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Alienación personal / Alienación genérica
(según el materialismo filosófico)
Definimos la alienación en general partiendo del concepto genérico de la “falsa conciencia” [302-304]. La “alienación” es, entonces, un estado que tiene mucha semejanza con el “autismo”: el individuo se ha revestido de una personalidad tal que resulta ser “impermeable” a las influencias de otras personas; se comportará como si estuviese dotado de un automatismo capaz de segregar todo aquello que pudiera modificar, ampliar o rectificar su propio sistema de ideas y valores, y esta incapacidad es la que le aísla o hace ajeno de todo influjo procedente de la sociedad de personas que le rodean. Desde este punto de vista la idea de alienación no sólo podrá ser aplicada a una persona por relación a otras personas de su grupo; también podrá ser aplicada a grupos de personas en cuanto se mantienen aislados o “extrañados” de otros grupos de personas. El mayor grado de alienación se alcanzaría en la confrontación de una “cultura extraña” con la cultura de referencia. Los individuos que pertenecen a una sociedad que, por hipótesis, sea de todo punto “extraña”, por su cultura, a la nuestra, constituirían el mejor ejemplo del estado de alienación, una alienación genérica, referida a la sociedad humana, es decir, al “Género humano”, al menos en el supuesto de que a tales individuos se les “concediera” la condición de personas. {SV 181-182}