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Espacio antropológico
Los campos antropológicos y el material antropológico [244] no son esferas sustantivas: hay que contar con un contexto en el cual existe el propio material. Hemos introducido el concepto de “espacio antropológico” como concepto gnoseológico vinculado, en cuanto contexto envolvente, a un campo o a un material antropológico. La idea de un espacio antropológico presupone la tesis de que el hombre sólo existe en el contexto de otras entidades no antropológicas, la tesis según la cual el hombre no es un absoluto, no está aislado del mundo, sino que está “rodeado”, envuelto, por otras realidades no antropológicas (plantas, animales, piedras, astros). Se trata de determinar cuáles puedan ser los ejes necesarios y suficientes coordinantes de este espacio. A partir de ellos, todos los “materiales antropológicos” habrían de poder situarse. El espacio antropológico del idealismo hegeliano (pero también el del materialismo histórico y el del materialismo cultural) es un espacio bidimensional, con dos ejes: el “Hombre” y la “Naturaleza”. La tradición metafísica aristotélica –y cristiana– había utilizado un espacio tridimensional (las relaciones del hombre para consigo mismo, las relaciones del hombre con la naturaleza y las relaciones del hombre para con Dios o los dioses) [72]. Del hecho de adoptar (contra esta tradición) una perspectiva materialista (que niega a los dioses como entidades inmateriales) ¿cabe inferir que es preciso reducir el espacio tridimensional [1] a un espacio plano? No necesariamente: sólo será preciso cambiar los términos del tercer contexto. No serán los dioses quienes lo constituyan.
Nuestro espacio antropológico estará coordenado por estos tres ejes:
· el eje circular,
· el eje radial y
· el eje angular.
{E&U/Epi 180-181 / SV 90, 92-93, 95, 97 /
→ AD2 189-227 / → AAC}