Historia de la filosofía como ciencia
Historia de la filosofía como ciencia
Los gérmenes de la ciencia filosófico-histórica existían ya en la Grecia Antigua. En algunos diálogos de Platón se hace mención de las concepciones filosóficas de pensadores que le precedieron y de los que eran contemporáneos suyos. En el libro I de la Metafísica (ver) de Aristóteles se exponen y critican a la vez las concepciones de los jónicos, de Heráclito, Demócrito, de los eleáticos y de Platón. En la Física de Aristóteles se trata también de una serie de sistemas filosóficos naturalistas. En el siglo XIII, con el despertar del interés por Aristóteles y por la cultura antigua en general, aumenta enormemente el interés por la historia do la filosofía, pero los conocimientos de los europeos de aquel entonces eran todavía muy pobres, en este dominio, limitándose a fragmentos de las obras de Platón y de Aristóteles, traducidas muchas veces además no del griego, sino del árabe o del sirio. Durante la época del Renacimiento y en los tiempos posteriores hasta cerca del siglo XIX, se iban acumulando paulatinamente los conocimientos sobre los problemas filosófico-históricos, se iban publicando algunas monografías que aclaraban la filosofía de tal o cual pensador. Sin embargo, no había aún una exposición sistemática del curso, sujeto a leyes, del desarrollo del pensamiento filosófico en su lógica interna, en la continuidad de sus ideas. Cada uno de los filósofos declaraba todos los sistemas filosóficos precedentes como errados, y toda la historia del pensamiento filosófico era presentada como una original galería de disparates. Con su Historia de la Filosofía, en tres tomos, Hegel fue el primero en presentar la historia de la filosofía como una ciencia. El carácter general de su dialéctica idealista determinó también los principios de la construcción hegeliana de la ciencia filosófico-histórica. Por primera vez, Hegel comenzó a examinar la historia de la filosofía como un proceso del conocimiento en el que las fases superiores llevan implícitas las inferiores en calidad de momentos suyos, y en el que cada fase transitoria es un eslabón inevitable en toda la cadena del proceso del desarrollo. Este planteamiento auténticamente histórico de la filosofía está vinculado a la concepción puramente idealista de su interpretación. La historia de la filosofía era tratada por Hegel como el proceso del desarrollo sucesivo de las ideas, en el que se realiza el autodesarrollo del espíritu absoluto. Los distintos estadios en el desenvolvimiento de la filosofía denotan diversas fases del autoconocimiento del espíritu absoluto. Por eso, la sucesión de los sistemas en la historia de la filosofía es idéntica a la sucesión de las categorías en la definición de las ideas. De acuerdo con ello, los eleáticos, particularmente Parménides, expresaron con sus sistemas, a juicio de Hegel, el concepto del ser puro. El concepto del no ser puro, como reverso del concepto del ser puro, existía en la filosofía budista, y la síntesis del ser y del no-ser –el devenir–, en la filosofía de Heráclito. De la misma manera examinaba Hegel toda la historia posterior de la filosofía. Consideraba su propio sistema como la culminación del desarrollo filosófico, puesto que en dicho sistema, desde el punto de vista de su autor, el espíritu absoluto había llegado definitivamente a su autoconocimiento. La grandiosa construcción filosófico-histórica de Hegel padece de un esquematismo extraordinario: los hechos concretos de la historia de la filosofía son subordinados forzadamente a la idea concebida de antemano. Todo ello, sin embargo, no disminuye el enorme valor de la Historia de la filosofía hegeliana, como una obra que sienta las bases de esta disciplina científica. El desarrollo ulterior de la historia burguesa de la filosofía, aún en sus representantes como Kuno Fischer, Windelband, Ueberweg-Heinze, no logró después de Hegel ni una sola concepción generalizadora amplia que mereciera atención. La ciencia burguesa no dispone de una concepción filosófico-histórica única. La primera historia auténticamente científica de la filosofía fue creada por el marxismo-leninismo que, utilizando la médula racional de la concepción filosófico-histórica de Hegel, creó la ciencia filosófico-histórica basada en el materialismo histórico. Como cualquier otra forma de la conciencia social, también la filosofía y el curso de su desarrollo son determinados por el desarrollo de la existencia social, en última instancia, por el curso del desarrollo económico de la sociedad. En la sociedad dividida en clases, la filosofía como toda otra forma de la conciencia social, expresa la ideología de tal o cual clase. Al mismo tiempo que, como dice Engels, en filosofía al igual que en religión, “la conexión de las ideas con las condiciones materiales de la vida humana es aún más compleja y dificultada por eslabones intermedios” que en las demás ideologías. La economía de la Sociedad no se refleja en la filosofía de una manera directa e inmediata, sino a través de una serie de eslabones intermedios: política, moral, derecho, ciencias naturales y sociales, &c. Los intentos de ver en la filosofía un reflejo directo de la economía y de la técnica (ver: Schuliatikovismo), o de reducir cualquier sistema filosófico a un reflejo inmediato de las necesidades económicas y políticas ordinarias de la agrupación de clase a la que había pertenecido su autor, son, por eso, una desnaturalización del método marxista-leninista de abordar la historia de la filosofía. El marxismo-leninismo exige que se torne en cuenta todo lo complejo y contradictorio del proceso del reflejo de la existencia social en la filosofía, subrayando que en última instancia el curso de su desarrollo es determinado por el desarrollo de la economía. Además, el marxismo-leninismo tampoco pierde de vista la lógica interna del desarrollo de la propia ciencia filosófica, la continuidad de las ideas que en ella tiene lugar. Las ideas, las concepciones y las teorías filosóficas, heredadas de los anteriores períodos del desarrollo de la filosofía, se quiebran a través del prisma de las condiciones sociales de la nueva situación histórica. Así, la historia de la filosofía debe ser examinada como un proceso único que se desarrolla en conexión con todo el curso del desarrollo histórico de la sociedad. La lucha entre el materialismo y el idealismo es la ley más importante del desarrollo de la filosofía, y la historia científica de la filosofía debe analizar cada sistema filosófico ante todo desde el ángulo de su pertenencia a un determinado partido, a un determinado campo filosófico. Y esto es válido para todas las etapas del desarrollo del pensamiento filosófico. “La novísima filosofía tiene el mismo carácter de Partido que la de hace dos mil años” (Lenin). Por eso, las pretensiones de algunos filósofos de colocarse por encima de la lucha de los partidos filosóficos, “de elevarse por encima de la contradicción del materialismo y el idealismo” ni siquiera merecen el honor de una crítica. Además de la clasificación de los sistemas filosóficos de acuerdo con la solución que den al problema fundamental de la filosofía, la historia marxista de la filosofía concede la mayor importancia a su clasificación de acuerdo con su método filosófico fundamental (dialéctico o metafísico). El modo marxista de abordar los problemas filosófico-históricos excluye la interpretación arbitraria del carácter de los sistemas filosóficos tratados, así como la modernización de los antiguos sistemas filosóficos, y de los únicos criterios científicos de apreciación del pensamiento filosófico del pasado.
Diccionario filosófico marxista · 1946:133-135
Historia de la filosofía como ciencia
La historia de la filosofía como ciencia es una creación del marxismo. En el pasado, las tentativas de escribir una historia científica de la filosofía habían fracasado porque esas tentativas reposaban sobre la interpretación idealista de la historia de la sociedad y del origen de las ideas. Cada filósofo declaraba que los sistemas filosóficos anteriores eran sólo errores, y toda la historia de la filosofía era presentada así como una galería de ideas falsas. La primera tentativa apreciable de crear una historia sistematizada de la filosofía fue realizada por Hegel. Pero este filósofo trataba el asunto como idealista y no veía en él más que el desarrollo lógico de las ideas, encarnación del “espíritu absoluto”. Las etapas de la historia de la filosofía serían por lo tanto, grados de ese proceso en el curso del cual, el “espíritu absoluto” adquiere conciencia de sí. La historia hegeliana de la filosofía desconoce deliberadamente la corriente materialista, denigra a los filósofos materialistas y se esfuerza en desacreditarlos para exaltar el idealismo y afirmar que sólo la filosofía idealista merece ser considerada como filosofía. Después de Hegel no se ha visto ninguna doctrina digna de atención en toda la historia burguesa de la filosofía (Kuno Fischer, Windelband, Ueberweg-Heinze, &c.). Actualmente la historia burguesa de la filosofía ha caído tan bajo como la propia filosofía burguesa. Los autores burgueses de nuestros días desnaturalizan la historia de la filosofía, de la lucha secular del materialismo contra el idealismo, para justificar los sistemas más reaccionarios, más anticientíficos de los siglos pasados. Los filósofos burgueses no han sido jamás capaces de escribir una historia verdaderamente científica de la filosofía.
Una preciosa contribución al progreso de la historia de la filosofía fue aportada por los trabajos de los filósofos rusos del siglo XIX (particularmente por las Cartas sobre el estudio de la naturaleza de Herzen (ver) y las obras de Chernishevski (ver). Los Ensayos sobre el período gogoliano en la historia de la literatura rusa de Chernishevski, revisten una importancia particular para comprender las cuestiones relativas a la historia de la filosofía rusa).
Sólo la ideología del proletariado, el marxismo, provee el criterio justo y las ideas directrices de una historia científica de la filosofía. Apoyándose sólidamente en la concepción materialista de la sociedad, la historia marxista-leninista de la filosofía pone en descubierto las leyes reales del desarrollo de la filosofía y muestra que la evolución de las ideas y de las teorías filosóficas refleja el devenir social, los cambios del régimen económico de la sociedad. La teoría marxista de la base y de la superestructura (ver Base y superestructura) es de importancia capital para la concepción científica de la filosofía. De igual modo que las ideas políticas, jurídicas y demás, las ideas filosóficas constituyen una superestructura y se modifican en función de los cambios de la base. Como toda superestructura, las teorías filosóficas constituyen una fuerza activa del desarrollo social y contribuyen a la consolidación de la base. En una sociedad dividida en clases, la filosofía expresa la ideología de tal o cual clase. Por lo tanto, es preciso encarar la evolución y el cambio de las ideas filosóficas tomando en cuenta los cambios de la base social. La historia de la filosofía debe, pues, considerarse como un proceso inseparable de la historia de la sociedad.
Los trabajos de los clásicos del marxismo-leninismo revelan luminosamente las etapas esenciales de la historia de la filosofía, las aprecian bajo todos sus aspectos, critican los sistemas y las escuelas filosóficas más importantes. En su obra Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (ver), de importancia capital para la historia marxista de la filosofía, Engels pone de relieve el problema filosófico fundamental, el de las relaciones entre el pensamiento y el ser. Esto permitió definir científicamente las corrientes filosóficas fundamentales, y considerar la lucha del materialismo y del idealismo como la ley principal de la historia de la filosofía. Ciertos trabajos de Plejanov (ver), aunque no exentos de errores, poseen de igual modo un alto valor científico. La lucha contra los idealistas menchevizantes y los mecanicistas (ver Idealismo menchevizante; Materialismo mecanicista) contribuyó también a dilucidar los problemas de la historia marxista de la filosofía. En el curso de esta lucha fueron denunciadas las deformaciones idealistas y mecanicistas. La discusión filosófica organizada en la U.R.S.S. en 1947, por iniciativa del Comité Central del Partido Comunista, representa un aporte precioso al progreso de la historia marxista-leninista de la filosofía. La intervención de Zhdanov en nombre del Comité Central del Partido Comunista, y la discusión en su conjunto pusieron al desnudo los graves errores de la obra Historia de la filosofía en Europa Occidental que desnaturalizaba los principios marxistas-leninistas en la manera de abordar la historia de la filosofía al exponerla con espíritu objetivista y menospreciando el principio del espíritu de partido. Apoyándose en el hecho de que la lucha del materialismo y del idealismo constituye la ley del desarrollo de la filosofía, que sobre esta base se desarrolló la filosofía científica materialista, Zhdanov dio una definición precisa del objeto de la historia científica de la filosofía. Es “la historia del nacimiento, de la aparición y del desarrollo de la concepción materialista, científica del mundo y de sus leyes. Puesto que el materialismo ha crecido y se ha desarrollado en la lucha contra las corrientes idealistas, la historia de la filosofía es también la historia de la lucha del materialismo contra el idealismo”. Dentro de los términos de esta definición, el principio fundamental y decisivo de la historia marxista de la filosofía, es su espíritu de partido, su intransigencia hacia el objetivismo burgués en la apreciación de las corrientes filosóficas hostiles a la ciencia.
Zhdanov criticó la interpretación no marxista de la historia de la filosofía enfocada como una sucesión de escuelas con la filosofía marxista entre ellas. “La aparición del marxismo como ideología científica del proletariado”, decía Zhdanov, “dio fin al período antiguo de la historia de la filosofía, cuando la filosofía era ocupación de individuos aislados, patrimonio de escuelas compuestas de un pequeño número de filósofos y de sus discípulos, replegados en sí mismos, separados de la vida y del pueblo, ajenos al pueblo”.
“El marxismo no es una escuela filosófica de esa clase. Al contrario, significa la superación de la antigua filosofía, privilegio de un pequeño número de iniciados, de una aristocracia del espíritu, e inaugura un período enteramente nuevo en que la filosofía se ha convertido en un instrumento científico en las manos de las masas proletarias que luchan por emanciparse del capitalismo”. La aparición de la filosofía marxista debe ser considerada como un salto revolucionario, como un verdadero vuelco en la historia del pensamiento humano que ha hecho de la filosofía una ciencia. Esta revolución no significa ausencia de filiación histórica. El materialismo dialéctico es el producto del desarrollo de las ciencias, la filosofía inclusive, en el curso del período anterior. Por eso, es imposible comprender la filosofía marxista, su aparición, sin haber estudiado todo el pasado de la filosofía. La filosofía marxista asimiló y reelaboró con espíritu crítico todo lo más valioso creado por el pensamiento humano.
La historia marxista de la filosofía debe mostrar además, cómo cambia el objeto mismo de la filosofía en su condición de ciencia, a medida que se desarrollan tanto la filosofía como las ciencias. Antes de la aparición del marxismo, la filosofía era considerada como la “ciencia de las ciencias” que englobaba todos los dominios del conocimiento. El último sistema artificial de ese género fue el de Hegel (ver). Semejante extensión del objeto de la filosofía tenía su justificación: la ciencia era todavía indiferenciada, y muchas de las ciencias positivas que aparecieron después con el desarrollo de los conocimientos sobre la naturaleza, no existían todavía. Pero a medida que los conocimientos sobre la naturaleza y la sociedad fueron desarrollándose, las ciencias positivas fueron separándose de la filosofía una tras otra. Este proceso significaba la profundización del saber humano, y revestía una importancia enorme para las ciencias naturales y sociales, así como para la propia filosofía. El estudio de las leyes más generales de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento, la elaboración de una teoría científica del conocimiento basada en los datos de las ciencias concretas y de la experiencia histórica, he ahí el objeto de la filosofía marxista.
La aparición del marxismo no señala el fin de la historia de la filosofía. La historia marxista-leninista de la filosofía comprende la historia, ya centenaria, de la filosofía marxista, su lucha contra las tendencias y las escuelas reaccionarias burguesas, los desarrollos aportados a la filosofía marxista por Lenin y sus discípulos en las condiciones históricas nuevas, en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias. A. Zhdanov criticó severamente la separación artificial entre la historia de la filosofía occidental y la historia de la filosofía rusa. Omitir, en el libro Historia de la filosofía en Europa Occidental, la historia de la filosofía rusa, significa disminuir su importancia. La historia verdaderamente científica de la filosofía debe analizar y exponer el desarrollo de la filosofía materialista en relación estrecha con la historia de las ciencias de la naturaleza. Debe estar estrechamente vinculada a las tareas actuales, ser un instrumento de la educación comunista. Todas estas tesis resumen las ideas de Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre la historia de la filosofía y ofrecen una definición profunda y completa del objeto de la historia marxista de la filosofía como ciencia.
Las obras de los clásicos del marxismo-leninismo proveen modelos de análisis y exposiciones científicas de la historia de la filosofía. Tales las obras de Marx y de Engels, La Sagrada Familia (ver), la Ideología alemana (ver); Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (ver) y el Anti-Dühring (ver) de Engels; Materialismo y empiriocriticismo (ver), Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, Cuadernos filosóficos (ver) de Lenin; ¿Anarquismo o socialismo? (ver) de Stalin.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:233-236
Historia de la filosofía (como ciencia)
Ciencia que investiga el proceso de formación y desarrollo progresivo de la filosofía, las leyes y fases de este desarrollo, la lucha de las escuelas, y orientaciones filosóficas. Ya en la época clásica los filósofos (por ejemplo Aristóteles) dirigen sus miradas a las concepciones de sus antecesores con el propósito de criticarlas o de aprovecharlas para sus propias teorías. Al mismo tiempo, se escriben las “recopilaciones de opiniones” y descripciones biográficas (Diógenes Laercio, Sexto el Empírico y otros). Las obras principales de historia de la filosofía contienen una relación más o menos arbitraria de las “opiniones” de los filósofos hasta el siglo XVIII. En las investigaciones sobre esta disciplina, dominaba el empirismo; las obras poseían ante todo un sentido ilustrativo. Poco a poco, a medida que la filosofía avanza, aparecen también elementos de un enfoque científico de la historia de la filosofía: ésta se libera de la influencia teológica, se hacen tentativas para aplicar en ella el principio del historicismo, para establecer un enlace entre el desarrollo de la filosofía y el desenvolvimiento general de la historia y del saber científico, se va formando un espíritu crítico para el análisis de las fuentes. Es importante para la historia de la filosofía la aportación de filósofos materialistas (Francis Bacon, Spinoza) así como de pensadores que se aproximaron a la idea de leyes de la historia (Vico, Herder y otros). Ofrece especial interés la concepción hegeliana de la historia de la filosofía. Su principio básico estriba en la idea de que la sucesión de las ideas filosóficas en el tiempo reproduce la sucesión de las categorías lógicas de un sistema filosófico desarrollado, a saber: del hegeliano. Le historia de la filosofía, según Hegel, es el proceso del desarrollo del pensamiento hacia el conocimiento de la verdad (de la idea absoluta); la verdad sólo puede ser descubierta en la historia toda del pensamiento humano. Cada determinación de la verdad tal como se expresa en una concepción particular del mundo o sistema, es históricamente limitada, incompleta y unilateral. El nacimiento de un nuevo sistema filosófico eleva el pensamiento a un grado más elevado, concreto y desarrollado de la categoría lógica. La concepción de Hegel contiene valiosas conjeturas: la idea del desarrollo necesario y sujeto a ley de la filosofía, la idea de la dependencia en que se halla este desarrollo respecto a la historia de la sociedad y del conocimiento, &c. Sin embargo, esta concepción en su conjunto es inaceptable, en virtud de su carácter idealista: Hegel representa la historia de la filosofía como autodesarrollo del espíritu absoluto, lo cual conduce a muchos errores en cuanto a los hechos, lleva e tergiversar la historia real. Se deben valiosas ideas para la elaboración de la historia científica de la filosofía a pensadores rusos del siglo XIX, sobre todo a Herzen. Ello no obstante, la filosofía premarxista, como la filosofía burguesa de nuestros días, no podía convertir la historia de la filosofía en una ciencia. Por lo que respecta a los problemas metodológicos, la historia burguesa de la filosofía ha dado un sensible paso atrás, en la segunda mitad del siglo XIX y en el siglo XX, incluso en comparación con Hegel. Una visión científica de la historia de la filosofía sólo puede obtenerse partiendo del materialismo dialéctico e histórico. La filosofía marxista, en primer lugar, establece las leyes objetivas del desarrollo de todas las formas de la conciencia social; en segundo lugar, revela la estructura y las particularidades del conocimiento científico, única cosa que hace posible proceder a la investigación científica de su historia. En la historia científica de la filosofía, el lugar central se halla ocupado por el estudio de la historia del desarrollo, de la formación y de la lucha entre el materialismo y el idealismo, y entre la dialéctica y la metafísica. En el proceso del desarrollo de la filosofía, las concepciones materialistas científicas desplazan –basándose en el progreso del conocimiento y de la actividad práctica de los hombres– a las concepciones idealistas no científicas. El análisis marxista de la historia de la filosofía comprende, como elemento importante, el espíritu de partido en la valoración de las escuelas y direcciones (Espíritu de partido en filosofía). Huelga decir que semejante criterio no significa hacer caso omiso de los elementos positivos alcanzados en el marco de la filosofía idealista. El análisis científico de la historia de la filosofía parte de la necesidad de considerar la evolución de esta última como un proceso condicionado por la evolución económica, social y política, de valorar las ideas y los sistemas filosóficos (en última instancia) como expresión de los intereses y de la ideología de clases y grupos sociales, como reflejo de las exigencias de la práctica productivo-social y del desarrollo del conocimiento científico. Ahora bien, no basta hallar el denominado “equivalente social” de una construcción teórica; es necesario, ante todo, determinar por qué un régimen social concreto, el conjunto de las condiciones históricas, han dado origen precisamente al sistema filosófico en cuestión y no a otro. De otro modo no es posible evitar las simplificaciones y la aproximación materialista vulgar entre economía y filosofía. El enfoque materialista dialéctico de la historia de la filosofía permite presentarla como un proceso único, mostrar las conexiones necesarias de las diferentes escuelas y direcciones, el progreso en la resolución de los problemas filosóficos, el lazo de la historia de la filosofía con la historia del conocimiento en general. Entonces, los intentos –reiterados en la historia– de resolver los problemas, cualesquiera que sean (metodología del conocimiento científico, relación entre racionalismo y empirismo, entre lo general y lo particular, entre lo concreto y lo abstracto, naturaleza de la actividad humana y otros) dejan de ser considerados como un desarrollo condicionado por un fin inmanentemente propio de la filosofía, y se presentan como hitos peculiares en el camino de la historia de la sociedad y del conocimiento. Dado que la historia de la filosofía es el proceso que ha seguido el conocimiento filosófico del mundo, en ella han de establecerse las conexiones directas entre el desarrollo histórico del conocimiento humano y su estructura y lógica internas. En este lugar resulta patente el principio dialéctico de la unidad entre lo lógico y lo histórico: la historia del objeto (y la filosofía) se halla indisolublemente vinculada a su estructura lógica desarrollada: el proceso de formación de la ciencia es inseparable del estado desarrollado de la misma y sólo desde el punto de vista de este ultimo aquél puede ser rectamente comprendido. Esto es, precisamente, lo que abre el camino a la comprensión de las leyes que rigen el desarrollo de la filosofía, lo que ayuda a comprender el valor y el significado reales, de las concepciones y de las ideas que surgen históricamente. Al mismo tiempo, no es posible desgajar la historia de la filosofía de la historia de las ciencias naturales en su conjunte ni de la práctica histórico-social. La filosofía debe constituir una elaboración dialéctica de la historia del pensamiento, de la ciencia y de la técnica. El estudio de la historia de la filosofía tiene gran importancia para al avance de la ciencia filosófica moderna. La filosofía marxista ha asimilado todo cuanto de positivo ha creado el pensamiento humano en el transcurso de su desarrollo. El estudio de la historia de la filosofía es necesario para el progreso y perfeccionamiento de los métodos modernos aplicados en la investigación científica y en la transformación práctica del mundo, para elevar la cultura filosófica. “...El pensar teórico –escribió Engels– no es un don natural sino en lo que a la capacidad se refiere. Esta capacidad ha de ser cultivada y desarrollada y hasta hoy, no existe más remedio para su cultivo y desarrollo que el estudio de la filosofía anterior” (Dialéctica de la naturaleza, ed. rusa, pág. 22 – Anti-Dühring, E.P.U., 1961, pág. 402).
Diccionario filosófico · 1965:218-219
Historia de la filosofía
Ciencia que investiga el proceso de devenir y desarrollo progresivo de la filosofía, las regularidades y fases de este desarrollo y la lucha entre las escuelas y corrientes filosóficas. La remisión de los filósofos a las opiniones de sus predecesores con el fin de criticarlas o utilizarlas en sus propias concepciones surge ya en la época antigua (por ejemplo, en Aristóteles). En aquel mismo período se crean los denominados “códigos de opiniones” de los filósofos y sus biografías (Diógenes Laercio, Sexto el Empírico y otros). Las principales obras dedicadas a la historia de la filosofía hasta el siglo 18 enumeran más o menos arbitrariamente las “opiniones” de los filósofos. En las investigaciones histórico-filosóficas dominaba el empirismo y tenían principalmente una significación iluminista. Gradualmente, al desarrollarse la filosofía, se forman elementos del enfoque científico de la historia de la filosofía, que se despoja de la influencia teológica, se intenta aplicar a ella el principio del historicismo, y establecer la conexión del desarrollo de la filosofía con el desarrollo general de la historia y los conocimientos científicos; se forma el enfoque crítico de las fuentes. Hicieron un importante aporte a la historia de la filosofía los filósofos materialistas (F. Bacon, Spinoza), así como los pensadores próximos a la idea de la regularidad histórica (Vico, Herder y otros). Especial interés presenta la concepción hegeliana, según la cual la historia de la filosofía es el proceso de desarrollo del pensamiento en la concientización de la verdad (de la idea absoluta); la verdad puede ser sólo revelada en toda la historia del pensamiento humano. La concepción de Hegel contiene valiosos asertos: la idea sobre el desarrollo necesario y lógico de la filosofía y la dependencia de éste respecto a la historia de la sociedad y del conocimiento, la historia de la filosofía, como comprensión en desarrollo de la verdad, &c. Ahora bien, esta concepción en su conjunto es inadmisible en virtud de su carácter idealista: Hegel presenta la historia de la filosofía como autodesarrollo del espíritu absoluto, lo cual conduce a la desfiguración de la historia real. En la elaboración de la historia científica de la filosofía, valiosas ideas pertenecen a los pensadores rusos del siglo 19, en particular, a Herzen. No obstante, la filosofía premarxista no podía convertir la historia de la filosofía en ciencia. La historia de la filosofía burguesa de la segunda mitad de los siglos 19-20 dio un paso considerable en la esfera de los problemas metodológicos incluso en comparación con Hegel. El enfoque científico de la historia de la filosofía sólo es posible desde el punto de vista del materialismo dialéctico e histórico. En primer lugar, la filosofía marxista establece las regularidades objetivas del desarrollo de todas las formas de conciencia social: en segundo lugar, pone de manifiesto la estructura y las peculiaridades del conocimiento científico, lo cual precisamente permite investigar su historia de modo científico. En la historia científica de la filosofía ocupa un lugar central el estudio de la historia del desarrollo, la formación y la lucha entre el materialismo y el idealismo, y entre la dialéctica y la metafísica. En el proceso de desarrollo de la filosofía, los criterios científicos, materialistas desplazan, sobre la base del progreso del conocimiento y la actividad práctica de los individuos, las opiniones acientíficas, idealistas. El análisis marxista de la historia de la filosofía incluye, como importante elemento, el partidismo en la valoración de unas u otras escuelas y corrientes (Partidismo de la filosofía). Semejante enfoque no significa, por supuesto, el rechazo de los elementos del conocimiento positivo alcanzados en el marco de la filosofía idealista. El análisis científico de la historia de la filosofía parte de la necesidad de enfocar el desarrollo de la filosofía como proceso determinado por la evolución socioeconómica y política de la sociedad y valorar las ideas y los sistemas filosóficos (en fin de cuentas) como expresión de los intereses y la ideología de unas u otras clases y grupos sociales, como reflejo de las demandas de la práctica socio-histórica y del progreso del conocimiento científico. Es necesario determinar también la causa por la cual el régimen social dado y todo el conjunto de las condiciones históricas engendraron precisamente este y no otro sistema filosófico. De otro modo es imposible evitar las simplificaciones y la comprensión materialista vulgar de las relaciones entre la economía y la filosofía. El enfoque materialista dialéctico de la historia de la filosofía permite presentarla como proceso único y mostrar las conexiones necesarias de las distintas escuelas y corrientes y el progreso en la solución de los problemas filosóficos. Puesto que la historia de la filosofía es el proceso de desarrollo del conocimiento filosófico del mundo, por tanto en ella deben ser establecidos los nexos directos entre el desarrollo histórico del conocimiento humano y su estructura y lógica internas. En este caso se manifiesta palmariamente el principio dialéctico de la unidad entre lo histórico y lo lógico: la historia del objeto (de la filosofía) está vinculada indisolublemente con su estructura lógica desarrollada; desde el punto de vista de su estado desarrollado sólo puede ser comprendido correctamente el proceso de devenir de la ciencia. Precisamente ello abre el camino que lleva a la comprensión de las regularidades del desarrollo de la filosofía, así como ayuda a concientizar el lugar y el significado reales de las concepciones e ideas que surgen históricamente. Al mismo tiempo, la historia de la filosofía no puede separarse de la historia de todo el conjunto de las ciencias y de la práctica socio-histórica. La filosofía debe constituir una interpretación dialéctica de la historia del pensamiento, la ciencia y la técnica. El estudio de la historia de la filosofía tiene gran importancia para el desarrollo de la ciencia filosófica moderna. La filosofía marxista asimiló todo lo creado por el pensamiento humano en los siglos de su desarrollo, por lo cual la historia de la filosofía constituye una importante parte integrante de la filosofía del marxismo. El estudio de la historia de la filosofía es necesario para el desarrollo de los métodos modernos de investigación científica y transformación práctica del mundo, para la elevación de la cultura filosófica.
Diccionario de filosofía · 1984:209-210