política por medio de la violencia.
El marxismo-leninismo rechaza la interpretación burguesa de la guerra como fenómeno eterno, inmanente a la naturaleza misma del hombre y de la sociedad humana, demuestra que esta interpretación es dictada por los intereses egoístas de los explotadores, que aspiran a nuevas guerras de conquistas. En realidad, la guerra es un fenómeno histórico-social, surgido en una etapa determinada del desarrollo de la sociedad humana y vinculado a condiciones de la vida social transitorias y pasajeras. Con la aparición de la propiedad privada, las clases y el Estado surgió la necesidad de destacamentos especiales de hombres armados, es decir, del ejército. La guerra se convirtió en un medio de la conquista de tierras ajenas y de la subyugación de los pueblos más débiles.
En base al estudio de la historia de las guerras, particularmente de las guerras de la época imperialista, Lenin llegó a la clasificación científica de las guerras. La teoría marxista-leninista parte del hecho de que hay dos tipos de guerras: las guerras justas, que no persiguen fines de conquista, liberadoras, y las guerras injustas, de conquista. Los objetivos de las guerras justas son: la defensa del país contra una agresión exterior, la liberación del pueblo de la esclavitud capitalista, la liberación de las colonias y países dependientes del yugo imperialista. Las guerras injustas persiguen el fin de la conquista y subyugación de países ajenos y de pueblos ajenos.
La fuente principal de las guerras contemporáneas radica en el sistema capitalista de economía y en las irreconciliables contradicciones internas que le son inherentes. Estas contradicciones aumentan, particularmente, en la época del imperialismo, cuando se agudiza extraordinariamente la lucha de los estados imperialistas por los mercados y fuentes de materias primas, por las esferas de inversión de capitales, por el dominio mundial.
Con la liquidación del capitalismo y la victoria del socialismo desaparecen las premisas económicas que originan las guerras. Pero esto no significa que no hay posibilidad de evitar una nueva guerra mundial, hasta tanto el socialismo no haya triunfado en el mundo entero. Después de la segunda guerra mundial se ha formado una fuerza política y social que dispone de medios poderosos para no permitir el estallido de una nueva guerra imperialista.
Esta fuerza está representada por el campo socialista, el movimiento obrero de los países capitalistas, así como por los estados que se pronuncian contra la guerra. La política de paz de la U.R.S.S. y otros países socialistas, que emana de las bases mismas del régimen socialista, parte de la posibilidad de la coexistencia y emulación pacíficas entre los sistemas socialista y capitalista, por un largo período.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:223-224
Manera de llevar a cabo una política de clase aplicando los métodos de la lucha armada. La explicación científica de la guerra se debe al marxismo. Marx y Engels refutaron la tesis de que la guerra es eterna y no se puede eliminar, demostraron que la guerra está condicionada por el predominio de la propiedad privada, por la política de las clases explotadoras. El marxismo-leninismo distingue dos tipos de guerra. Las guerras injustas, que se emprenden para mantener la política de las clases explotadoras, para aumentar su dominio y riquezas. Las guerras justas, que tienden a liberar al pueble de la opresión de clase y nacional. En la época imperialista, surgen guerras mundiales, lo cual se debe a la formación del sistema mundial de economía capitalista, al afán de la burguesía de conquistar mercados y colonias. Las guerras siempre han sido odiadas por las masas de los pueblos, pero únicamente con el establecimiento del primer Estado socialista de la historia, se ha opuesto a las fuerzas de la guerra una fuerza de la paz organizada. Como única alternativa sensata a la guerra elaboró Lenin los principios de la coexistencia pacífica. Aunque después de la Gran Revolución Socialista de Octubre el imperialismo dejó de ser un sistema social único, del cual dependía sin control el destino del mundo, la guerra mundial seguía siendo inevitable, dado que tanto en el sentido económico como en el militar el imperialismo era más fuerte que la U.R.S.S. Al transformarse el socialismo en un sistema mundial, y al modificarse radicalmente la correlación mundial de fuerzas en favor del socialismo, la guerra ha dejado de ser fatalmente inevitable, como se ha subrayado en las resoluciones del XX Congreso del P. C. de la Unión Soviética. El problema de la guerra y la paz es el problema capital de nuestro tiempo; en la época de la técnica de los cohetes y de las armas termonucleares, es un problema de vida o muerte para centenares de millones de personas. El proletariado, la humanidad progresiva, condenan todas las guerras en general, excepción hecha de la guerra justa de liberación y defensiva que se ve obligado a sostener un pueblo víctima de una agresión. La Unión Soviética ha presentado un programa amplio y real para conservar y consolidar la paz en el mundo, y en él inspira su política exterior. La superioridad cada vez mayor de las fuerzas del socialismo sobre las fuerzas del imperialismo, de las fuerzas de la paz sobre las fuerzas de la guerra, es una garantía de que antes ya de la plena victoria del socialismo en todo el orbe, la guerra mundial como recurso para solucionar los problemas en litigio desaparecerá de la vida de la sociedad. La misión histórica del comunismo estriba en aniquilar la guerra y afirmar la paz perpetua en la Tierra.
Diccionario filosófico · 1965:206-207
Lucha armada organizada entre Estados (o clases), que por su esencia sociopolítica es la continuación de la política de estos Estados (clases) con medios de la violencia armada. El marxismo dio la explicación científica de la guerra. Marx y Engels refutaron la tesis sobre la eternidad de las guerras y la imposibilidad de suprimirlas, mostrando que las guerras son propias de las sociedades divididas en clases antagónicas y están condicionadas por la dominación de la propiedad privada y la política de las clases explotadoras. El marxismo-leninismo distingue dos tipos de guerras. Las guerras injustas son la continuación de la política de las clases explotadoras y sirven al fortalecimiento de su dominio y a su enriquecimiento, impiden el progreso social, defendiendo lo anticuado, lo caduco. Las guerras justas persiguen el objetivo de liberar al pueblo de la opresión de clase y nacional. Ahora bien, en su curso la guerra puede cambiar de carácter: la guerra justa puede convertirse en injusta y viceversa. La valoración concreta del carácter de la guerra constituye la base teórica para determinar la actitud de la clase obrera y de su partido hacia ella. El proletariado y la humanidad progresista condenan todas las guerras en general, a excepción de la guerra justa, liberadora y defensiva, que se ve obligado a librar un pueblo víctima de la agresión. En la época del imperialismo surgen las guerras mundiales, lo cual se debe a la formación del sistema económico capitalista mundial y al afán de la burguesía de conquistar nuevos mercados y colonias. Sólo al surgir el primer Estado socialista en la historia –la URSS–, a las fuerzas de la guerra se opuso la fuerza organizada de la paz. Como única alternativa sensata a la guerra, Lenin formuló el principio de la coexistencia pacífica de los Estados con diferentes regímenes sociales. Al convertirse el socialismo en sistema mundial y cambiar radicalmente la correlación internacional de fuerzas a su favor, la guerra mundial dejó de ser fatalmente inevitable. La cuestión de la guerra y la paz es el problema más importante de la actualidad; en la época coheteril y termonuclear es el problema de la vida o la muerte de toda la humanidad. La Unión Soviética y otros países socialistas han presentado un amplio y real programa para preservar y fortalecer la paz universal y aplican este programa en su política exterior. La capacidad de las fuerzas adictas a la paz de conjurar una nueva guerra mundial no significa, empero, que actualmente se descarte toda posibilidad del surgimiento de la guerra. La naturaleza agresiva del imperialismo no ha cambiado, por lo cual se mantiene el peligro que éste representa para la paz, la libertad y la independencia de los pueblos. Sólo cuando el socialismo triunfe a escala mundial, se arrancarán definitivamente las raíces sociales y nacionales de las guerras. La misión histórica del comunismo consiste en eliminar las guerras y afianzar una paz eterna en la Tierra.
Diccionario de filosofía · 1984:198