Filosofía en español 
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Alexandr Nikoláievich Radíshchev

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

Alexandr Nikoláievich Radíshchev (1749-1802)

Radíshchev

Uno de los primeros campeones del pensamiento revolucionario y de las ideas de libertad en Rusia, fundador de la literatura rusa revolucionaria. Lenin estimaba altamente a Radíshchev, pensador, revolucionario y campeón de la lucha contra el feudalismo y el despotismo.

En su época, el régimen de servidumbre había adquirido las formas más duras. Después de haber aplastado la “revuelta de Pugachov”, el gobierno de Catalina II, espantado, tomó medidas de represión, y por medio de nuevas disposiciones, reforzó aún más el yugo de la servidumbre. El campesinado respondió con nuevas revueltas. El problema de la lucha contra el régimen se planteaba con toda agudeza ante los mejores espíritus del país. Radíshchev no vaciló en alzarse contra el régimen de servidumbre y la autocracia. Su libro Viaje de Petersburgo a Moscú (1790) impreso en su propia imprenta y aparecido en forma anónima, constituye un ejemplo brillante que hizo en Rusia el efecto de un rayo. Era el acto heroico de un revolucionario. Radíshchev describía con mano maestra todo el horror de la servidumbre, la opresión del pueblo ruso, que alimentaba a toda la sociedad y producía todas las riquezas. Criticando la arbitrariedad de los señores, Radíshchev llegaba a conclusiones políticas profundas: la fuente del mal no reside en los hombres o en la violación de las leyes, sino en la ley, en el régimen, en la autocracia misma. Catalina ordenó detener y castigar a Radíshchev.

Condenado a muerte, su pena fue conmutada por la de “diez años de confinamiento”. Deportado a Siberia, estuvo detenido en la cárcel de Ilimsk. Pero ni el espectro del cadalso, ni la prisión y la deportación pudieron quebrar su amor a la libertad. En Siberia escribió su tratado filosófico Sobre el hombre, su mortalidad y su inmortalidad, dirigido contra el idealismo y el misticismo, aunque ciertos razonamientos en las partes tercera y cuarta, dejan aparecer elementos de deísmo.

Después de la muerte de Catalina II, los amigos de Radíshchev pudieron hacerlo volver de Siberia. Radíshchev llegó incluso a ser miembro de la comisión para la elaboración de las leyes. Pero su actitud hacia la servidumbre y la autocracia seguía siendo la misma. Intervino con violencia contra la arbitrariedad y propuso proyectos que preconizaban cambios radicales en el régimen, lo que hizo alzarse contra él a los partidarios de la servidumbre. Nuevamente fue amenazado con el exilio. Acosado por los servidores del zar, Radíshchev puso fin a sus días. Antes de morir, pronunció estas palabras: “La posteridad me vengará”.

Alezandr N. Radíshchev, primer revolucionario surgido de las filas de la nobleza, pensador, escritor, filósofo y economista notable, fundó, conjuntamente con Lomonósov (ver), la filosofía materialista rusa. Su materialismo, que se distingue por un contenido revolucionario, está dirigido contra la servidumbre y el zarismo. Al combatir el idealismo, el misticismo de los franc-masones y sus ideas reaccionarias, Radíshchev mostraba que la materia es un dato primario y afirmaba que el cerebro es el órgano material del pensamiento. Sus concepciones sobre la materia estaban inevitablemente limitadas por el marco de las concepciones metafísicas del siglo XVIII. Pero la idea del desarrollo aparece ya en sus profundos razonamientos. Consideraba el movimiento como una propiedad inalienable de la materia. Criticó la teoría idealista del preformismo (ver) (de Haller y de Bonnet) como una concepción seudocientífica, una fantasía arbitraria, así como la doctrina de la entelequia (ver), fuente del vitalismo (ver). Radíshchev estuvo próximo a comprender la influencia del medio sobre el desarrollo de los organismos, la idea de la herencia de las propiedades adquiridas. Criticaba la teoría de los materialistas vulgares, que identificaban el pensamiento y la materia. En los problemas del conocimiento, Radíshchev, que tenía una posición materialista, estimaba que la fuente del pensamiento es la percepción de la realidad por medio de los sentidos.

Sostuvo la idea de la igualdad natural de los hombres, cualquiera que sea su situación social o su raza, y denunció la opresión del hombre por el hombre. Criticó las teorías racistas acerca de la división “natural” de la sociedad en esclavos y en amos, estigmatizó la arbitrariedad de la autocracia y justificó el derecho del pueblo oprimido a sublevarse y derrocar el poder de los tiranos. Fustigó la trata de negros que se practicaba en Norteamérica. Sus palabras acusadoras contra los plantadores norteamericanos y los mercaderes de esclavos tenían un carácter progresivo. Radíshchev emitió ideas geniales para el siglo XVIII, sobre el papel de la agricultura, de la industria y de las invenciones técnicas en el progreso histórico y el desarrollo intelectual del hombre.

Vinculando los problemas de la educación social a las tareas generales de la lucha contra la servidumbre y la autocracia, Radíshchev contribuyó al desarrollo de la ciencia pedagógica rusa y mundial. M. Kalinin (ver) decía que las ideas de Radíshchev sobre la educación pueden ser consideradas siempre como progresistas. Las concepciones de Radíshchev constituían un inmenso progreso del pensamiento social y político de su tiempo. La influencia de sus ideas se ejerció mucho más allá de las fronteras de Rusia, pero fue particularmente grande sobre el desarrollo del pensamiento revolucionario de su país. Los decembristas (ver) y los demócratas revolucionarios de las décadas del cuarenta y del sesenta, eran discípulos de Radíshchev y se inspiraban en su lucha llena de abnegación contra la autocracia. Radíshchev consagró toda su vida a la lucha por la libertad y la felicidad de su pueblo, de su patria. Creía firmemente en la fuerza pujante del pueblo ruso, en el porvenir de su país. Sus obras principales son: “Viaje de Petersburgo a Moscú”, “Carta a un amigo de Tobolsk”, “La vida de Fiódor Vasilievich Uchakov”, “Sobre el hombre, su mortalidad y su inmortalidad”, la oda “Libertad”.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:433-434

Alexandr Nikoláievich Radíshchev (1749-1802)

Escritor ruso, materialista, iniciador del pensamiento revolucionario en Rusia. Nació en Petersburgo. Pertenecía a la nobleza. Estudió en la Universidad de Leipzig (1766-71). En sus notas a la traducción que hizo del libro de Mably Reflexiones sobre la historia griega (1773), condenó la autocracia como el “estado más opuesto a la naturaleza humana”. En su “Carta a un amigo de Tobolsk” (1782), Radíshchev afirmaba que los zares nunca habían renunciado ni renunciarían a su poder en bien de la “libertad” del pueblo. Su oda ”Libertad” (1783), exaltaba “el gran ejemplo” de las revoluciones inglesa y americana, la ejecución del rey por Cromwell y la lucha armada de los colonos norteamericanos por la libertad. En la obra Vida de F. V. Ushakov (1789), Radíshchev declaraba que la garantía de la liberación de la “sociedad sufriente” era la sublevación del pueblo, llevado hasta la “exasperación”, y maldijo a quienes intentaban “quitar la venda de los ojos del soberano”, es decir, suavizar el destino del pueblo dirigiéndose a los monarcas. La concepción de Radíshchev, elaborada en las obras citadas, con las que seguía desarrollando las ideas de la Ilustración del siglo XVIII (ante todo de la “Historia de las dos Indias” de Raynal y de Diderot) fue ampliamente argumentada con datos de la vida rusa en su principal obra Viaje de Petersburgo a Moscú (1790). Se muestra en este libro la inutilidad de las tentativas de ayudar al pueblo siguiendo los caminos del reformismo liberal, se propugna la ilustración revolucionaria del pueblo para el triunfo de la futura revolución popular. Las ideas políticas de Radíshchev son fruto de la generalización de los acontecimientos más importantes acaecidos en los siglos XVII-XVIII: revoluciones burguesas victoriosas en el Occidente y fracaso de la política del “absolutismo ilustrado” de Catalina II, fracaso que mostraba (con singular nitidez después de los acontecimientos de la guerra campesina de 1773-75), la esterilidad de las esperanzas puestas en “las alturas”. Por la publicación del “Viaje”, Radíshchev fue condenado a muerte, sentencia que le fue conmutada por la de destierro en Siberia (hasta 1797). En el exilio, Radíshchev escribió el tratado filosófico Del hombre, de su mortalidad e inmortalidad (1792), donde al examinar la cuestión de la denominada inmortalidad del alma, confrontó dos sistemas de concepciones diametralmente opuestos: el de los materialistas franceses e ingleses del siglo XVIII (Holbach, Helvecio, Priestley) y el de los idealistas alemanes de los siglos XVII-XVIII (Leibniz, Herder, Mendelssohn). A la vez que caracterizaba los argumentos de los primeros como basados en la experiencia y en la demostración, y las afirmaciones de los segundos como especulaciones llenas de “fantasía”, Radíshchev intentó aplicar, en el sistema materialista de pruebas de la mortalidad del alma, ideas dialécticas, en particular la de Leibniz en el sentido de que “el presente está grávido de futuro”. Ponía de manifiesto que en la vida terrenal del hombre no hay nada que demuestre la posibilidad de la existencia del alma después de la muerte. Sin embargo, desde sus posiciones de limitado materialismo metafísico, Radíshchev no pudo dar una nueva interpretación al hecho de que la cognición humana tiene un carácter activo, sobre lo que especulaban los representantes del idealismo alemán. Algo desilusionado por los resultados de la Revolución Francesa, y al ver que se repetía el aparente liberalismo de Catalina II en el gobierno de Alejandro I, Radíshchev puso fin a su vida.

Diccionario filosófico · 1965:389

Alexandr Nikoláevich Radíshchev (1749-1802)

Escritor ruso, progenitor del pensamiento revolucionario en Rusia, materialista. Sobre la formación de los criterios de Radischev ejercieron sustancial influencia las ideas políticas y sociológicas de Rousseau, Helvecio, Mably y Diderot. Radischev reprobaba la autocracia como “el estado más repugnante para la naturaleza humana”. En la “Carta a un amigo morador de Tobolsk” (1782), Radischev afirmaba que los zares nunca cedieron ni cederían su poder en aras de la “libertad” del pueblo. La oda de Radischev “Libertad” (1783) glorificaba el “magno ejemplo” de las revoluciones inglesa y norteamericana: la ejecución del rey por Cromwell y la lucha armada de los colonos norteamericanos por la libertad. Radischev proclamaba como garantía de la liberación la insurrección del pueblo sacado de quicio y maldecía a quienes trataban de aliviar el destino del pueblo apelando a los monarcas. La concepción desarrollada en dichas obras recibió su fundamentación exhaustiva, valiéndose del material de la vida rusa, en el principal trabajo de Radischev: “Viaje de San Petersburgo a Moscú” (1790). En este libro se pone en claro la esterilidad de los intentos de ayudar al pueblo aplicando reformas liberales y se plantea la tarea de su educación revolucionaria como condición de la futura revolución popular. Las ideas políticas de Radischev se basan en la sintetización de los acontecimientos más importantes de los siglos 17-18: las victoriosas revoluciones burguesas en Occidente y la bancarrota de la política del “absolutismo ilustrado” de Catalina II, que mostró (con particular evidencia después de los acontecimientos de la guerra campesina de 1773-75) lo estéril que era cifrar esperanzas en los “de arriba”. Por haber editado el “Viaje”, Radischev fue condenado a la pena capital, sustituida por la confinación en Siberia (hasta 1797). En el destierro, Radischev escribió el tratado filosófico “Del hombre, de su mortalidad e inmortalidad” (1792), en el que, al analizar el problema de la llamada inmortalidad del alma, confrontó dos sistemas diametralmente opuestos de ideas: el de los materialistas franceses e ingleses del siglo 18 (Holbach, Helvecio, Priestley) y el de los idealistas alemanes de los siglos 17-18 (Leibniz, Herder). Caracterizando los argumentos de los materialistas como basados en el experimento y la demostración, y las afirmaciones de los idealistas, como especulativas, Radischev al mismo tiempo trató de aplicar, en el sistema materialista de demostraciones de la mortalidad del alma, las ideas dialécticas, en particular, la idea de Leibniz de que “el presente está preñado de futuro”. Hacía ver que en la vida terrenal del hombre no hay nada que acredite la posibilidad de la existencia del alma del hombre después de su muerte. Sin embargo, al mantener las posiciones del materialismo metafísico limitado, Radischev no pudo reinterpretar el hecho del carácter activo del conocimiento humano con el que especulaban los representantes del idealismo alemán. Al final de su vida, Radischev sufrió un desengaño con los resultados de la revolución francesa. Compartiendo la idea del ciclo “libertad” y “esclavitud”, Radischev interpretó la dictadura jacobina como un nuevo ejemplo de degeneración de la libertad en autocracia. Al ver el hundimiento de la “nave de la esperanza” que llevaba a los pueblos la “felicidad y la libertad” y al advertir en la gobernación de Alejandro I la repetición del liberalismo ficticio de Catalina II, Radischev se suicidó. En conjunto, la evolución de las ideas sociopolíticas de Radischev reflejó con precisión el vertiginoso auge –típico de la última generación de ilustrados y de los jefes de la revolución francesa– del radicalismo democrático-burgués y su descenso posterior, vinculado con la profundización de las contradicciones de clase en el curso de la revolución.

Diccionario de filosofía · 1984:360-361