Filosofía en español
Diccionario filosófico · 1965
Cambio cardinal, cualitativo, que se produce en el sistema moderno de la ciencia y la técnica, que abarca todos los aspectos de las relaciones tecnológicas y se caracteriza, ante todo, por el hecho de que la técnica entra en una etapa nueva de su desarrollo, en la etapa de la automatización. La producción mecanizada, que obliga al obrero a participar directamente en el proceso tecnológico y a desempeñar funciones técnicas, de máquina, empieza a ceder lugar a la producción automatizada, en la que el objeto de trabajo es elaborado completamente por el sistema técnico mismo que funciona sin participación directa del obrero. En las formas desarrolladas de automatización, al sistema de líneas automáticas se adjuntan aparatos cibernéticos que cumplen funciones de cómputo, de control y de mando. La técnica cibernética se introduce no sólo en la producción de bienes materiales, sino también en la actividad administrativa, en la esfera de los servicios, en la ciencia y la instrucción. En el curso de la revolución científico-técnica cambian también los métodos tecnológicos de producción. Las tecnologías mecánicas de tratamiento del objeto de trabajo, que dominaban en la producción de bienes materiales, son desplazadas por métodos más eficientes que hacen cambiar no sólo la forma del objeto, sino también la estructura molecular y atómica de la substancia, la cual se transforma en una substancia nueva con propiedades preestablecidas. Tales son la tecnología química de producción de materiales sintéticos, los métodos de producción de energía atómica, la utilización de lasers y de las tecnologías de temperaturas altas y bajas, y los métodos bioquímicos y biofísicos de influencia que se emplean en la agricultura, la industria ligera y la medicina. De conformidad con el cambio de la tecnología cambian también los materiales y materias primas, se emplean cada vez más sustancias artificiales y crece en flecha el consumo de energía eléctrica en la producción. Todos estos procesos, que determinan los cambios cardinales de las fuerzas productivas de la sociedad, se realizan sobre la base de los adelantos de la ciencia moderna, de su ensambladura con la técnica y la producción de bienes materiales. En el presente, sobre todo en el contexto del socialismo, este proceso es múltiple, porque la ciencia se convierte en una fuerza productiva directa y no se materializa sólo en la técnica, sino también en los productores mismos de bienes materiales, elevando su nivel técnico-cultural y desarrollando su intelecto y sus capacidades creadoras. En las condiciones del despliegue de la revolución científico-técnica, no influyen ya sobre la producción sólo algunas ciencias “de vanguardia”, sino un frente cada vez más amplio de investigaciones, al que se incorporan no sólo las ciencias naturales, sino también las sociales: la economía y la organización de la producción, la organización científica del trabajo, la formulación de los principios de la dirección científica de la sociedad, las investigaciones sociológicas concretas, la psicología social, la estética de la producción y la confección de pronósticos del progreso social y científico-técnico. La esencia social de la revolución científico-técnica consiste en que cambian el lugar y el papel del hombre en la producción. La implantación de la automatización, lejos de disminuir en principio este papel, por el contrario, lo aumenta verticalmente, pues, liberándose de la ejecución de las funciones mecánicas, técnicas, el hombre obtiene la posibilidad de dedicarse a un trabajo más substancial, al trabajo creador. A consecuencia de la redistribución de funciones entre el hombre y la técnica surge la necesidad de cambiar el contenido del trabajo, la estructura profesional del personal y el nivel técnico-cultural de los trabajadores. Bajo la influencia del crecimiento de la productividad del trabajo se reduce la proporción relativa de los ocupados en la producción de bienes materiales y se desarrolla respectivamente la esfera que no los produce, sobre todo la actividad científica, la instrucción y los servicios médicos. En las condiciones del capitalismo estas exigencias de la revolución científico-técnica se deforman por las relaciones sociales antagónicas. Así, los cambios en la estructura profesional del personal conducen a que los representantes de las profesiones tradicionales se priven de trabajo. El empleo de las tecnologías nuevas viene acompañado de una mayor intensificación del trabajo. La esfera no productiva crece, ante todo, gracias a la ampliación de la esfera de los servicios, publicidad, aparato burocrático-administrativo y policial, &c. Solo en las condiciones del socialismo, la revolución científico-técnica adquiere la orientación del desarrollo que se corresponde con los intereses del hombre y la sociedad. En la sociedad socialista, el progreso de la ciencia y la técnica, que conjuga orgánicamente las realizaciones de la revolución científico-técnica con las ventajas del sistema de economía socialista, es el principal camino y medio de creación de la base material y técnica del comunismo. El feliz despliegue de la revolución científico-técnica en el socialismo contribuye al cumplimiento de importantes tareas sociopolíticas y a su victoria en la emulación económica con el capitalismo.
Diccionario de filosofía · 1984:375-376