Filosofía en español
Reproducción de las propiedades del objeto que se investiga en otro análogo que se construye según determinadas reglas. Este objeto análogo se denomina modelo. El modelo se construye según el principio de la modelación física si tiene una misma naturaleza física que el objeto, y según el principio de la modelación matemática si su naturaleza es distinta a la del objeto, pero su funcionamiento se describe mediante un sistema de ecuaciones idénticas a las del sistema que describe, las que se han de investigar en el original. Para construir un modelo, es necesario que exista cierta analogía entre las partes y los procesos del objeto y del modelo. La modelación facilita el análisis de los procesos del original en aquellos casos en que resulta caro, difícil o imposible, investigar los objetos reales. Las ventajas del modelo estriban en la facilidad de su preparación, en la posibilidad de modificar rápidamente y a voluntad su régimen de trabajo y sus características, en la posibilidad de realizar las mediciones necesarias en un laboratorio, &c. En nuestros días han encontrado singular difusión los dispositivos modeladores electrónicos. En tales dispositivos el modelo constituye un esquema electrónico de dirección que describe un proceso real. Los métodos para la construcción de dichos modelos están elaborados en la teoría de la semejanza y en la teoría de la modelación. El principio de modelación constituye uno de los fundamentos de la cibernética. Se utiliza ampliamente en los trabajos para el cálculo de trayectorias de los cohetes balísticos, para investigar el régimen de trabajo de máquinas y empresas, para formar dispositivos automáticos que “estudian”, para investigar la conducta de objetos biológicos e incluso la actividad psíquica del hombre. No obstante, al analizar las posibilidades de estos sistemas es necesario recordar los límites que existen en la analogía de modelo y objeto. Olvidarlos, conduce a graves errores técnicos y filosóficos.
Diccionario filosófico · 1965:322
(fr. modele): reproducción de las características de algún objeto en otro objeto, creado especialmente para estudiarlas. Este último se llama modelo. La necesidad del modelado surge cuando la investigación directa del objeto mismo es imposible, obstaculizada, costosa, requiere demasiado tiempo, &c. Entre el modelo y el objeto que interesa al investigador debe existir cierta semejanza, que puede consistir o bien en la similitud de las características físicas del modelo y el objeto, o bien en la analogía de las funciones del modelo y el objeto, o bien en la identidad de la descripción matemática del “comportamiento” del objeto y de su modelo. En cada caso concreto, el modelo puede cumplir su papel cuando está determinado con suficiente rigor el grado de su correspondencia con el objeto. En nuestros días se ha difundido ampliamente el modelado en las computadoras electrónicas y en los dispositivos electrónicos de modelado. Las principales ventajas de los “modelos” de ese género son su universalidad, comodidad, rapidez y bajo costo de la investigación. Se desarrolla el modelado global que tiene por objetivo confeccionar, con ayuda de computadoras, los modelos de solución de los problemas globales. Reconociendo la importancia heurística de algunos métodos de modelado global, propuestos por científicos burgueses (Club de Roma), los sociólogos marxistas hacen hincapié en el análisis de los aspectos sociales, económicos, políticos e ideológicos de los problemas mencionados. En la investigación científico-técnica, el modelado es sólo uno de los procedimientos del conocimiento científico en su conjunto. Las principales regularidades del proceso de construcción de modelos sensoriales y lógicos se estudian en las distintas secciones de la teoría del conocimiento (ante todo en la doctrina de la verdad), cuyas realizaciones constituyen la base de la teoría y la práctica científico-técnicas del modelado. Estas últimas son muy importantes en el desarrollo y concreción de la teoría materialista dialéctica del conocimiento.
Diccionario de filosofía · 1984:295