Filosofía en español
Doctrina sobre el “tao” o “camino” (de las cosas); surgió en China, en los siglos VI-V a.n.e. Se considera como su fundador a Lao-tse, cuyas ideas fundamentales se hallan expuestas en el libro Tao te king. Todas las cosas nacen y se transforman gracias a su propio “camino”: “tao”. En el mundo no existen cosas invariables y en el proceso de su cambio todas ellas se convierten en su contrario. El hombre ha de atenerse al carácter natural de las cosas, ha de renunciar a las lucubraciones sabihondas. El taoísmo se manifestaba contra el dominio y la opresión, exhortaba a volver a la primitiva vida en común. Fueron importantes taoístas Yan Chu, Sun Tsian, Yu Ben, Chuán-tsi, todos ellos de los siglos IV-III a.n.e. La observación de las leyes naturales (tao) de la vida, según Yan Chu, conduce al hombre a “conservar su naturaleza en su integridad”. Sun Tsian y Yu Ben, a su vez, consideran que la observación de dichas leyes también es necesaria para que el hombre entre en posesión de la sabiduría y llegue al conocimiento de la verdad; creían que el alma del hombre consta de finísimas partículas materiales, “tsin tsi”, que llegan y parten en dependencia de la “limpieza” o “suciedad” de nuestro órgano del pensar (“sin”). En Chuan-tsi, junto a la ingenua concepción materialista del mundo, se formulan principios idealistas en el sentido de que la verdad objetiva no existe, la vida es una ilusión, mientras que el ser verdadero radica en el tao eterno, que existe por sí mismo. Estas ideas de Chuan-tsi constituyeron una de las fuentes ideológicas que dieron origen a la formación de la religión taoísta, en la linde de nuestra era. (Es necesario distinguir del taoísmo como doctrina religiosa, la filosofía taoísta.) Posteriormente, las ideas racionales de la filosofía del taoísmo fueron desarrolladas en las doctrinas de los materialistas chinos (Van Chun y otros).
Diccionario filosófico · 1965:447-448
Doctrina, del dao, o “camino” (de las cosas), que surgió en China en los siglos 6-5 a. n. e. Se considera que el fundador del daoísmo era Laozi (siglos 6-5 a. n. e.), filósofo antiguo chino, que llamaba a seguir a la naturaleza y vivir una vida natural; en la época Tang (siglos 7-9) fue canonizado como santo. Sus principales ideas están expuestas en el libro Dao de jing (Tao Te-King). Todas las cosas nacen y cambian gracias a su propio “camino”: dao. En el mundo no existen cosas inmutables, y en el proceso de su cambio, todas ellas se convierten en su contrario. El hombre debe seguir la naturalidad de las cosas y renunciar a filosofar. El daoísmo se pronunciaba contra el dominio y la opresión y llamaba a retornar a la vida comunitaria primitiva. Notables adeptos del daoísmo eran Yang Zhu, Yin Wen y Zhuanzi (Chuang-tse), que vivían en los siglos 4-3 a. n. e. La observancia de las leyes naturales (dao) de la vida, según Yang Zhu, permitirá al hombre “conservar intacta su naturaleza”, y según Yin Wen, es necesaria también para que el hombre adquiera sabiduría y conozca la verdad. Este último filósofo estimaba que el alma del hombre está compuesta de finísimas partículas materiales, que llegan y se van en dependencia de la “pureza” o “impureza” de nuestro órgano de pensamiento (xin, o sin). En calidad de objeto del conocimiento, Zhuanzi promovió la dialéctica de lo único y lo múltiple, de lo absoluto y lo relativo, de lo constante y lo mutable. Pero tendía a absolutizar lo único en lo múltiple, el reposo en el movimiento, trataba de aislar el dao de las cosas, lo cual constituyó la base ideológica de su teoría de la “inacción”, que fue una de las fuentes ideológicas de la formación de la religión del daoísmo a principios de nuestra era (hay que diferenciar entre la filosofía del daoísmo y el daoísmo como religión).
Diccionario de filosofía · 1984:103-104