Filosofía en español 
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Medio geográfico

Medio geográfico

Medio geográfico se llama la Naturaleza que circunda a la Sociedad, las condiciones naturales exteriores de la vida de la Sociedad: el clima, el suelo, la riqueza del subsuelo, &c. El medio geográfico es una de las condiciones indispensables y permanentes de la vida material de la Sociedad. El hombre, actuando sobre la Naturaleza con la ayuda de los instrumentos de producción y utilizando las fuerzas de la Naturaleza (el agua, el fuego, el viento, &c.), produce los medios de existencia que necesita para su vida, los bienes materiales. El medio geográfico influye sobre el desarrollo de la Sociedad, acelerándolo, por ejemplo, en los países que disfrutan de una favorable posición geográfica y que cuentan con riquezas naturales o, por el contrario, frenándolo, donde las condiciones son adversas. Sin embargo, el medio geográfico no desempeña, ni mucho menos, un papel determinante. Su influencia sobre la Sociedad depende del nivel de desarrollo de la producción material y no es la misma bajo diversos estados de las fuerzas productivas. Por ejemplo, los ríos y los mares, en las primeras fases del desarrollo de la Sociedad, aislaban a los hombres, pero con el progreso de la construcción naval y de la navegación, se convirtieron en vías de comunicación y se transformaron en medios de acercamiento, de enlace entre las naciones. En otros tiempos, muchos yacimientos útiles (carbón, petróleo, minerales, &c.) no tenían para la Sociedad ningún valor; en cambio, con la industria y la técnica modernas, desempeñan un enorme papel en la producción de los bienes materiales. La propia posibilidad de explotación de las riquezas naturales está determinada por el carácter del régimen social. Así, bajo el socialismo existen posibilidades inmensamente mayores de descubrir y de explotar los yacimientos útiles, que bajo el capitalismo.

Diccionario filosófico marxista · 1946:212-213

Medio geográfico

Naturaleza que rodea a la sociedad; condiciones exteriores de la vida de la sociedad: clima, suelo, riqueza del subsuelo, &c. El medio geográfico es una de las condiciones necesarias y permanentes de la vida material de la sociedad. Actuando sobre la naturaleza, con ayuda de los instrumentos de producción, y utilizando sus fuerzas (agua, fuego, viento, &c.), el hombre produce los medios necesarios para su existencia, los bienes materiales.

El medio geográfico influye sobre el desarrollo de la sociedad. Puede acelerar el desarrollo de la sociedad, por ejemplo, por las condiciones favorables de la situación geográfica de tal o cual país, existencia en él de riquezas naturales o, por el contrario, dificultar ese desarrollo; empero, el medio geográfico no desempeña, de ningún modo, un papel decisivo. La misma influencia del medio geográfico sobre la sociedad, depende del nivel del desarrollo de la producción material, y no es igual bajo niveles diferentes de las fuerzas productivas de la sociedad. Por ejemplo, los ríos y mares, en las primeras etapas del desarrollo de la sociedad, separaban a los hombres; pero, con el desarrollo de las construcciones navales y de la navegación, se convirtieron y se hicieron medios de acercamiento y unión entre los pueblos. En otros tiempos, muchos yacimientos útiles (carbón, petróleo, minerales, &c.), no tenían importancia para la sociedad; en la industria y la técnica moderna, ellos desempeñan un enorme papel en la producción de los bienes materiales.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:76

Medio geográfico

Naturaleza circundante, condiciones exteriores de la vida social: el clima, suelo, riquezas del subsuelo, &c. El medio geográfico, que es una de las condiciones necesarias y permanentes de la vida material de la sociedad (ver Condiciones de la vida material de la sociedad), influye sobre el desarrollo social. Acelera su desarrollo si la situación geográfica del país considerado es favorable, si el país posee recursos naturales: la traba en cambio si faltan las condiciones favorables. Pero el medio geográfico no desempeña en absoluto el papel determinante en la evolución de la sociedad. Permanece relativamente idéntico en el transcurso de un período prolongado y sus modificaciones se efectúan muy lentamente, mientras que la vida social evoluciona mucho más rápidamente. El medio geográfico no puede ser la causa principal del desarrollo de la sociedad. La influencia del medio geográfico sobre la sociedad depende también del nivel de desarrollo de la producción material. Y ésta varía de acuerdo con el estado de las fuerzas productivas de la sociedad. En el curso de las primeras fases del desarrollo de la sociedad, los ríos y los mares, por ejemplo, separaban a los hombres, pero la construcción de navíos y la navegación los transformaron en vías de comunicación e hicieron de ellos un medio de acercamiento, de vinculación entre los pueblos. Antes, muchos minerales (carbón, petróleo y otros productos de minería) no tenían importancia para la sociedad, mientras que ahora, el nivel del desarrollo de la industria y de la técnica les asigna un gran papel en la producción de los bienes materiales. La posibilidad de utilizar las riquezas naturales es determinada por el carácter del régimen social.

Bajo el régimen capitalista, la naturaleza es objeto de una explotación furiosa. Los negociantes sin escrúpulos no se preocupan de que una explotación semejante disminuya las posibilidades de utilizar esos recursos en interés de la sociedad. El socialismo, por el contrario, crea amplias posibilidades para explotar las riquezas naturales en interés de los trabajadores.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:349

Medio geográfico

Conjunto de objetos y fenómenos de la naturaleza viva e inerte (corteza terrestre, parte inferior de la atmósfera, aguas, suelo, mundo animal y vegetal) insertos durante una etapa histórica dada en el proceso de la producción social de modo que constituyen la condición necesaria de la existencia y desarrollo de toda sociedad. A medida que la sociedad avanza, se modifican y se amplían los marcos del medio geográfico. En los estadios primitivos de la historia, el hombre utilizaba sobre todo las fuentes naturales de los medios de vida (plantas silvestres y animales, suelos fértiles &c.). Más tarde, cada vez van adquiriendo mayor significado las riquezas naturales que constituyen recursos de trabajo, es decir, recursos minerales y energéticos. El medio geográfico desempeña un importante papel en la vida de la sociedad. No sólo retarda o acelera los ritmos de desarrollo de los países y pueblos, sino que, en varios casos, influye de manera decisiva en el desenvolvimiento de ciertas ramas de la producción. El hacer caso omiso de las condiciones geográficas específicas resulta perjudicial para la edificación práctica del socialismo, lleva al esquematismo y a la actuación uniforme en la dirección de la economía. En su estado propio, las condiciones naturales no satisfacen siempre las crecientes necesidades de la producción. En consecuencia, el hombre las modifica, las transforma, y de este modo se convierte en el factor más poderoso para el cambio del medio geográfico. Pero la envergadura, el carácter y las formas de tal cambio dependen del régimen social. La anarquía de la producción y la competencia propias del capitalismo obstaculizan la acción racional sobre la naturaleza y dan origen a modificaciones del medio geográfico nocivas para la sociedad. Únicamente en el régimen socialista los hombres “regulara… su cambio de sustancias con la naturaleza, la colocan bajo su control común… lo efectúan con el menor gasto de fuerza y en las condiciones más dignas de su condición humana y más adecuadas a la misma” (Marx, El Capital, t. III, 1955, pág. 833). La formación de la base material y técnica del comunismo se apoya en la utilización efectiva y planificada en bien del pueblo de todos los elementos del medio geográfico.

Diccionario filosófico · 1965:308

El hombre y el medio natural

La humanidad está orgánicamente unida al medio natural de su existencia. Está vinculada a la naturaleza ante todo por su origen. En la evolución de nuestro planeta, surgió en éste la vida, apareció la biosfera; la evolución de la naturaleza viva condujo al surgimiento del hombre. Apareció una modalidad nueva de procesos materiales: la vida de la sociedad y, ante todo, su actividad material productiva, que es un modo de vida inherente sólo al hombre social, el modo de relaciones de lo vivo con el medio ambiente natural. Aunque el medio natural, sobre todo la biosfera, produce no pocas cosas necesarias para el hombre (oxígeno, agua potable, frutos comestibles, madera, suelo, minerales, &c.), todos estos dones de la naturaleza no aseguran, ni mucho menos, las necesidades vitales de la sociedad. Y las gentes, al no encontrar en el entorno natural medios suficientes de subsistencia y condiciones favorables, los producen ellas mismas con las materias de este entorno, con los objetos de la naturaleza, cambiándolos, transformándolos. En la producción material, el hombre aplica su trabajo precisamente para “asimilar, bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda” (C. Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 23, pág. 188). Condición decisiva de la vida de la sociedad, esta producción representa una forma específica de unidad orgánica entre sociedad y naturaleza. Al producir con los objetos naturales cosas vitalmente necesarias, el hombre en su trabajo “se apoya constantemente en las fuerzas naturales” (C. Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 23, pág. 52). De esta manera, la naturaleza no es para la producción material algo absolutamente exterior y que sólo se transforma. Los procesos naturales controlados por el hombre –mecánicos, eléctricos, químicos, térmicos, biológicos, &c.–, funcionan en la esfera de la producción material, están orgánicamente incluidos en ella, se combinan con las acciones materiales de los propios individuos y éstos los utilizan con fines determinados. El dominio del hombre sobre la naturaleza es contradictorio en sí, puesto que se basa en la subordinación a las leyes de la naturaleza y en saberlas aplicar. Como subrayó Engels, “a cada paso, los hechos nos recuerdan que nuestro dominio sobre la naturaleza no se parece en nada al dominio de un conquistador sobre el pueblo conquistado, que no es el dominio de alguien situado fuera de la naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas adecuadamente” (F. Engels. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 20, pág. 496). Con el reconocimiento de la unidad orgánica, inseparable, contradictoria en sí, de sociedad y naturaleza, la teoría dialéctico-materialista se diferencia radicalmente de la concepción metafísica que divide a sociedad y naturaleza considerándolas vinculadas sólo de modo exterior y contrapuestas totalmente entre sí.

Desde la aparición del hombre y de la producción material social, el medio físico que le rodea deja de ser, cada vez en mayor grado, naturaleza espontánea, “intacta”. Desde los tiempos más antiguos, el hombre forma en el medio ambiente una “segunda naturaleza” (o la denominada “naturaleza hominizada”), que es el cuerpo material de la civilización. Todos los objetos producidos por el hombre, todas las transformaciones que éste realiza de los objetos naturales se convierten en la misma realidad objetiva que las formaciones puramente naturales. Toda ampliación e intensificación de la producción, a la par que aseguran una independencia creciente de la sociedad respecto de los elementos de la naturaleza, vinculan cada vez más estrechamente a la sociedad y la naturaleza multiplicando la masa global y el número de objetos y procesos naturales incorporados a la producción material. En la actividad productiva de la sociedad, se realizan muchas de las posibilidades internas de los procesos naturales, que espontáneamente no podrían realizarse (por ejemplo, sintetizar y producir cantidades enormes de centenares y millares de compuestos químicos, que en nuestro planeta no hay en forma natural), se refrenan o se aceleran distintos procesos naturales espontáneos o se originan nuevos (como, en particular, la adaptación de organismos vivos a un medio ambiente contaminado, a la utilización de insecticidas, &c.). Todo el desarrollo de la biosfera, de la naturaleza de nuestro planeta, es, desde que el hombre aparece, inseparable de la historia de la actividad productiva vital humana, como esta actividad es inseparable de la historia de la naturaleza.

Dada la revolución técnico-científica, la actividad económico-productiva de la sociedad adquiere nivel planetario. Ha empezado la dominación práctica del cosmos. Al mismo tiempo, debido a la creciente contaminación del medio ambiente que mengua la reproducción espontánea de muchos recursos vitales necesarios a la humanidad (oxígeno, agua pura, bosques, &c.), ha adquirido gran actualidad el problema de combinar los procesos espontáneos, naturales de producción material, de organizar la administración del medio ambiente, de ampliar la esfera de los procesos energético-materiales y biológicos regulados y controlados conscientemente por la sociedad. Se plantea la tarea de utilizar en la producción no sólo fuerzas y propiedades aisladas de la naturaleza, especies aisladas de procesos naturales, organismos vivos, sino también complejos naturales, la biosfera en su totalidad.

Así las cosas aumenta sobre todo el papel de las relaciones sociales en la interacción entre sociedad y naturaleza. La interacción práctica del hombre y la naturaleza siempre se verifica mediante uno u otro sistema de relaciones sociales, en primer lugar de producción. El carácter de estas últimas repercute en la dirección y los fines de la utilización de las fuerzas naturales. Como lo demuestra la historia, el desarrollo espontáneo de las relaciones sociales, los antagonismos sociales, acarrean consecuencias indeseables, nefastas, al estado del medio ambiente. “La conclusión es que la cultura, si se desarrolla espontáneamente y no es dirigida conscientemente... deja tras sí un desierto” (C. Marx. Carta a F. Engels del 25 de marzo de 1868. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 32, pág. 45). Los antagonismos de clase frecuentemente conducen a que el dominio práctico de las fuerzas de la naturaleza, de nuevos recursos naturales, se transforme en nuevas calamidades sociales: guerras, avasallamiento de pueblos enteros, desempleo, miseria, creación de medios cada vez más potentes de exterminio masivo de las personas y de los productos de su trabajo.

El capitalismo, sociedad basada en la propiedad privada sobre los medios de producción, sobre los recursos naturales, al contribuir a una asimilación práctica cada vez mayor de la naturaleza, engendra la actitud expoliadora con respecto a la misma. El sistema del colonialismo combinaba la explotación desenfrenada de las riquezas naturales de las colonias con el avasallamiento de los pueblos de estos países. Los éxitos en el dominio de las fuerzas de la naturaleza inevitablemente adquieren, de esta manera, un sentido antihumano, antinatural, transformándose en medios de explotación del hombre cada vez más potentes y refinados, en medios bélicos y de destrucción del ambiente natural. La contaminación del ambiente es superior allá donde el capitalismo ha alcanzado el mayor desarrollo. Son irreconciliables las contradicciones entre los intereses de los propietarios privados de las empresas y de los recursos naturales, su aspiración a las ganancias máximas, y los intereses de la sociedad en mantener el estado óptimo del medio ambiente. Por ello, el capitalismo es incapaz de proporcionar una utilización racional, desde el punto de vista de la sociedad en su integridad, ecológicamente fundamentada, de los recursos naturales. Los intereses egoístas de los monopolios no permiten organizar la protección del medio ambiente de manera coherente y en amplia escala.

La propiedad social sobre los medios de producción, sobre los recursos naturales, ofrece la posibilidad de regular, con arreglo a un plan, tanto las mismas relaciones sociales, como la interacción entre sociedad y naturaleza. Marx escribió que en la sociedad futura será posible que los “productores asociados regulen racionalmente su intercambio de materias con la naturaleza, lo pongan bajo su control común en vez de dejarse dominar por él como por un poder ciego, y lo lleven a cabo con el menor gasto posible de fuerzas y en las condiciones más adecuadas y más dignas de su naturaleza humana” (C. Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 25, parte II, pág. 387). En la sociedad socialista, donde el objetivo de la producción no es el lucro, sino el bien del hombre, la satisfacción de sus necesidades, la tarea de armonizar las relaciones entre sociedad y naturaleza se combina orgánicamente con los principios de la propia actividad económica. Ya en los primeros años del Poder soviético empezó, y actualmente continúa en gran escala, la protección de las riquezas naturales. Los decretos promulgados por el Soviet Supremo de la URSS en 1972 y en 1975, y las “Bases de la legislación de la URSS y de las repúblicas federadas sobre el subsuelo”, ratificadas por el mismo en 1975, tienen por fin la sucesiva intensificación de la protección de la naturaleza y la utilización racional de los recursos naturales. Es característico de la utilización socialista de la naturaleza la combinación orgánica del progreso técnico-científico con un cuidado extraordinario de los recursos naturales y el cultivo del medio ambiente. Constituye una parte integrante de los esfuerzos destinados a elevar la eficacia de la producción industrial y agrícola, a crear la base técnico-material del comunismo, a elevar el bienestar de los soviéticos y a mejorar su trabajo y su vida cotidiana. El XXV Congreso del PCUS trazó un amplio programa de medidas para la protección del medio ambiente, para utilizar racionalmente los recursos naturales y reproducirlos. En el quinquenio 1976-1980, en la URSS se destinan a este fin 11 mil millones de rublos.

La utilización racional de los recursos naturales se está organizando actualmente dentro del marco de la comunidad de los países socialistas. Como muchos de los fenómenos destructivos del medio ambiente son de carácter global, la política de la URSS se plantea el objetivo de desenvolver una cooperación internacional amplia y activa en la solución de los problemas ecológicos. Las acciones prácticas de protección del medio ambiente y de aprovechamiento racional de los recursos naturales, junto a la defensa de la paz y la prevención del peligro de una nueva guerra mundial, son en la actualidad de capital importancia para toda la humanidad.

Diccionario de comunismo científico · 1981:186-189

Medio geográfico

(gr. ge: Tierra, y grapho: escribo): conjunto de objetos y fenómenos de la naturaleza orgánica y no orgánica (corteza terrestre, parte inferior de la atmósfera, hidrosfera, capa edáfica, fauna y flora) incorporados en la presente etapa histórica al proceso de la vida social y que constituyen una condición necesaria para la existencia y el desarrollo de toda sociedad. A medida del desarrollo de la sociedad, cambia y se amplía el marco del medio geográfico. En las primeras etapas de la historia, los hombres utilizaban principalmente las fuentes naturales de los medios de vida (plantas silvestres y animales salvajes, suelos fértiles, &c.). Con posterioridad adquieren una importancia cada vez mayor las riquezas naturales que constituyen medios de trabajo, es decir, los recursos minerales y energéticos. El medio geográfico desempeña un importante papel en la vida de la sociedad. Disminuye o acelera el ritmo de desarrollo de los países y pueblos, y en varios casos ejerce una influencia decisiva sobre el desarrollo de algunos sectores de la economía. En su estado natural, las condiciones de la naturaleza no siempre satisfacen las crecientes necesidades de la producción. Por eso, los hombres las cambian y transforman. De este modo, el individuo es el factor más potente del cambio del medio geográfico. Pero la envergadura, el carácter y las formas de este cambio dependen del nivel de la técnica y del régimen social. La anarquía de la producción y la competencia, propias del capitalismo, impiden una influencia racional sobre la naturaleza y determinan los cambios del medio geográfico nocivos para la sociedad. La construcción de la base material y técnica del comunismo se apoya en el aprovechamiento eficaz y planificado de todos los elementos del medio geográfico para bien del pueblo (Ecología, Problemas globales, &c.).

Diccionario de filosofía · 1984:284