Teoría de los jeroglíficos
Teoría de los jeroglíficos
La teoría de los jeroglíficos sostiene que las sensaciones y las representaciones del hombre sólo son signos convencionales (jeroglíficos) del mundo. Los partidarios de esta teoría afirman que, al parecer, nuestra conciencia no es el reflejo de los objetos y de las cosas del mundo objetivo, tratando así de socavar la fe en la posibilidad de conocer el mundo. «La imagen supone necesaria e inevitablemente la existencia de una realidad objetiva, de aquello cuyo “reflejo” es. El “signo convencional”, el símbolo, el jeroglífico, son nociones que introducen un elemento del agnosticismo absolutamente superfluo» (Lenin). La imagen jamás puede coincidir plenamente con el objeto que refleja, pero es un retrato fiel del objeto realmente existente y no un signo convencional. La teoría de los jeroglíficos fue sostenida por una serie de naturalistas, y durante un tiempo, compartida también por Plejanov. El materialismo dialéctico opone a la teoría de los jeroglíficos la teoría del reflejo.
Diccionario filosófico marxista · 1946:296
Teoría de los jeroglíficos
Teoría según la cual las sensaciones y representaciones del hombre sólo son signos convencionales (jeroglíficos) del mundo.
Los partidarios de la teoría jeroglífica afirman que nuestra conciencia no es, al parecer, un reflejo de las cosas y objetos del mundo objetivo. Con eso procuraban socavar la creencia en la posibilidad de conocer el mundo. “La imagen, necesaria y fatalmente, presupone la realidad objetiva de lo que es ‘reflejado’. El ‘signo convencional’, el símbolo, el jeroglífico son en esencia conceptos que introducen un elemento completamente innecesario del agnosticismo” (Lenin). La imagen nunca puede coincidir, completamente, con el objeto que refleja; pero ella es la verdadera imagen de un objeto que existe realmente, y no un signo convencional.
La teoría de los jeroglíficos fue sostenida por una serie de naturalistas.
En la teoría participó también, en un tiempo, Plejanov. Contra la teoría de los jeroglíficos, el materialismo dialéctico opone la teoría de los reflejos. (Ver).
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:99
Teoría de los jeroglíficos
Teoría idealista según la cual, las sensaciones y las representaciones del hombre son no una copia de las cosas reales, sino signos convencionales (jeroglíficos) sin semejanza con ellas. Los adeptos de esta teoría afirman que nuestros órganos de los sentidos no nos dan un conocimiento verídico del mundo, que nuestra conciencia no refleja el mundo objetivo. Esta concepción, que mina nuestra fe en la posibilidad de conocer el mundo, conduce directamente al idealismo. «La imagen supone necesaria e inevitablemente la realidad objetiva de lo que se “refleja”. El “signo convencional”, el símbolo, el jeroglífico son nociones que introducen un elemento completamente innecesario de agnosticismo» (Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, p. 261, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1948). La imagen no puede jamás coincidir exactamente con el objeto reflejado, pero es la imagen de un objeto que existe realmente, y no un signo convencional. Lenin criticó a Plejanov (ver) por haber substituido la teoría marxista del reflejo por la teoría de los jeroglíficos. En la URSS, esta doctrina era profesada por los mecanicistas (Axelrod y otros). Actualmente, bajo formas diversas, se halla ampliamente difundida en la filosofía burguesa. A la teoría de los jeroglíficos, el materialismo dialéctico opone la teoría del reflejo (ver).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:493-494
Teoría de los jeroglíficos (o de los símbolos)
Concepción gnoseológica tendiente a demostrar que mediante las sensaciones en la conciencia no se crean imágenes que reflejen los rasgos de los objetos y de los fenómenos, sino símbolos, señales, jeroglíficos que nada tienen de común con las cosas y sus propiedades. Esta teoría fue formulada por Hermann Helmholtz sobre la base de la denominada “ley de la energía específica de los órganos de los sentidos” formulada por Johannes Müller (según dicha ley, lo específico de las sensaciones no depende de los estímulos exteriores, sino de las particularidades de los órganos de los sentidos; por ejemplo, cualquier estímulo sobre el órgano de la vista provoca una sensación luminosa). El término “jeroglífico” fue introducido por Gueorgui Valentínovich Plejánov. Semejante punto de vista aporta a la gnoseología un elemento de agnosticismo. El materialismo dialéctico no considera que la sensación constituya una simple copia de las cualidades de los objetos. Las sensaciones elementales que surgen cuando se establece una interacción con el mundo objetivo, dependen también de la organización específica de los órganos de los sentidos. No obstante, lo específico mismo de los órganos de los sentidos está determinado en última instancia por los portadores objetivos y constantes de información sobre los cambios del medio, como son las ondas electromagnéticas (luz), las oscilaciones del aire (sonidos), &c. Por otra parte, las sensaciones elementales constituyen una imagen subjetiva del mundo objetivo, son los recursos subjetivos con ayuda de los cuales se reproduce la imagen real de las cosas exteriores. Por este motivo las sensaciones nos unen con la realidad y no constituyen un abismo infranqueable que separe del mundo objetivo la conciencia del hombre. En Materialismo y empiriocriticismo Lenin criticó los errores de Plejánov sobre este problema.
Diccionario filosófico · 1965:457
Teoría de los jeroglíficos (o símbolos)
Concepción gnoseológica, según la cual las sensaciones no son imágenes que reflejan los rasgos de los objetos y fenómenos, sino símbolos, signos, jeroglíficos, que no tienen nada que ver con las cosas y sus propiedades. Plejánov introdujo el término “jeroglífico” en su acepción gnoseológica. Helmholtz elaboró la Teoría de los Jeroglíficos sobre la base de la llamada “ley de la energía específica de los órganos de los sentidos”, formulada por J. Müller, el cual consideraba que las sensaciones son la vivencia por el organismo del estado de sus propios nervios, y la especificidad de las sensaciones no depende de los influjos externos, sino de las peculiaridades de los órganos de los sentidos. (Por ejemplo, todo influjo sobre el órgano de la vista provoca la sensación de la luz.) Este punto de vista introduce en la gnoseología el elemento del agnosticismo. Las sensaciones que surgen al interaccionar con el mundo objetivo dependen también de la organización específica de los órganos de los sentidos. Ahora bien, esta última se determina, en fin de cuentas, por los factores objetivos (oscilaciones electromagnéticas, aéreas, &c.), que el organismo utiliza en el proceso de su orientación activa. Por eso, las sensaciones son la imagen subjetiva del mundo objetivo. Nos vinculan con la realidad y no constituyen un abismo infranqueable entre la conciencia del hombre y el mundo objetivo. En su libro Materialismo y empiriocriticismo, Lenin sometió a crítica la Teoría de los Jeroglíficos.
Diccionario de filosofía · 1984:240