Filosofía en español 
Filosofía en español

Libertad

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Libertad personal como poder enfrentado a otros poderes

Sólo cuando hemos concebido la libertad positiva como un “poder hacer” personal, y no como una elección arbitraria, tendrá sentido formar proyectos tales como el de “luchar por la libertad”. La libertad es poder: la libertad negativa es equivalente al poder de resistencia ante el influjo de otros poderes. La libertad (negativa) como poder se constituye en el enfrentamiento no con “el poder” en general, sino con determinados poderes específicos y concretos en particular. Y como los poderes personales son poderes normados, la libertad (negativa) sólo podrá constituirse en el proceso de confrontación de un poder normado con otros poderes también normados, o lo que es lo mismo, en la confrontación de unas normas [235] con otras. En general, las peticiones de libertad que unas personas hacen a otras personas se refieren a libertades-de, es decir, a la eliminación de las trabas o prohibiciones que impiden el desarrollo de una supuesta capacidad o libertad-para; se da por supuesto que una vez conseguida la libertad-de, la libertad-para, o potencia, se manifestará por sí misma (conseguida la libertad de asociación, las asociaciones se constituirán de inmediato). Un supuesto acaso excesivamente optimista. La libertad, como libertad positiva, en cuanto capacidad, facultad o potencia del hacer personal, tiene que apoyarse en el poder de otras personas. Por ello, la libertad positiva está también limitada por ellas. “Luchar por la libertad” no tiene un significado meramente abstracto, sino que implica siempre “luchar contra las personas que tienden a limitar mi poder”. La concepción causal de la libertad obliga a restringir enérgicamente la aplicación del concepto de libertad al individuo psicológico, en cuanto tal, incluso en el supuesto de que psicológicamente el individuo tenga la evidencia, o la “conciencia subjetiva”, de “estar eligiendo libremente”. En todo caso, la concepción causal de la libertad desaconseja la aplicación del predicado “libre” a situaciones constituidas por actos aislados o “puntuales” de elección del sujeto, orientando en cambio la aplicación de este predicado a la “trayectoria global” de la persona. No tiene sentido decir que las acciones del sujeto, por separado, son libres, puesto que libre sería sólo el sujeto en cuanto persona globalmente considerada. Según esto, sólo de un modo retrospectivo –cuando la trayectoria de una persona ha llegado a su fin– cabría hablar de libertad. En el rigor más estricto, sólo de un modo retrospectivo cabrá atribuir la libertad, o negársela, a una persona. No todo individuo podría ser considerado libre, pues su “identidad personal” no es reducible a la facticidad de sus actos, cualquiera que éstos sean. La persona sólo es libre en la medida en que sus actos puedan ser interpretados como episodios integrables dentro de una trayectoria global dotada de sentido teleológico propio. Acaso las personalidades que puedan considerarse como dotadas de una libertad más profunda sean aquéllas que, paradójicamente, hayan vivido, con más intensidad, la ejecución de sus actos particulares como necesarios para el cumplimiento de su propio destino. Así entendida, la libertad tiene muchas modulaciones, y no es un atributo unívoco. Por ejemplo, y a efectos de admitir la posibilidad de tener como libres a las personas que viven en una ciudad o un Estado, podría ser suficiente conferir a los ciudadanos una responsabilidad individual en lo que respecta a la ejecución de los programas públicos. En este contexto, una persona podría ser considerada libre cuando se suponga que los mecanismos deterministas, por los cuales responde, o deja de responder, a las normas presupuestas, actúan en el ámbito de su esfera individual, no porque en este ámbito no actúen causas deterministas sino porque éstas estarán actuando con independencia de las que, dentro de su rango, puedan actuar en los otros individuos de su contorno; de suerte que las actuaciones del individuo puedan ser, en su momento, incorporadas a una trayectoria personal que el sujeto de referencia pudiera cumplir con independencia –o libertad negativa– de otros individuos de su entorno. {SV 256-257}

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