Filosofía en español 
Filosofía en español

Tomás Hobbes

Tomás Hobbes (1588-1679)

Destacado filósofo materialista inglés. Marx escribía en La Sagrada Familia, examinando la historia del desarrollo del materialismo “Hobbes es el sistematizador del materialismo baconiano”. Siguiendo a Bacon, Hobbes se manifiesta resueltamente contra la ideología feudal, tanto en los problemas político-sociales como en los filosóficos. En la lucha contra el idealismo, Hobbes se eleva por encima de su contemporáneo y correligionario Gassendi (ver), que reconoce la existencia de un espíritu inmortal, de un alma inmaterial. Hobbes refuta categóricamente la existencia de cualquier sustancia inmaterial. Todos los “espíritus” o “sustancias incorpóreas” son productos de la imaginación humana. Desde posiciones materialistas, Hobbes se manifiesta contra la doctrina idealista del realismo de los conceptos generales. Criticando a sus sostenedores y también a los escolásticos medioevales, Hobbes declara: “Esta gente cree en serio que por encima de Pedro y Juan y todos los demás hombres que existen, existieron o existirán en el mundo, hay todavía algo mas, lo que llamamos ‘Hombre’ u ‘Hombre en general’”. Hobbes afirma decididamente que sólo son reales los cuerpos materiales que existen exteriormente en el hombre, mientras que las representaciones y los conceptos son únicamente su reflejo en la conciencia del hombre. Para Hobbes, la extensión es la sola esencia de los cuerpos materiales. Sólo la extensión y el volumen son, según Hobbes, propiedades constantes, inalienables del cuerpo. Todas las demás son mutables. Una de las limitaciones del materialismo de Hobbes es el no haber llegado a comprender que el espacio y el tiempo son formas universales de existencia de la materia. Hobbes define el espacio como “una manera imaginada de las cosas que existen fuera de nosotros”, y que “... el tiempo existe no en las cosas en sí mismas fuera de nosotros, sino en el pensamiento, en nuestro entendimiento”. Al mismo tiempo, el espacio, y el tiempo son, a juicio de Hobbes, ideas formadas como resultado de la acción que ejercen sobre nosotros los cuerpos objetivamente existentes. Tampoco el movimiento es la forma universal de existencia de la materia, sino sólo, a juicio de Hobbes, un accidente, una propiedad no esencial, aunque inherente a la propia materia en la misma categoría que el reposo. Hobbes reduce la variedad de formas del movimiento de la materia al movimiento mecánico, lo que le lleva a negar el carácter objetivo de la precisión cualitativa de los objetos, el carácter objetivo de la luz, del sonido, del olor, del sabor, del color, &c. El materialismo de Hobbes es un materialismo mecanicista. Por eso, Marx, comparando a Hobbes con Bacon, escribía que la materia de Bacon “sonríe al hombre con todo su poético y sensual esplendor”, mientras que en Hobbes “la materialidad pierde su flor y se convierte en la materialidad abstracta de un geómetra”. Los conceptos político-sociales de Hobbes (ver Leviatán) desempeñaron un decisivo papel en la historia del desarrollo de la sociología de los siglos XVII y XVIII, particularmente en el desarrollo de la teoría del derecho natural y del contrato social. Dichos conceptos asestaron un golpe demoledor a los dogmas escolástico-religiosos sobre el origen divino del Estado, sobre la predestinación sobrenatural, &c. La crítica de Hobbes a la religión desempeñó un gran papel en la historia del desarrollo del ateísmo de los siglos XVIII y XIX. Las obras fundamentales de Hobbes son: El ciudadano, 1642; Leviatán, 1650.

Diccionario filosófico marxista · 1946:139-140

Thomas Hobbes (1588-1679)

Eminente filósofo materialista inglés. Al exponer la teoría del materialismo, Marx escribía en La Sagrada Familia: “Hobbes sistematizó el materialismo de Bacon” (Marx/Engels, Obras Ed. alem.). Siguiendo a F. Bacon (ver), Hobbes se alzó resueltamente contra la ideología feudal tanto en filosofía como en el dominio social y político. Negaba categóricamente la existencia de substancias inmateriales, todo “espíritu” o “substancia incorpórea” que no eran para él, sino productos de la imaginación humana. Hobbes se oponía decididamente a la doctrina idealista según la cual los conceptos tienen una existencia objetiva y son anteriores a las cosas. Al criticar a los idealistas, incluyendo a los escolásticos de la Edad Media, Hobbes declaraba: “Esa gente asegura en serio que, además de Pedro, de Juan y de otros hombres que existen, existían o existirán en el mundo, habría otra cosa, lo que nosotros llamaríamos ‘hombre’ o bien ‘hombre en general’”. Hobbes afirma sin vacilar que sólo los cuerpos materiales que existen fuera del hombre son reales; en cuanto a las representaciones y a las nociones, no son más que su reflejo en la conciencia. Hobbes reduce a la extensión las cualidades esenciales de los cuerpos materiales. Sólo la extensión y la cantidad son cualidades permanentes, mientras las demás están sujetas a modificaciones. Hobbes no comprendió que el espacio y el tiempo son formas universales de existencia de la materia. Ahí reside el defecto de su materialismo. Define el espacio como “la representación imaginaria de una cosa que existe fuera de nosotros”; “el tiempo existe no en los objetos mismos fuera de nosotros, sino únicamente en nuestro pensamiento”. Por otra parte, Hobbes estima que el espacio y el tiempo son representaciones debidas a la acción de los objetos exteriores sobre el hombre. El movimiento, según él, no es tampoco la forma universal de la existencia de la materia, sino un accidente, una propiedad secundaria, aunque inherente a la materia de igual modo que el estado de reposo.

Al reducir todas las formas del movimiento de la materia al movimiento mecánico, Hobbes niega el carácter objetivo de la determinación cualitativa de los objetos: luz, sonido, olor, gusto, color, &c. El materialismo de Hobbes es un materialismo mecanicista (ver). Comparándolo a Bacon, Marx escribe que en este último, “la materia prodiga al hombre invariablemente sonrisas poéticas y materiales a la vez”, mientras que en el materialismo de Hobbes “la materialidad pierde su flor y se convierte en la materialidad abstracta del geómetra” (Ibid.). Su teoría del conocimiento es, en lo esencial, sensualista, pero no desarrolla el principio por el cual las ideas y los conocimientos provienen de las sensaciones.

En su Leviatán, Hobbes expone sus concepciones políticas y sociales partiendo de posiciones idealistas. Su doctrina se formó bajo la influencia de la primera victoria decisiva de la burguesía sobre la aristocracia feudal, y se basa en la afirmación de que “en estado natural”, es decir, antes de la organización del Estado, “el hombre es el lobo del hombre”. De ahí una lucha encarnizada, “la guerra de todos contra todos”. Este estado de la sociedad humana no puede durar, pues excluye la vida normal. Desarrollando la teoría del contrato social, Hobbes sostiene que los hombres crean el Estado con el fin de salvaguardar la paz en la sociedad. Y da al Estado el nombre simbólico de “Leviatán” (monstruo bíblico omnipotente). Hobbes considera la monarquía como la forma ideal de gobierno, y repudia categóricamente las libertades sociales, la democracia. Según él, el poder de la gran burguesía debe ser ilimitado. Lo positivo en esta doctrina es la crítica de los dogmas religiosos relativos al Estado y sus orígenes. Pero Hobbes se imaginaba a la sociedad burguesa como límite del progreso. Principales obras: Tratado del ciudadano (1642) y Leviatán (1651).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:238-239

Thomas Hobbes (1588-1679)

Filósofo materialista inglés, contemporáneo de la revolución burguesa de su país, durante la cual emigró a París. En esta ciudad escribió sus obras capitales: Elementos filosóficos de la doctrina acerca del ciudadano (1642) y Leviatán (1651). En 1652, regresó a Inglaterra. Hobbes desarrolló el materialismo mecanicista, sistematizó el materialismo de Bacon. Como indicó Marx, el materialismo de Hobbes se hace unilateral: “La sensoriedad pierde su aroma y se transforma en la sensoriedad abstracta del geómetra. El movimiento físico se sacrifica al mecánico o al matemático; la geometría es proclamada la ciencia fundamental” (Marx y Engels, t. II, pág. 143). El mundo, según Hobbes, es un conjunto de cuerpos subordinados a las leyes del movimiento mecánico. El filósofo inglés reduce asimismo a movimientos y esfuerzos la vida espiritual de los animales y del hombre. Tales movimientos y esfuerzos constituyen mecanismos complejos, totalmente determinables por los influjos del exterior. De ello infiere Hobbes: 1) la negación de la existencia de las almas como substancias especiales, 2) el reconocimiento de los cuerpos materiales en calidad de substancia única, 3) la afirmación de que la fe en Dios es sólo un fruto de la imaginación. Hobbes negaba el carácter objetivo de la diversidad cualitativa de la naturaleza, consideraba que dicha diversidad era una propiedad de las percepciones del hombre y que en la base de estas figuraban las diferencias mecánicas de las cosas. En gnoseología, criticaba la teoría de las ideas innatas de Descartes. Haciendo derivar de las sensaciones todas las ideas, elaboró la teoría de la reelaboración de las ideas mediante la comparación, combinación y división. Afirmaba que la experiencia o el saber de los hechos singulares proporcionaba sólo verdades probables acerca de las conexiones de las cosas, mas ello no era óbice para que admitiera como posible el conocimiento general fidedigno, condicionado por el lenguaje, es decir, para que admitiera que los nombres poseen la facultad de convertirse en signos de las ideas generales. En lo referente al derecho y el Estado, Hobbes desechó la teoría sobre el origen divino de la sociedad y defendió la del contrato social (Teoría del contrato social). Consideraba como mejor forma de Estado la monarquía absoluta, pero en numerosas aclaraciones y salvedades dejaba lugar, en esencia, a principios revolucionarios. Su idea no era el principio monárquico como tal, sino el carácter ilimitado del poder estatal. Los derechos que Hobbes atribuye al poder del Estado eran compatibles con los intereses de las clases que a mediados del siglo XVII realizaron la revolución burguesa en Inglaterra. En la teoría de Hobbes sobre la sociedad y el Estado había gérmenes de la concepción materialista de los fenómenos sociales.

Diccionario filosófico · 1965:221

Thomas Hobbes (1588-1679)

Filósofo materialista inglés, contemporáneo de la revolución burguesa en Inglaterra, durante la cual emigró a París, donde escribió sus principales obras: Los elementos filosóficos de la doctrina del ciudadano (1642) y Leviatán (1651). En 1652 regresó a Inglaterra. Hobbes desarrolló la doctrina del materialismo mecanicista y sistematizó el materialismo de F. Bacon. Marx señaló el carácter unilateral del materialismo de Hobbes: “La sensoriedad pierde su perfume, para convertirse en la sensoriedad abstracta del geómetra. El movimiento físico se sacrifica al movimiento mecánico o matemático; la geometría es proclamada como la ciencia fundamental” (C. Marx y F. Engels, t. 2, p. 143). Según Hobbes, el mundo es un conjunto de cuerpos supeditados a las leyes del movimiento mecánico. Hobbes reduce a los movimientos y esfuerzos físicos también la vida espiritual de los animales y el hombre, que son mecanismos complejos determinados enteramente por las influencias externas. Hobbes negaba el carácter objetivo de la diversidad cualitativa de la naturaleza, considerándola propiedad de las percepciones humanas, que se basan en las diferencias mecánicas entre las cosas. En la doctrina del conocimiento criticó la teoría de las ideas innatas de Descartes. Al afirmar que la experiencia o el conocimiento de los hechos singulares proporciona sólo verdades probables sobre las conexiones entre las cosas, reconocía, no obstante, la posibilidad del conocimiento auténtico general, condicionado por el lenguaje. En la doctrina del Derecho y el Estado, Hobbes rechazó las teorías del establecimiento divino de la sociedad y defendía la teoría del Contrato Social. Estimaba que la mejor forma del Estado es la monarquía absoluta, pero con numerosas explicaciones y reservas, de hecho, daba lugar a los principios revolucionarios. Su idea no es el principio monárquico como tal, sino el carácter ilimitado del poder estatal. Hobbes afirma que los derechos del poder estatal son compatibles con los intereses de las clases que a mediados del siglo 17 realizaron la revolución burguesa en Inglaterra. En la teoría de la sociedad y el Estado de Hobbes hay gérmenes de la interpretación materialista de los fenómenos sociales.

Diccionario de filosofía · 1984:212