Filosofía en español 
Filosofía en español


Uriel Acosta

Acosta (Uriel.) Caballero portugués de origen judío, que nació en Oporto hacia fines del siglo XVI. Habiendo recibido una educación esmerada, y manifestado desde sus primeros años grande afición a las ciencias, se dedicó mas especialmente a la Teología, y pasó el primer tercio de su vida entregado a la más austera devoción; pero poco a poco se le iban presentando algunas dificultades acerca de los principios de nuestra fe, y su alma apasionada se agitaba violentamente para resolverlas. Al cabo de algunos años, creyendo que el judaísmo que habían profesado sus mayores era más conforme a la razón, predicó con gran riesgo de su vida esta doctrina a su familia; y abandonando una parte de su fortuna y la existencia cómoda y tranquila que ella le proporcionaba en su patria, se marchó a Holanda, donde abrazó públicamente el judaísmo. No tardó sin embargo en conocer que los principios de los Rabinos no estaban conformes con la ley de Moisés; y habiendo manifestado sus dudas, fue excomulgado por la Sinagoga. Soportó con resignación este castigo, y empezó a escribir un libro para sostener sus opiniones, pero a fuerza de examinar el antiguo testamento, y viendo que nada se decía en él de las penas y recompensas de la otra vida, abrazó la secta de los Saduceos, y publicó un libro donde combatió con suma violencia la inmortalidad del alma. Acusáronle los judíos ante los tribunales de Amsterdam, como enemigo de toda religión, y aunque procesado y preso de sus resultas, fue absuelto al poco tiempo y puesto en libertad. Crecieron entonces sus dudas, hasta el punto de negar que la ley de Moisés fuese una revelación divina, y como ya había caído en una absoluta incredulidad, le fue indiferente profesar exteriormente un culto cualquiera, y se reconcilió con la Sinagoga a los quince años de haber sido excomulgado. Al poco tiempo volvió a ser acusado por haber disuadido a dos cristianos de que abrazasen el judaísmo, [137] y por no observar las prácticas de su creencia. Volvióle a excomulgar la Sinagoga, y pasó siete años lleno de amargura, perseguido por su familia y por los judíos de Holanda. Resentido de tantas humillaciones, trató de matar a un primo suyo que había sido su delator; mas no habiendo podido llevar a cabo su intento, quiso seguir la suerte que había destinado a su primo, y se quitó la vida en abril de 1640.

Acosta es un ejemplo notable, de los extravíos a que puede conducir a un alma noble y apasionada, el orgullo de la razón pervertida. La mayor parte de su vida sintió la necesidad de una creencia religiosa, sin echar de ver que ese mismo sentimiento es una prueba de que hay verdades que no pueden alcanzarse con los esfuerzos de la razón. Sus dos obras más notables son: Examen traditionum, Pharisaicarum ad legem scriptam y Exemplar vitae humanae.