Filosofía en español 
Filosofía en español

Iván Mijáilovich Séchenov

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

Iván Mijáilovich Séchenov (1829-1905)

Iván Mijáilovich Séchenov

Gran sabio ruso, pensador materialista, fundador de la fisiología rusa. Las opiniones materialistas avanzadas de Sechenov sobre la filosofía y las ciencias de la naturaleza se hallan estrechamente ligadas a sus opiniones progresistas en el dominio social y político, formadas bajo la influencia directa del movimiento revolucionario ruso de las décadas del cuarenta al sesenta, y de la lucha ideológica aguda que se desarrollaba en la época en el país. Sechenov reanudó las tradiciones democráticas y materialistas de la ciencia rusa cuyos fundamentos habían echado Lomonósov (ver) y Radishchev (ver). El nacimiento de la fisiología rusa se halla ligado a su nombre. Sechenov dirige su desarrollo por una vía nueva e independiente. Timiriazev (ver) y Pavlov (ver) calificaban justamente a Sechenov de “padre de la fisiología rusa”. Fue el primero en la historia de esa ciencia, en emprender el estudio experimental de la actividad cerebral, a fin de poner en claro los mecanismos fisiológicos de lo que se llama la actividad psíquica, juzgada insondable antes de él. Contrariamente a las aserciones anticientíficas de los idealistas sobre la naturaleza que se suponía incognoscible de los fenómenos psíquicos, Sechenov demostró en forma irrefutable que la conciencia, la voluntad, todo lo que se llama la actividad espiritual del hombre, son perfectamente cognoscibles y que las leyes que las rigen pueden ser explicadas y estudiadas gracias al método rigurosamente científico y objetivo, empleado hasta entonces para el estudio de los fenómenos físicos.

Sechenov fue el primero en la historia de la fisiología en considerar la actividad del cerebro humano como una actividad refleja, mientras que antes de él, no se consideraban como tales más que las funciones vitales ligadas a la médula espinal. Esta manera de interpretar la actividad cerebral cambiaba enteramente las nociones sobre la actividad psíquica del hombre, y permitió a Sechenov demostrar que la vida psíquica es el producto de un órgano material, el cerebro (ver) que funciona gracias a la acción ejercida por el mundo exterior sobre los órganos de los sentidos. Sechenov rechazaba resueltamente la afirmación idealista según la cual, la actividad psíquica del hombre sería de una naturaleza especial, y afirmaba que no hay nada en la conciencia que no exista en la realidad. Aun lo que se llama el “libre albedrío” no es sino el resultado de las condiciones exteriores en las que el hombre vive y actúa y que, al reflejarse en su cerebro, lo incitan a tal o cual acción. Según Sechenov, la tesis de los idealistas según la cual, la causa de todo acto humano residiría en el hombre mismo, en su “mundo interior”, su conciencia, y no en las condiciones objetivas concretas existentes fuera e independientemente de él y en las cuales vive y actúa, constituía una “monstruosa mentira”. “La causa primera de toda acción es siempre la excitación externa de los sentidos, pues sin ella no es posible ningún pensamiento”. Sechenov asestaba así un golpe terrible a las concepciones reaccionarias idealistas de la “inmortalidad del alma”, del “libre albedrío”, &c., que dominaban entonces en la ciencia y que son todavía difundidas por la filosofía reaccionaria burguesa.

Los trabajos de Sechenov sobre la fisiología cerebral ejercieron una gran influencia sobre la obra científica de Pavlov. Este subrayaba siempre el vínculo estrecho de continuidad entre su propia teoría de los reflejos condicionados y la doctrina de Sechenov sobre el carácter reflejo de la actividad cerebral. Los trabajos fisiológicos de Sechenov constituyen un aporte precioso a la teoría materialista del desarrollo de la naturaleza viva. El papel desempeñado por ellos fue esencial en la preparación de la base teórica e ideológica que aseguró el triunfo de la doctrina michuriniana. (Ver Michurin). Es fácil discernir en todas las indagaciones científicas de Sechenov la idea de la evolución, del desarrollo progresivo de la naturaleza viva. En su estudio sobre el problema del pensamiento, Sechenov repetía más de una vez que su solución no sería posible a menos que se considerara el pensamiento en un plano histórico, en su nacimiento y en su desarrollo. Los trabajos de Sechenov tuvieron una gran significación para comprender el substrato del pensamiento, su vínculo con la palabra, el lenguaje y la actividad humana. En sus investigaciones, Sechenov partía de la firme convicción de la existencia del mundo exterior objetivo, independiente del hombre. “He basado mis razonamientos”, escribía, “en el hecho de que todo hombre está absolutamente convencido de la existencia del mundo exterior”. En la teoría del conocimiento, Sechenov no abandonará tampoco las posiciones materialistas. Consideraba como perfectamente cognoscible el mundo material objetivo existente al margen de la conciencia. Demuestra experimentalmente que los objetos del mundo exterior y las impresiones dejadas por ellos en la conciencia del hombre son concordantes. La posibilidad de conocer el mundo y la autenticidad de lo que sabemos de él, se ven confirmadas, decía, “por los inmensos progresos de las ciencias, gracias a los cuales, el hombre pone a su servicio, cada vez más, a las fuerzas de la naturaleza”, así como “por sus brillantes aplicaciones prácticas, es decir, por los éxitos de la técnica”. Sechenov somete al idealismo a una crítica violenta en el problema del conocimiento del mundo, y en particular, a la teoría idealista de Kant (ver) que afirma que el objeto del conocimiento depende del sujeto cognoscente, de las formas de razonamiento existentes a priori, que se suponen innatas en el hombre e introducidas por él en el objeto estudiado. Sechenov consideraba el experimento y la práctica como la base de la teoría del conocimiento, el criterio de la autenticidad de todo saber positivo.

El materialismo de Sechenov incluye ciertas lagunas, propias del materialismo premarxista. Aunque supo refutar la interpretación idealista de la cuestión del libre albedrío, y demostrar que la voluntad humana dependía de causas exteriores y objetivas, no se dio cuenta de que ella está condicionada por las relaciones sociales en medio de las cuales vive y actúa el hombre. La misma laguna se vuelve a encontrar en su interpretación del substrato del pensamiento y de la conciencia humanas.

Sechenov era un sabio avanzado en su época. Timiriazev lo consideraba como una de las personalidades más destacadas del movimiento social de la década del sesenta. Sechenov mantenía relaciones de amistad con el dirigente de la democracia revolucionaria rusa, N. Chernishevski (ver) cuyas concepciones filosóficas adoptó. Por su parte, Chernishevski estimaba en alto grado la obra científica de Sechenov, cuyos trabajos sobre fisiología constituían una de las bases científicas de su materialismo filosófico. Como se sabe, Chernishevski representó a Sechenov en el personaje Kirsanov de su novela ¿Qué hacer?.

Sechenov desenmascaró magistralmente el idealismo y el misticismo de Kavelin, adversario de los demócratas revolucionarios, y a quien Lenin consideraba como uno de los tipos más repugnantes de la morralla liberal. Gran patriota y combatiente de vanguardia en el campo de las ciencias naturales, Sechenov se veía expuesto a los vejámenes y a las iras de la autocracia zarista, que lo tenía por un “político subversivo”. Sechenov no separaba los intereses de la ciencia de los del pueblo, y a una edad avanzada, ofrecía conferencias entusiásticas a los obreros de Moscú. Pero las autoridades zaristas se apresuraron a prohibir esas conferencias. Sechenov saludó el advenimiento de la revolución de 1905: “Ahora”, decía a Timiriazev, “es preciso trabajar, trabajar y siempre trabajar”. “Fueron”, declara Timiriazev, “las últimas palabras que oí de él, el testamento dejado a la generación que ascendía por una generación poderosa que abandonaba la escena”.

Las obras principales de Sechenov son: “Los reflejos del cerebro”, “Impresiones y realidad”, “Qué debe elaborar la psicología y cómo hacerlo”, “Los elementos del pensamiento”.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:458-460

Iván Mijáilovich Séchenov (1829-1905)

Renombrado naturalista, “padre de la fisiología rusa” y fundador de la psicología materialista en Rusia. Fue profesor de la Academia de Cirugía (1860-70) y de la Universidad de Moscú (1891-1901), académico honorario desde 1904. Séchenov fue un luchador intransigente contra el idealismo en las ciencias fisiológicas y psicológicas. Sobre las concepciones filosóficas y político-sociales de Séchenov, ejercieron una influencia esencial los demócratas revolucionarios rusos, en particular Chernishevski. En su actividad científica, Séchenov se guiaba por tres principios metodológicos fundamentales: el de la unidad material del mundo, el del determinismo y el del examen genético del objeto de estudio, incluida la psique. Séchenov sentó las bases de las investigaciones fisiológicas experimentales del sistema nervioso central, en particular del cerebro. Sus descubrimientos capitales en lo que respecta a la fisiología del sistema nervioso conciernen a la investigación de la inhibición central y a la propiedad de la “inercia” del tejido nervioso. Después de hacer extensivo el principio del reflejo a la actividad del cerebro (artículos “Reflejos del cerebro” y “Quién ha de elaborar la psicología y cómo ha de hacerlo”), Séchenov formuló las bases de la teoría acerca de la actividad psíquica refleja de los animales y del hombre. Introdujo nuevos conceptos (“aparato sensorial” o analizador, reflejos adquiridos y otros) que sirvieron de punto de partida a Pávlov para la elaboración de la teoría de la actividad nerviosa superior. Séchenov contribuyó en gran manera a fundamentar científicamente problemas de la gnoseología materialista como el relativo a la naturaleza del reflejo sensorial y de su función cognoscitiva (“Primera conferencia en la Universidad de Moscú“, “Impresiones y realidad”, “El pensamiento objetivo y la realidad”), el de la conexión y paso del reflejo sensorial al pensamiento y el que trata de la naturaleza de los procesos del pensar (artículo “Elementos del pensar”), el del papel de la actividad objetiva, práctica, en la formación de la imagen, el de las facultades psíquicas y otros varios problemas.

Diccionario filosófico · 1965:414-415

Iván Mijáilovich Séchenov (1829-1905)

Naturalista, “padre de la fisiología rusa” y fundador de la psicología materialista en su país. Los demócratas revolucionarios rusos, en primer lugar Chernishevski, ejercieron sustancial influencia sobre las ideas filosóficas y sociopolíticas de Sechenov. El mismo puso comienzo a las investigaciones fisiológicas experimentales del sistema nervioso central, en particular, del cerebro. Sus realizaciones más importantes en la esfera de la fisiología del sistema nervioso son: el descubrimiento de la inhibición central y de la propiedad de la “inercia” del tejido nervioso. Al extender el principio reflejo a la actividad del encéfalo (artículos “Los reflejos del encéfalo”, 1863, y “Quién y cómo debe desarrollar la psicología”, 1873), Sechenov puso comienzo a la elaboración de la teoría de la actividad psíquica de los animales y el hombre, que constituyó el punto de partida para I. Pavlov en la creación de la doctrina de la actividad nerviosa superior. Sechenov hizo un importante aporte a la fundamentación, con ayuda de las ciencias naturales, de los problemas de la gnoseología materialista tales como son, entre otros, la naturaleza del reflejo sensorial y de su función cognoscitiva, la relación y la transición del reflejo sensorial al pensamiento y la naturaleza de los procesos discursivos, el papel de la actividad práctica en la formación de la imagen y de las capacidades psíquicas.

Diccionario de filosofía · 1984:386