La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto Filosofía en español
Grupos de discusión filosófica
Antropología
Recopilación de cartas
101 a 125
0101 20abr1997 / Felipe Sánchez / Dudas de lego
0102 20abr1997 / Emiliano Fernández Rueda / Complejidad cultural
0103 20abr1997 / Felipe Giménez / Hispanidad
0104 21abr1997 / Juan Luis Lorda / Persona y alma
0105 21abr1997 / Felipe Giménez / La persona
0106 21abr1997 / Felipe Giménez / Disculpas
0107 21abr1997 / Ryuto Ishiwa / Re: Hispanidad
0108 21abr1997 / Felipe Giménez / Con comentarios
0109 22abr1997 / Pedro Belarmino / Antropólogos que son etólogos
0110 22abr1997 / Juan Luis Lorda / Método de discusión
0111 22abr1997 / Ryuto Ishiwa / Ayuda
0112 22abr1997 / Javier Pulido Biosca / Re: La cultura de Pulido
0113 22abr1997 / Juan Luis Lorda / Algunos matices
0114 22abr1997 / Alfonso Tresguerres / Final
0115 22abr1997 / Felipe Sánchez / Re: Hispanidad
0116 22abr1997 / Javier Pulido Biosca / Re: La persona
0117 23abr1997 / Emiliano Fernández Rueda / Tres problemas
0118 23abr1997 / Felipe Giménez / Hastío
0119 23abr1997 / Juan Luis Lorda / [borrador persona]
0120 23abr1997 / Juan Luis Lorda / Persona: historia del concepto
0121 24abr1997 / Emiliano Fernández Rueda / Re: Final
0122 24abr1997 / Ildefonso Hervás / Hombre-mujer
0123 25abr1997 / Juan Luis Lorda / Pregunta sobre persona en derecho
0124 25abr1997 / Felipe Giménez / Respuesta
0125 26abr1997 / Felipe Giménez / Persona y derecho

Antropología 0101
Fecha: Domingo, 20 Abril 1997 05:21:40 -0400
De: Felipe Sánchez / fsanchez•eso.org
Título: Dudas de lego

Hola, esta es mi primera intervención en la lista a pesar de que hace ya tiempo que la vengo observando. Mi nombre es Felipe Sánchez, tengo 28 años, chileno y de profesión matemático. Me gustaría que me aclararan algunas dudas, espero que perdonen mi ignorancia.

Primero, algunos colisteros han estado utilizando el concepto de cultura superior, o «más potente», o «más compleja». ¿Podrían aclararme cuales son los parámetros con los cuales se pueden clasificar las sociedades o culturas en esta relación de orden? Me parece que estos conceptos dan a entender que existe una evolución lineal de las sociedades, es decir toda sociedad está predeterminada a pasar por ciertos estadios. Según esto las sociedades americanas en el tiempo de la conquista estaban en un estadio más primitivo que las sociedades europeas. ¿Están de acuerdo con esta afirmación? Yo tengo mis propias opiniones al respecto, pero primero me gustaría saber si estoy entendiendo bien.

Por otro lado también he detectado que la mayoría de los argumentos (exceptuando a Ryu me parece) están fuertemente cargados de juicios morales y de valor. ¿Es práctica común en la antropología involucrarse emocional y moralmente con el objeto de estudio? Por favor no lo tomen como una pregunta mal intencionada... me imagino que siendo el hombre el objeto de estudio debe ser difícil, y a lo mejor poco práctico, tratar de permanecer frío y objetivo; solo quiero saber si es común que el investigador se involucre e influya sobre el objeto estudiado.

Saludos, Felipe Sánchez / fsanchez•eso.org


Antropología 0102
Fecha: Domingo, 20 Abril 1997 12:12:51 +0200 (MET DST)
De: Emiliano Fernández Rueda / efrueda•arrakis.es
Título: Complejidad cultural

Estimados colegas:

En la disputa que han mantenido Tresguerres y Pulido sobre la complejidad cultural, creo que el primero se fija solamente en los aspectos más evidentes y sensibles de las culturas, que son los de la dotación material y tecnológica, en lo que no cabe duda de que la occidental es mucho más compleja, rica y abundante que todas las sociedades preindustriales. También lo es en lo que hay actualmente detrás de toda esa abundancia material: la ciencia y los conocimientos. Pero creo que se equivoca si pretende que porque una sociedad sea más grande es por ello más compleja. ¿Por qué motivo ha de ser más complejo el organismo de un mastodonte que el de una lagartija?

Un solo ejemplo podría tal vez ser suficiente: el aprendizaje de las terminologías de parentesco de los indios de Norteamérica ha costado verdaderos quebraderos de cabeza a los antropólogos, mientras que los de las culturas modernas se aprenden en diez minutos.

Una afirmación de corte universal como la de afirmar que la occidental es más rica, más evolucionada, más moral... no debe enunciarse si no es con sumo cuidado.

Un saludo, Emiliano Fernández Rueda / efrueda•arrakis.es


Antropología 0103
Fecha: Domingo, 20 Abril 1997 12:32:25 +0200
De: Felipe Giménez / fgimenez•mx2.redestb.es
Título: Hispanidad

Estimados contertulios:

Creo que es muy correcta la doctrina expuesta por Pedro Belarmino. Hay que luchar contra el mundo anglosajón, contra los curas y contra la religión. Ahora le pregunto a Pedro Belarmino, ¿Qué tienen que hacer los gobiernos de los países iberoamericanos? ¿Expulsar a los jesuitas y a los misioneros-antropólogos protestantes? Sería interesante regresar al S. XVIII, a la Ilustración. La religión cristiana es un cáncer que debilita a la Hispanidad. La lucha entre las culturas es a muerte y no nos hagamos ilusiones de un irenismo armonista. Hoy, por cierto, la lucha es entre el inglés y el español. La Historia Universal camina por ahí. Por ello hay que defender a Fidel Castro contra la barbarie anglosajona. Sostenella y no enmendalla.

Arriba la Hispanidad.
Atentamente, Felipe.


Antropología 0104
Fecha: Lunes, 21 Abril 1997 11:30:22 +0200
De: Juan Luis Lorda
Título: Persona y alma

El 18 de abril de 1997 04:53 pm, dice Lizardo Tavera: «... Tal es el caso de la "bizantina" discusión del siglo XV de si las personas de América tenían alma o no, porque si la tenían (el alma), entonces tenían derechos (no podían ser esclavos, debían recibir salario, &c.), ahora si no la tenían, podían ser esclavizados sin problemas. Al final se resolvió que tenían almas, pero... igual se esclavizó. Por otro lado, va la pregunta ¿es relevante en antropología hacer una diferencia entre Hombre y Persona?»

Me parece que generaliza demasiado. En el pensamiento cristiano, siempre se ha entendido que persona es todo hombre (también los ángeles y Dios, como señalaba Javier Pulido); es una cuestión de naturaleza. Cualquiera que tenga naturaleza humana es hombre. Hoy diríamos cualquiera que pertenece a la especie humana.

Precisamente por eso, los primeros religiosos de la conquista se quejaron del mal trato que muchos conquistadores daban a los naturales. Y argumentaban que no se podía tratar así a un hombre. Es famoso el sermón de Montesinos en el Adviento de 1511, que impresionó tanto a las Casas. Los que se sintieron ofendidos respondieron que los naturales eran muy brutos y que se comportaban como animales y que, por eso, no se les podía explicar el catecismo ni hacer cristianos, y algunos llegaron a decir que era como si no tuvieran alma. Pero se trataba de un absurdo. Esta discusión es la que da origen a todas las Leyes de Indias, que son muy tempranas, donde se intenta proteger a los naturales y reconocer sus derechos. Pero entonces, como ahora, muchos de los interesados hicieron lo posible por burlar las leyes que no les convenían.

Los dominicos urgieron a que se diera un documento oficial de la Santa Sede, reforzando las leyes imperiales, precisamente para aumentar la base legal y evitar totalmente los abusos. La Santa Sede intervino a petición y envió al arzobispo de Toledo el Breve Pastorale Officium, de 1537. Traducido rápidamente dice así:

«Ha llegado a nuestros oídos que... el emperador Carlos (V) para reprimir a aquellos que ardiendo de codicia, se conducen de un modo inhumano contra el género humano, con edicto publico ha prohibido a todos sus súbditos, que hagan esclavos de cualesquiera indios occidentales o meridionales, o que se atrevan a privarles de sus bienes. Estos indios, aunque están fuera del rebaño de la Iglesia, no pueden ser privados de su libertad ni de sus propiedades, y, como son hombres y por tanto capaces de fe y de salvación, no obligados a la servidumbre, sino por las predicaciones y el ejemplo han de ser invitados a la vida, y por eso, Nosotros, para reprimir esos abusos tan execrables con los infieles, y para que no por tantas injurias y daños se desesperen y se les haga mas duro abrazar la fe... mandamos (a ti, arzobispo de Toledo) que a todos y cada uno de los que están constituidos en autoridad, bajo pena de excomunión latae sententiae [automática], muy seriamente urjas que de ninguna manera se atrevan a hacer esclavos a estos Indios o a expoliarles de cualquier modo de sus bienes.»

Este es el centro de la cuestión del «alma de los Indios», que no era una discusión real, sino una excusa (la brutalidad), que a veces manejaban, sin ninguna credibilidad, los que querían esclavizarlos y, para eso, no querían que se les predicase ni que se hicieran cristianos. Pero, en este caso, la Santa Sede (como cualquiera que fuese una persona normal) siempre ha considerado que eran hombres y que por tanto estaban dotados de razón y tenían por eso sus propios derechos, que nacen de la naturaleza y no de la fe. Todo esto se ve perfectamente en este texto, pero es doctrina común de siempre. En España, las leyes de Indias, con una vigilancia grande de la Universidad de Salamanca, sacarán las consecuencias jurídicas de esto. Y por eso es uno de los pasos importantes en la historia de los derechos humanos. Se sacan las consecuencias jurídicas de los principios de la filosofía, leídos en este caso, cristianamente.

Precisamente por ser cristianos, pensaban que todo hombre tenía alma y derechos. En nuestro siglo, en cambio, en contextos descristianizados donde se piensa que el hombre es solo un animal o un paquete de células, se han hecho todo tipo de abusos «legales», desde el poder; y no simplemente por la «codicia» (que eso ha habido siempre). Hitler o Stalin invocaban principios biológicos o filosóficos y sus respectivos sistemas oficialmente permitían atentar gravemente contra los derechos más elementales.

Por eso, la cuestión del alma, como se ha dejado caer en otra carta, no es una tontería religiosa. Hay que darse cuenta de lo que está en juego y respetar la historia. Las cosas no se pueden tirar alegremente a la basura, sin saber qué es lo que nos jugamos. No hay que olvidar que el pensamiento de Occidente se sustenta en una matriz cristiana que afecta a todo. No es tan fácil ser un materialista o un biologicista consecuente y pensar seriamente que hay que respetar al otro. En nuestra cultura este sentido moral tiene mucho que ver todavía con los «prejuicios religiosos», aunque tenga otras fuentes. Esperemos que duren.

Con un saludo a todos, Juan Luis Lorda


Antropología 0105
Fecha: Lunes, 21 Abril 1997 15:28:55 +0200
De: Felipe Giménez
Título: La persona

Estimados contertulios:

Lo primero que tengo que decir es que me alegro por la lúcida intervención de Pedro Belarmino que nos sirve para sentar una serie de tesis claras y firmes respecto al progresismo barato relativista romántico decimonónico del buen salvaje. Le quiero preguntar a Pedro Belarmino entonces si habría que expulsar nuevamente a los jesuitas y a los predicadores protestantes, sembradores de tanta cizaña de resentimiento antiespañol, así como a los antropólogos enviados por EE.UU. o CIA para destruir los Estados iberoamericanos por la reivindicación de las «identidades culturales» que presuntamente por el hecho de existir serían dignas de ser conservadas.

Hay que ser claros:

1º Hay culturas más potentes que otras. El criterio es el de sobrevivencia. Las culturas están en una lucha a muerte entre ellas, puesto que son incompatibles. Las más aptas sobreviven y las menos aptas perecen. Así de claro, mal que les pese a algunos.

2º Normalmente, las culturas más potentes son las más complejas. No es lo mismo una civilización como la occidental capitalista que un grupo de hombres viviendo en el paleolítico. El antropólogo debe dejarse de hacer demagogia al estudiar tales asuntos y reconocer que una es superior y otra inferior y ello no significa ningún etnocidio o genocidio. Las culturas están en permanente evolución. Las identidades son móviles, no megáricas.

3º Esta cultura occidental tan despreciada de algunos para elogiar la vida aldeana del neolítico o de la edad del bronce es la que ha fabricado la antropología y su famoso relativismo. El relativismo se muerde la cola. Si todo es relativo, también es relativo el relativismo mismo.

4º El mejor tribunal para dirimir la lucha es el tribunal de la historia. Die Weltgeschichte ist das Weltgericht y no las opiniones sentimentales de los progresistas sentimentales.

5º La antropología es una ciencia de las culturas bárbaras o salvajes. Hoy día está en trance de desaparición, porque las culturas bárbaras o salvajes, lo exótico está también en trance de desaparición. Lo primigenio no existe ya, es un mito romántico.

6º Efectivamente, la persona es la máscara que se ponían los actores trágicos griegos en el teatro: «Dijo la zorra a la máscara.» Entró una zorra en el taller de un escultor y, tras revolver en todas y cada una de las cosas que allí había, se topó con una máscara de tragedia, y levantándola dijo: «¡Oh, qué cabeza, pero no tiene seso!» Evidentemente, el análisis lingüístico nos puede dar pistas acerca del origen de la palabra «persona». Desde aquí sugiero lo que dije en mi anterior intervención sobre el punto de vista jurídico e insisto sobre el punto de vista teológico-cristológico. La Iglesia Católica ha ido estudiando el tema de la persona desde la perspectiva de la esencia de Cristo. Ahí están las herejías: arrianismo, nestorianismo, monofisismo, monotelismo, adopcionismo ibérico, que han obligado a la Iglesia a reflexionar y a formular tesis en torno al tema de la persona, aunque sólo fueran referidas a la persona de Cristo, pero, al final tales tesis han podido servir para ser aplicadas a la persona humana.

Por otro lado, están las perspectivas científicas que son las siguientes: 1. Biología-medicina, 2. Psicología, caracterología, psicoanálisis, tests de personalidad, psicología de la personalidad. 3. Antropología: Cultura y Personalidad: Linton, Ruth Benedict, &c.

Atentamente, Felipe Giménez


Antropología 0106
Fecha: Lunes, 21 Abril 1997 15:37:51 +0200
De: Felipe Giménez
Título: Disculpas

Estimados contertulios:

Por errores del servidor he enviado dos mensajes muy parecidos a la lista de discusión. Espero que se sepa comprender la irregularidad. Atentamente, Felipe.


Antropología 0107
Fecha: Lunes, 21 Abril 1997 23:48:32 +0900
De: Ryuto Ishiwa
Título: Re: Hispanidad

Sin comentarios. Ryuto Daniel Ishiwa


Antropología 0108
Fecha: Lunes, 21 Abril 1997 20:51:28 +0200
De: Felipe Giménez
Título: Con comentarios

Estimados contertulios:

Nuestro contertulio japonés no entiende mis afirmaciones o no las comparte. Es igual. Estamos aquí para discutir sobre temas de antropología. Simplemente saco las consecuencias, o al menos, algunas consecuencias del discurso de Pedro Belarmino. No hay por qué escandalizarse. Las culturas están en lucha. A la CIA, a EE.UU. le interesa destruir lo hispánico. A mí no me interesa lo más mínimo. Aquí estamos hablando o escribiendo en español. ¿Por qué ese escándalo señor Ishiwa? ¿Acaso los antagonismos, la violencia, la guerra no son los parteros de la historia?

Respecto al tema de la persona, hay que decir que podríamos tratar de definir la persona de muchas maneras, pero la mejor es la jurídico-político-moral-ética. Se trata de afirmar que la persona es un concepto ético. El hombre como sujeto de dignidad, fin en sí mismo, autónomo, racional, libre, o, por lo menos, aquellos sujetos humanos que así sean, lo que implica una civilización, una sociedad estatal con escritura, con derecho, con normas éticas, en la que se haya alcanzado el nivel 6 de Kohlberg. Esto lo digo porque las normas éticas exigen un alto grado de abstracción. En este sentido, sólo Occidente ha reflexionado sobre el concepto de persona, y primero desde el cristianismo (siglos IV-VII) al tratar de definir la naturaleza de Cristo y cómo se relacionaban en él la naturaleza humana y la divina. Al secularizarse este discurso teológico pasó a la teoría liberal contractualista e individualista.

Atentamente, Felipe Giménez


Antropología 0109
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 10:29:13 +0200
De: Pedro Belarmino <pbelarmino•arrakis.es>
Título: Antropólogos que son etólogos

Amigos,

Felipe Sánchez, matemático chileno, pide criterios que puedan servir para discriminar unas culturas de otras, según los cuales pueda sostenerse que una cultura es «más potente», «más compleja», «superior» que otra.

El relativista absoluto negará incluso la posibilidad de aplicar criterio alguno, pero esa actitud límite no deja de ser literario escepticismo que, además, no sirve siquiera para encubrir una voluntad de fuga del análisis de la realidad.

Los criterios no pueden ser subjetivos, pasionales, relativos «emic» a las propias culturas. Son criterios, además, que no se postulan desde ningún sitio, sino que se aplican, necesariamente, desde dentro de una cultura. (De aquí ya surgiría un primer criterio: hay culturas que ignoran incluso siquiera que existen otras culturas.)

La aplicación de los criterios tampoco puede hacerse en ucronía, sino aquí y ahora o, si se aplican de forma histórica, en momentos absolutos del pasado (es decir, por ejemplo, comparación de las culturas dadas a escala universal en el siglo XV de la cronología europea). Lo contrario es, como mucho, puro idealismo: si los bosquimanos hubieran podido evolucionar cuarenta siglos más por su cuenta... si los europeos no se hubieran encontrado por casualidad con América... si la Inquisición no hubiera sido tan malvada... si los griegos hubieran tenido la numeración arábiga... si Julio Cesar hubiera dispuesto de internet... o Hitler de la bomba de neutrones.

Los criterios tienen que aproximarse lo más posible a la verdad, sea esta científica, sea esta filosófica. Sucede que, por lo menos, hay algunas verdades, algunos cientos de verdades, saberes que no son materia de opinión, de capricho o de relativismo cultural: «los tres ángulos de un triángulo suman 180 grados» es una verdad geométrica, no revelada por nadie a los hombres, que históricamente fue conocida y demostrada en una cultura determinada y precisa, pero que una vez alcanzada pasó a ser considerada de manera benévola e hiperbólica «patrimonio de la Humanidad», quedó disuelta potencialmente en todas las culturas (aunque, veintitantos siglos después, muchas culturas todavía no se han enterado siquiera de lo que sea un triángulo). Las leyes del triángulo, por tanto, no dependen del color de la piel del geómetra, del meridiano donde viva, de si hace frío o calor, de si se es idealista o materialista, musulmán o judío, presbiteriano o vaticanista, valiente o cobarde, oprimido en un tercer mundo explotado o jerarca de la oligarquía opresora capitalista mundial.

Como criterio límite, por tanto, para distinguir culturas, diremos que, en un momento determinado de la edad de la tierra, hay culturas que son capaces de entender, incorporar y reducir racionalmente a otras, pero no recíprocamente. Unas culturas disponen de conocimientos científicos, técnicos, políticos y sociales, que en un momento determinado, y por relación a los saberes equivalentes de otras culturas, son más potentes (desde el punto de vista científico, técnico, práctico funcional) y por tanto acaban por convertirse en rutinas triunfadoras, que son adoptadas necesariamente por las demás culturas, siquiera para intentar sobrevivir en tal lucha darwiniana. Es puro sentimentalismo pararse a meditar si esta adopción es pacífica o violenta, voluntaria o inducida, buena o mala, justa o injusta.

Como es un matemático quien pide criterios: la cultura que conoce el cero es más potente, compleja y superior que la que no lo conoce; la cultura que conoce los números irracionales es más potente, compleja y superior que la que ni sospecha qué pueda ser eso; la cultura que utiliza una calculadora mecánica es superior a la que utiliza el ábaco y ésta superior a la que sólo conoce el quipu; la notación numérica fenicio-arábiga es superior a la notación numérica greco-romana (verdadero freno al desarrollo matemático y comercial de estas culturas, y una de las causas determinantes de su decadencia); la mecánica celeste de la época de Newton es más potente, compleja y superior que las observaciones astronómicas babilónicas o precolombinas...

El relativista dirá que esos son saberes universales, «patrimonio de la Humanidad», que una vez conocidos nadie tiene que ignorar, como ninguna cultura tiene por qué renunciar a la penicilina, internet o el cóctel molotov, porque sean secreciones elevadas de culturas ajenas... Pero, aunque da pereza repetirlo, no hay saberes revelados por nadie, sino construcciones científicas y filosóficas a las que han llegado unos hombres y no otros (no «la humanidad» en su conjunto), en unos momentos y lugares precisos (no en cualquier sitio) y no de la nada o por puro azar (sino como consecuencia de una tradición histórica secular, que además tiene que ser inteligible internamente).

Aplicado a nuestro caso: pertenece a una cultura más potente, compleja y superior el antropólogo que, utilizando satélites espía, radares, micrófonos hiper sensibles, cámaras de infrarrojos, registrase y observase con absoluto respeto y distancia al grupo de bosquimanos o de amazónicos idílicos ya inexistentes, para poder así observar su respetable cultura sin contaminarla. Un hombre observa desde sus categorías culturales; el otro hombre, desde sus propias categorías culturales, ni siquiera puede saber que es observado.

Ante una situación como la descrita, me temo que debemos concluir que el antropólogo observa a ese otro hombre, pero no como a una persona semejante suya (por muchas respetuosas palabras con las que se llene la boca), sino más bien como lo haría el etólogo que observa chimpancés, babuinos, orangutanes, hormigas, abejas o arañas.

Si el antropólogo viese a ese otro hombre como si fuera una persona, y no solo como hombre, no podría permanecer impasible ante su semejante: procuraría quitarle falsas ideas, primero sobre las cosas más inmediatas, terrores infantiles ante el rayo o el trueno, le enseñaría a leer y escribir, le explicaría lo que es un triángulo y con el tiempo los números irracionales, el intercambio desigual, el fusil kalachnikov, el golf, la opera y los cuadros en los que la burguesía invierte los excedentes obtenidos por la explotación de sus semejantes, la revolución, el ateísmo...

En fin, le instruiría para distinguir falsos antropólogos, ideólogos ingenuos y jesuitas disfrazados, al servicio de un sistema universal que quiere perpetuar los privilegios de unos pocos manteniendo, a la parte de la humanidad que no puede ser controlada, en su inocente, ingenua y feliz estupidez, adormecida y atontada, sacando brillo a su propia identidad.

De lo contrario, por mucho respeto que diga tener al que dice pero no considera su semejante, le estará despreciando profundamente, le estará viendo como a un animal. Por tanto, el que, en virtud de esos supuestos respetos, busque de hecho condenar a muchos hombres a vivir en la pretendidamente idílica y rusoniana felicidad prehistórica, no puede llamarse hoy, a estas alturas de la vida, antropólogo. No pasa de ser un etólogo, ignorante, vergonzante o ingenuo, si se quiere. Pero que no olvide nadie que la etología históricamente se desarrolló principalmente en la Alemania pre y hitleriana, donde unos hombres que se autoconsideraban racial y culturalmente superiores (de hecho inventaron la idea de cultura), estuvieron a punto de eliminar a todos los judíos y los gitanos (luego venían los hispanos...) y demás especies y culturas inferiores, como quien elimina una plaga de langosta o de pulgón.

Ahora bien, ¿acaso no es crueldad más sutil que la cámara de gas condenar al bosquimano o al amazónico a ignorar los privilegios de que disfruta el antropólogo que esto lee vía internet?

Pedro Belarmino / pbelarmino•arrakis.es


Antropología 0110
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 14:00:16 +0200
De: Juan Luis Lorda / jllorda•mail1.cti.unav.es
Título: Método de discusión

Viendo lo que sale estos días, que es muchísimo, se me ocurre que se podía mejorar el método. Me acordaba de dos técnicas de los escolásticos medievales, que sabían mucho de discutir.

La primera es la «divisio»: dividir los temas. Y para hacerlo aquí bastaría mejorar un poco los títulos, dando un título distinto a cada tema que se sigue.

La segunda es más importante. Es la «distinctio». Cuando se dan argumentos contrarios sobre un asunto, hay que establecer una distinción porque cada uno suele tener su parte de razón. Así se matiza y no son necesarias las descalificaciones y alusiones personales que siempre son molestas para todos los que las leemos. Esto tiene que tener el tono de un foro intelectual, donde las palabras y las ideas se manejan con delicadeza.

Juan Luis Lorda


Antropología 0111
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 22:00:42 +0900
De: Ryuto Ishiwa <r-ishiwa•usa.net>
Título: Ayuda

Tengo la sospecha de que algunos de los mensajes distribuidos por la lista no han llegado nunca hasta mi buzón y otros que he mandado yo se han perdido por el camino. A Xavier parece que le ha pasado algo parecido. No se si es un problema de mi servidor o del sistema mailserv.

Hace dos días mandé un texto titulado «Con paciencia y esperanza». A mi buzón aun no ha llegado, me gustaría saber si vosotros lo habéis recibido.

P.D.: Aprovecho para preguntar si alguien sabe si Charlotte Seymour-Smith sigue dando clases en la Universidad Nacional del Amazonas Peruano (National University of the Peruvian Amazon).

Gracias y hasta otra. Ryuto Daniel Ishiwa


Antropología 0112
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 08:03:33 -0700
De: Javier Pulido Biosca <fjpulido•dns.moomsa.com.mx>
Título: Re: La cultura de Pulido

Apreciable Pedro Belarmino:

Creo que tu correo es de lo más estimulante y maduro que puede leerse. Concedo en gran parte de los argumentos que das. Cierto que en la actualidad la cultura urbana está altamente globalizada, aunque en todos los países se encuentran otras «capas» que apuntan a otros momentos históricos. Concedido, el lenguaje, que es un patrimonio común que suma un elevado número de influencias culturales a través de su historia es una entidad viva que nos une a los hispanoparlantes.

Lo que me molesta y creo que es cierta la necesidad de ver los aspectos sociales, psicoanalíticos, ideológicos e incluso políticos, por la que reiteradamente se insiste en que la universalidad de una cultura es signo de su superioridad.

Actualmente hablamos de una humanidad en crisis, que está perdiendo muchos de sus a tributos que lo definen como hombre, de su responsabilidad directa para cambiar el mundo, de su amor a la vida, de su racionalidad, su valoración del hombre como una admirable obra de la naturaleza, &c.

Es cierto que todos esas características que integran una manera de ver el mundo son de fuerte influencia europea y que ahora son patrimonio de la humanidad.

Pero esa influencia europea es también la creadora de esos atributos negativos que están destruyendo a la humanidad: ambición desmedida, violencia, tecnología consumista, desperdicio, guerras en gran escala, manipulación, &c.

No es esa ninguna superioridad cultural. Creo que hay una falla de óptica cuando pretendemos considerar que esta civilización que vivimos es superior a la de hace 100 años. Cada una puede cerrarse como un todo. También resulta viciosamente romántico pensar que la de hace 100 años era mejor que la actual. Esto se aplica a toda la discusión sobre los bosquimanos, que en realidad me interesan como ejemplo de un argumento a favor de la superioridad de una cultura sobre otra y eso no lo acepto.

Cada cultura es un sistema de relaciones con el mundo y muchas veces el que prevalece no es el mejor, sino el más flexible (sin que eso sea signo de superioridad). Pretender que una cultura es la mejor es hacer el juego a los que, coincido contigo, son nuestros enemigos comunes: Washington y Vaticano. Ambos se pretenden una cultura superior. Los unos son policías del mundo libre, los otros inquisidores de un mundo sin pecado.

Creo que el asunto de las culturas no está en su superioridad, sino en el sistema de símbolos y significados que conforman su forma de vida. Aquí sí creo que hay material para el antropólogo y no mera obstinación en posturas.

Sobre el asunto de la invasión protestante de México hay varias cosas que deben ser dichas, la primera es que esa invasión la ha propiciado el propio gobierno de México con la finalidad de limitar la capacidad de conciencia que genera la teología de la liberación de corte católico. Estos protestantes literalmente han enfermado a una buena cantidad de la capa más necesitada de la población. Actualmente son personas que alucinan, que tienen gran cantidad de conflictos sexuales serios (hombres violadores, mujeres en la histeria más patológica, &c.). Esa es una estrategia del Pentágono y la CIA. Pero también la Iglesia Católica ha hecho su parte al pretender desarraigar las formas tradicionales de liturgia, ligadas al sincretismo indígena/europeo, que es donde están las más vistosas fiestas y ceremonias, y ha pretendido sustituirlo por un «movimiento renovador». Esto ha suscitado serias divisiones y auténticas luchas sangrientas entre creyentes.

De los que más han pugnado por respetar al indígena han sido los jesuitas, oponiéndose muchas veces a los obispos, cuando no logran convencerlos, como es el caso en Chiapas. En Coatzacoalcos el obispo es altamente «renovador» y ha aprovechado fondos de Caritas Internacional y de otras asociaciones de apoyo a religiosos para respaldar los intereses de cierta oligarquía local, llevando a cabo auténticos fraudes con fondos que son enviados a programas de salud o de educación.

Hay mucho que decir de estos fenómenos en México.

Un cordial saludo, Javier Pulido Biosca.


Antropología 0113
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 17:22:56 +0200
De: Juan Luis Lorda <jllorda•mail1.cti.unav.es>
Título: Algunos matices

Escribe Pedro Belarmino: «¿A quien beneficia debilitar nuestra cultura común? En esta guerra principalmente a dos instituciones: a Washington y a Roma. El enemigo de Roma son los Estados laicos donde la Iglesia nunca podrá recuperar su medieval protagonismo: pretenden disolver los Estados nacionales en federaciones... enfrentadas pero reunidas por el carisma redentor del Papa.»

Escribe Felipe Giménez: «Creo que es muy correcta la doctrina expuesta por Pedro Belarmino. Hay que luchar contra el mundo anglosajón, contra los curas y contra la religión. Ahora le pregunto a Pedro Belarmino, ¿Qué tienen que hacer los gobiernos de los países iberoamericanos? ¿Expulsar a los jesuitas y a los misioneros-antropólogos protestantes? Sería interesante regresar al S. XVIII, a la Ilustración. La religión cristiana es un cáncer que debilita a la Hispanidad.»

Leo de Javier Pulido: «Pretender que una cultura es la mejor es hacer el juego a los que, coincido contigo, son nuestros enemigos comunes: Washington y Vaticano. Ambos se pretenden una cultura superior. Los unos son policías del mundo libre, los otros inquisidores de un mundo sin pecado.»

Y yo, que soy cura, que no me siento inquisidor ni enemigo de nadie, que considero que la cultura es un valor, me atrevo a decir, si me dejáis y no sois demasiado intolerantes, que me parece que tenéis una concepción de lo que es «Roma» que me parece de «ciencia ficción». A mí no me cuadra con mi experiencia, que supongo que será mayor que la vuestra. La Iglesia o «Roma» no esta en guerra con nadie, y no tiene poder ni ganas, ni se le pasa por la imaginación hacer lo que decís. Basta tener un poco de idea de qué tipo de cosas hacer realmente para darse cuenta; yo que estoy en el asunto se lo que hago. Yo no se nada de la CIA, pero no me atrevería hablar de ella sin fuentes fidedignas, solo por impresiones, aunque no tenga una buena imagen. De la Iglesia católica sí me atrevo porque la conozco, se y me sorprende lo que decís con tanto desenfado. En esto, como dice simpáticamente Ryu, también «habría que leer a Popper, eso sí críticamente» (y con justicia, si es posible).

Y una última cosa. El Concilio Vaticano II, dijo que el «medio cristiano para transformar el mundo es la caridad». Lo demás no sirve. Yo me lo creo y procuro vivir así. Y me parece que el Papa actual también (y el anterior, y el anterior...). Ya se que alguno de vosotros todo esto le parecen monsergas, a mí me da sentido a la vida. Esto también es antropología. Comprenderéis que no me quiera quedar callado. Es una cuestión de coherencia y también de rigor «científico». De todas formas, prefiero seguir hablando de antropología, que es de lo que va la lista. Para la ciencia ficción o «política-ficción» hay otras fuentes.

Con un cordial saludo a todos, Juan Luis Lorda


Antropología 0114
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 20:19:10 +0200 (MET DST)
De: Alfonso Tresguerres / atres•arrakis.es
Título: Final

Advierto que este será (al menos por el momento y en la discusión que nos ocupa) mi último mensaje a Javier Pulido. Veo que otros compañeros están comenzando a entrar en los debates, y es bueno que así sea, y espero que se introduzcan nuevas perspectivas a partir de las cuales proseguir la discusión. Yo por mi parte no tengo el menor deseo ni la menor intención de enquistarme en una discusión absurda y que, para ser sinceros, está comenzando a aburrirme. Y hago esta advertencia porque probablemente Pulido volverá a responderme. Bien, sea suya la última palabra. Ya conocen ustedes el por qué de mi silencio.

Entre esos nuevos compañeros que han entrado en la discusión se encuentra Emiliano Fernández Rueda, y deseo comentar algunas de sus palabras. Veo que, en líneas generales, estamos de acuerdo en el asunto de las diferencias culturales. Ahora bien, hay un matiz que deseo aclarar. Cuando hablo de complejo me refiero a las cuestiones que él mismo sugiere; y cuando hablo de superioridad cultural lo hago en idéntico sentido. ¿De donde ha sacado que identifico complejidad con tamaño? En absoluto, aunque tampoco eso resulta del todo ajeno a la cuestión que estamos tratando: por ejemplo, el mayor número de individuos (la mayor población) seguramente hace mas complejas las relaciones e interacciones sociales. Pero, de todos modos, no es al tamaño a lo que yo me refiero. Ni tampoco a la complejidad de una institución, como el parentesco al que Emiliano se refiere; aunque, sin duda, la complejidad o no de una institución es relativa. Dice que nuestra forma de entender el

parentesco (que, por cierto, es la esquimal) se aprende en diez minutos.

Claro, y seguramente un indio de las praderas aprendía la suya en otros diez, y le costaría entender la nuestra tanto como a nosotros la de él. Pero, en todo caso (insisto) yo no me refiero a esas cuestiones, sino a otras de este tipo: lo decisivo (me parece) es que los antropólogos han podido estudiar las relaciones de parentesco de los indios de las praderas, pero estos no han estudiado (¡como podrían hacerlo!) las nuestras.

Por otra parte, yo no he introducido valoraciones de carácter moral en mis análisis (esto es algo en lo que he insistido una y mil veces). Le ruego que repase los mismos. Sí he introducido valoraciones de otro tipo (precisamente porque niego de plano la validez del relativismo cultural), y esas valoraciones tienen que ver directamente con lo que usted sugiere (y en lo que parece estar de acuerdo): a saber, mayor riqueza cultural, científica, tecnológica, y desde ese punto de vista mayor evolución.

Respecto a Pulido, voy insistir por última vez. Vamos a enfocar el asunto desde una perspectiva que le resulta cara: admite la mayor superioridad militar de las culturas... digamos industrializadas, por utilizar un término más neutro (culturas a las que no solo pertenece Europa, sino también México, no lo olvide, porque cada vez que hablo con usted tengo la impresión de estar haciéndolo no con alguien que está detrás de un ordenador, sino con un brujo olmeca). Bien, admite esa superioridad de carácter militar, que usted, por cierto denosta (atención Sr. Rueda sobre quien introduce valoraciones morales); superioridad, es cierto, para la agresión, y así ha sido a veces, desgraciadamente, pero también para la defensa, no lo olvidemos: me siento muy feliz de que la potencia militar de los aliados haya sido superior a la de los nazis durante la segunda gran guerra. Bien, ahí va mi pregunta: esa superioridad militar de unas culturas sobre otras, ¿no implica, al mismo tiempo, una superioridad de carácter científico, tecnológico, &c.? ¿No? Pues bien, por mi parte, punto.

Insiste usted en la superioridad mágica de las culturas.... menos desarrolladas (disculpe, pero no se qué término expresar). Le he discutido esa afirmación, y ello sin animo de ridiculizar nada, indicándole que el más simple de nuestros electrodomésticos resultaría para ellos (insisto en el para ellos) infinitamente más mágico y misterioso que el saber de todos sus hechiceros juntos. Pero, además, ¿es que cabe poner en el mismo plano la magia y el conocimiento científico? Los cientos de casos de magia por semejanza o por contacto analizados por J.G. Frazer en La rama dorada (por ejemplo, desinfectar la herida limpiando el cuchillo que la ha provocado), ¿no son, acaso mera superstición, por sugerente e interesante que pueda resultar tal forma de pensamiento, y aun el supuesto de que estemos dispuestos incluso a suscribir las tesis de Levi-Strauss sobre el pensamiento salvaje? ¿pretende usted colocarlos al mismo nivel que el conocimiento científico? ¿acaso esta sugiriendo que tras esa forma de pensamiento subyacen profundos e insondables misterios que nosotros ni siquiera imaginamos? (Por cierto, ¿este Frazer es el que usted me aconseja leer o es otro distinto? Se lo digo porque he de confesar que a Edward Frazer no solo no lo he leído, sino que ni siquiera lo conozco.) ¿Me está usted diciendo que considera equiparables los ritos de fecundación, embarazo y parto de los olmecas al Departamento de ginecología del más humilde hospital mejicano? Si su esposa quedase embarazada (es una mera hipótesis, desde luego, no conozco su estado civil ni me interesa tampoco), ¿la aconsejaría visitar a un mago olmeca o a un ginecólogo? Piense su respuesta, Pulido, que lo que aquí se escribe, escrito queda. Sea un poco caritativo con usted mismo.

Respecto a su análisis de los concepto «hombre» y «persona» quiero decirle algunas cosas. Mire usted, que hace 2500 años Aristóteles definiese al hombre como animal racional, pase, que usted lo haga ahora, convencido, además, de estar diciendo algo, causa, cuanto menos, cierto sonrojo y vergüenza ajena. Hasta el mismo Descartes la rechazaba (¿recuerda la meditación segunda?), diciendo que ahora habría que ponerse a averiguar qué es «animal» y qué es «racional». Y que el mismo Descartes, partiendo de la doctrina del automatismo de las bestias, creyese haber llegado a una conclusión definitiva definiéndose a sí mismo como res cogitans, pase también, pero que lo haga usted... Los animales también piensan, también razonan, también resuelven problemas, también tienen percepción de sí mismos. Después de la etología definir al hombre en esos términos es pura metafísica. ¿Sabe usted lo que es la Etología? ¿Y la Sociobiología? Le ruego que lea algo al respecto, por ejemplo a Wilson (este si, Edward). En cuanto a la definición del mismo Aristóteles del hombre como animal político, resulta, creo yo, mucho más interesante en el momento presente, siempre y cuando que «político» no se entienda, sin más, como equivalente a «social», tal como usted hace, porque en ese caso lo que se estaría diciendo sería, además de una pura superficialidad, algo radicalmente falso; falso quiero decir en el supuesto de que «social» pretendiera atribuirse con carácter propio y exclusivo al hombre: también los lobos son animales sociales, y las hormigas...

Ahora bien, animal político significa animal que vive en la polis, en la ciudad, en el Estado, y por ahí la caracterización de Aristóteles del hombre como animal político va sin duda más atinada, porque la ciudad, el Estado son estructuras sociales ajenas al mundo animal. Pero a usted estas sutilezas se le escapan, y se lanza a darnos lecciones de filosofía de nivel primario sin el menor pudor, para acabar concluyendo (triunfantemente) que el hombre es un animal racional y social, como si con eso estuviese diciendo algo, añadiendo, encima, que no entrar en relación social caracteriza a la bestia... pero, hombre, por favor... Además de ver algunos indígenas de vez en cuando (¿ha visto muchos?), lo que parece hacerle sentirse en la cúspide de la sabiduría antropológica (y filosófica de paso, para que vamos a andar con tonterías...), observe en alguna ocasión un hormiguero.

Y precisamente la polis, el Estado, tienen mucho que ver con eso que llamamos «persona», a diferencia del mero «individuo» zoológico perteneciente a la especie homo sapiens. Por ahí iban mis sugerencias que usted (encore une fois) no ha entendido.

Alfonso Tresguerres / atres•arrakis.es


Antropología 0115
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 18:09:43 -0400
De: Felipe Sánchez <fsanchez•eso.org>
Título: Re: Hispanidad

Felipe Giménez escribió: «1º Hay culturas más potentes que otras. El criterio es el de

sobrevivencia. Las culturas están en una lucha a muerte entre ellas, puesto que son incompatibles... La lucha entre las culturas es a muerte y no nos hagamos ilusiones de un irenismo armonista. Hoy, por cierto, la lucha es entre el inglés y el español...»

Felipe está cegado por su chauvinismo español, la cultura hispánica tuvo su cuarto de hora en la historia y su oportunidad de hegemonizar hace unos cuantos cientos de años, pero ahora creo que esta claro que perdió la batalla.

Yo mismo, y me imagino que muchos contertulios, hablamos inglés con fluidez sin siquiera proponérnoslo, sin haber asistido a un curso de inglés en la vida. Nuestras ciudades están plagadas de Burger Kings, y coca cola. Hay que ser ciego (o europeo) para no ver que Europa occidental hace tiempo que pasó a ser otra provincia del imperio. Las culturas que realmente tienen una oportunidad contra la anglosajona son la China y la Arabe... y quizás el Japón a su propio modo sui generis, usando las armas del enemigo y transmutándose en algo híbrido y nuevo. Pero la hispanidad definitivamente no está entre las culturas «potentes» de la actualidad.

Ahora, según el criterio de Felipe, ¿la cultura hispánica sería en este momento una cultura «inferior», ya que está siendo absorbida por una «superior»? ¿Alguien puede imaginarse a un cowboy realmente como miembro de una «cultura superior»? A mi realmente no me parece que la potencialidad de una cultura de destruir a otra sea un muy buen criterio para establecer una relación de orden entre culturas.

Felipe Sánchez / fsanchez•eso.org


Antropología 0116
Fecha: Martes, 22 Abril 1997 16:44:11 -0700
De: Javier Pulido Biosca <fjpulido•dns.moomsa.com.mx>
Título: Re: La persona

Creo que Giménez ignora el tema de que habla: «progresismo barato relativista romántico decimonónico del buen salvaje.» Este asunto del «buen salvaje» debe atribuirse sobre todo a Rousseau, no a Daniel Defoe.

«2º Normalmente, las culturas más potentes son las más complejas...» Hay que diferenciar entre evolución y etnocidio.

«3º Esta cultura occidental tan despreciada de algunos para elogiar...» Sí, ¿qué tiene de raro? No pensar así es vivir en el cretásico de los conceptos.

«4º El mejor tribunal para dirimir la lucha es el tribunal de la historia...» Desde el momento en que la historia se hace a sí misma. ¡brillante!

«5º La antropología es una ciencia de las culturas bárbaras o salvajes...» Aquí Giménez ignora la definición misma de antropología, como ciencia del hombre y se ve la clase de atrofia que padece.

«6º Efectivamente, la persona es la máscara que se ponían los actores...» ¡Qué bonita fábula, lástima que no tiene cabeza!...

Esto, en mi tierra, se llaman «mocherías» y antes de decirlas hay que santiguarse. Creo que este «problema» hace falta dar definiciones y dejar la cruz...

Desde el trópico salvaje..., Javier Pulido Biosca


Antropología 0117
Fecha: Miércoles, 23 Abril 1997 09:46:41 +0200 (MET DST)
De: Emiliano Fernández Rueda <efrueda•arrakis.es>
Título: Tres problemas

Estimados colegas:

He planteado algún problema que no ha debido ser visto como tal. Probaré fortuna aprovechando la última intervención de Belarmino, para volver a plantear otros:

Primero: ¿No os parece que el hecho de que una sociedad como la de los bosquimanos -sobre cuya desaparición, real o inminente, no vale la pena entonar declamaciones y lamentos, y cuya sujeción a sus antiguos modos de vida por parte de conservacionistas bienpensantes podría ciertamente entrañar una crueldad imperdonable- sea menos compleja en conocimientos científicos y técnicos que la occidental no equivale a afirmar que lo es en todos los demás terrenos y que, en consecuencia, no tiene rigor alguno decir que la cultura occidental es superior, más compleja... que las demás? Mi opinión al respecto es que la superioridad o mayor complejidad -conceptos que yo quiero diferenciar y que si pongo juntos es porque en esta tertulia suelen aparecer juntos, como manifiesta el último mensaje de Belarmino- de una cultura sobre otra solamente puede darse en aspectos parciales y que en todo caso es la comprobación empírica la que debe determinarlo. No es necesario decir que no aceptaría fácilmente el calificativo de relativismo para esta posición.

Segundo: ¿No os parece que definir a las sociedades occidentales por los conocimientos y técnicas que han logrado deja fuera de la definición a más de nueve décimas partes de los pobladores de tales sociedades, puesto que si se tiene en cuenta lo que en ellas es más frecuente entonces habría que caracterizarlas por los espectáculos deportivos y la televisión, cuya calidad estética, literaria, científica... brilla por su ausencia? Si tomamos como elementos característicos de Occidente a un matemático y a un filósofo, la realidad directa puede jugarnos la mala pasada de demostrarnos que la hemos dejado de lado.

Tercero: ¿No os parece que esa teoría de la lucha darwiniana de culturas por la que han abogado, entre otros, Felipe y Belarmino, debe ser matizada convenientemente? ¿Qué es lo que está realmente en lucha? ¿Los hombres de diferentes sociedades, los Estados actuales de Occidente -que, dicho sea de paso, son todos iguales: democracias parlamentarias- o lo que los antropólogos han acostumbrado, con una variedad bastante grande de significados, denominar con el término de «cultura»? Si es esto último, parece poco acertado admitir que hay una lucha a muerte entre dos bandos, el anglosajón y el hispano, porque el parlamentarismo, el capitalismo..., teniendo tanto que ver con el primero, nos han invadido y convertido ya a todos, pese a lo cual seguimos siendo hispanos, como manifiesta el hecho de que todos nosotros hayamos respondido a la convocatoria del Proyecto Filosofía en español. Diré más: si no hubiera más remedio que elegir yo preferiría el espíritu filosófico de un anglosajón como David Hume que el que veo que manifiestan mis paisanos en la Semana Santa. ¿Tendré que admitir por eso que estoy abandonando la cultura hispana y pasándome a la inglesa? Si no hubiera otra salida para mí, no tendría inconveniente en admitirlo, pero me parece que estaría fuera de lugar. ¿O tal vez el enfrentamiento se está dando entre las dos lenguas, algo que me parece bastante verosímil? En todo caso, pido una aclaración, que seguramente servirá para fijar y clarificar los conceptos.

Un saludo a todos, Emiliano Fernández Rueda


Antropología 0118
Fecha: Miércoles, 23 Abril 1997 15:21:16 +0200
De: Felipe Giménez <fgimenez•mx2.redestb.es>
Título: Hastío

Estimados contertulios:

El Sr. Pulido ha demostrado ser un ignorante en cuestiones de filosofía, historia de la filosofía, teología y filosofía de la ciencia. Renuncio a discutir con un ignorante irrespetuoso. Su actitud ante los mensajes de Tresguerres y Belarmino así como conmigo son suficientemente fehacientes. No discuto con un individuo que descalifica de manera tan insultante. Con las ideas hay que ser implacables. Con las personas no. Que no vuelva a hacer alusiones a mi persona.

A Felipe Sánchez sí le respondo y le digo que aunque efectivamente la influencia anglosajona es evidente, sin embargo, la guerra no está aún perdida ni ganada del todo. El español es una lengua llena de vitalidad y que va creciendo constantemente. Entonces, aún no hay que dar la batalla por perdida. En Internet sólo se utilizan dos lenguas: el español y el inglés. Por eso, el orgullo hispano no es ninguna tontería. Hay que saber simplemente en qué trinchera se está. Hay que favorecer la expansión de la lengua española.

Por cierto, le quisiera preguntar al Dr. Tresguerres si considera que la definición ético-moral-jurídico-política de persona es pertinente de forma suficiente o es menester añadir otros enfoques más potentes. Ya definí persona como sujeto racional con capacidad de obrar y sujeto de derechos y deberes. Ahí debiera mirarse el enfoque jurídico que hice en una intervención anterior mía.

Atentamente, Felipe Giménez


Antropología 0119
Fecha: Miércoles, 23 Abril 1997 19:05:23 +0200
De: Juan Luis Lorda <jllorda•mail1.cti.unav.es>
Título: [borrador persona]

Históricamente el concepto de persona tiene varias fases.

1) En la antigüedad grecorromana, la palabra griega «prosopon» está relacionada con la máscara del teatro, como ha recordado Ryu, aunque esto (como todo) se discute. También hay un uso en el derecho como «actuante» o parte interesada (esta así en Cicerón). Se puede seguir en Ritter, Historisches Worterbuch der Philosophie.

2) Dentro del cristianismo es usada y perfilada por los teólogos antiguos para referirse a las tres personas de la Trinidad. El concepto de persona se define sobre todo allí. Lo usan en griego y en latín muchos autores antiguos. Sería largo matizar. El libro más famoso sobre esto es el de Andrea Milano, Persona in teologia (italiano).

3) En el medioevo (1000 años), es famosa la definición de Boecio, «substancia individual de naturaleza racional», que necesitaría también de una explicación larga. Habla de la independencia y del uso de las facultades espirituales.

4) Tomás de Aquino acepta esta formula y hace una aportación que después tendrá consecuencias. Dice que lo constitutivo de cada una de las personas divinas es la «relación»: son «relaciones subsistentes». Las tres personas existen en mutua relación, que no es accidental (posterior al ser) sino constitutiva.

5) Pero Tomás de Aquino no cree que este aspecto se pueda aplicar a la persona humana. Piensa que «persona» es una manera de hablar del hombre, destacando su dignidad (racional, sobre todo).

6) El tema de la dignidad en el concepto persona es muy destacado por Kant, que asocia a la persona.


Antropología 0120
Fecha: Miércoles, 23 Abril 1997 20:01:19 +0200
De: Juan Luis Lorda <jllorda•mail1.cti.unav.es>
Título: Persona: historia del concepto

Queridos contertulios:

Pido perdón porque se me ha escapado antes de tiempo el correo que empezaba así: «Históricamente el concepto de persona tiene varias fases...»

Es solo un boceto, que ya completaré más adelante. Lo he querido guardar antes de dar una clase, pero se ve que me he equivocado de registro. Hoy ya no tengo tiempo de corregirlo. Así que muchos saludos a todos.

Juan Luis Lorda


Antropología 0121
Fecha: Jueves, 24 Abril 1997 09:37:43 +0200 (MET DST)
De: Emiliano Fernández Rueda <efrueda•arrakis.es>
Título: Re: Final

Estimados contertulios:

He leído con satisfacción el mensaje que Tresguerres envió el día 22, no solamente porque he comprobado que coincido fundamentalmente con él en las afirmaciones que me dirige, cosa de escasa importancia en una lista montada para discutir, sino porque además las expresa con firmeza y claridad meridianas. Particularmente creo que es verdad lo que dice sobre las diferencias culturales, la complejidad, la superioridad indiscutible de la cultura europea -que no se restringe, me parece a mí, a este viejo continente, aunque por comodidad se le pueda dar ese nombre- en lo tocante a ciencia y técnica, el relativismo... Es verdad que el número no tiene que ver, en principio al menos, con la complejidad. Reconozco que fue una observación mal fundada por mi parte.

Tal vez el mensaje anterior que yo he enviado, que salía de mi ordenador al tiempo que entraba el de Tresguerres, sirva para comprobar la razón de mis interrogantes y los destinatarios a quienes yo debería haberme dirigido. Sea como fuere, tampoco es preocupante, pues tendremos tiempo de seguir hablando.

Un saludo.


Antropología 0122
Fecha: Jueves, 24 Abril 1997 11:07:15 +0200
De: Ildefonso Hervás <ihrnqi•cid.csic.es>
Título: Hombre-mujer

Hola a todos,

Me llamo Ildefonso, y me uno por primera vez a esta experiencia tan interesante, controvertida, y en cualquier caso tan viva. Soy de Barcelona y mi formación es científica (Bioquímica), la cual cosa no merma, en mi caso acentúa, el interés por otras facetas de la realidad.

Me suscribí a esta lista muy recientemente, y durante estos pocos días he tenido oportunidad de comprobar las líneas de conversación candentes; mi propósito sería contribuir a la controversia con otra línea, si es del agrado de los participantes.

Introduzco el tema como una anécdota personal: mi compañera está buscando trabajo infructuosamente. Ha agotado la vía curricular y se he dejado llevar por la impotencia. Le he sugerido otras vías de actuación más activas para afrontar este grave problema (algo tan sencillo como una entrevista) pero esta situación y esta forma de actuar le incomoda enormemente, a riesgo de no mover ficha para conseguir aquello que desea. Las conversaciones que hemos mantenido a propósito de esta situación nos ha llevado a hablar tácitamente de la ambición. A riesgo de simplificar en exceso (y corríjanme si es así) la ambición vendría ser a ser el deseo de algo unido a una actitud activa de utilizar las estrategias necesarias para conseguirlo. Mi compañera se muestra escasamente ambiciosa según este planteamiento, puesto que deja pasar oportunidades.

Quizá pueda estar equivocado pero tengo la impresión, y perdónenme la generalización, de que la ambición es un atributo característicamente masculino. Tal vez la ambición femenina pueda ser más matizada o sutil, o responder a otras inquietudes. De todas formas, mi impresión es que la falta de empuje que muestra mi compañera ante una situación tan común como la aquí expuesta es más propia de mujeres que de hombres. Cuando una pareja de funambulistas deciden realizar su ejercicio de cuerda floja sin red, ¿quién toma la decisión de jugar con el vacío, él o ella?

Soy consciente de la delicadeza de este tema y de la necesidad de cuidar mucho la utilización de las palabras, porque cualquier giro inesperado puede tergiversar el planteamiento inicial. De hecho no pretendo dar por sentada esta hipótesis sino consultarla en este foro complementándola con una pregunta más genérica: si hay parámetros (comportamientos, actitudes, propósitos, &c.) en los que difieren hombre y mujer (el caso de la ambición sería un ejemplo concreto más o menos acertado), y de haberlos, qué parte atribuir a la propia variabilidad biológica hombre-mujer y qué parte a los roles adoptados por la educación?

Antes de despedirme quisiera hacer otra consulta para todos los participantes de este foro: recientemente se ha publicado un libro cuyo título es «Etnología de las Comunidades Autónomas». Para aquellos que no lo conozcan sepan que se trata, como su título indica, de una revisión de la idiosincrasia y particularidades de cada una de las diecisiete comunidades autónomas del estado español, elaborado por una serie de especialistas a cargo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Aprovechando la festividad de Sant Jordi lo he comprado, y quisiera saber la opinión de aquellos que lo conozcan; de paso quizá también se pueda introducir en este espacio nuevas líneas de debate.

Un saludo cordial para todos, Ildefonso Hervás Roque. Institut d’Investigacions Biomèdiques de Barcelona (I.I.B.B.-C.S.I.C.)


Antropología 0123
Fecha: Viernes, 25 Abril 1997 17:46:20 +0200
De: Juan Luis Lorda <jllorda•mail1.cti.unav.es>
Título: Pregunta sobre persona en derecho

Me queda pendiente

1) acabar el escrito que adelanté por error

2) contestar a la pregunta de Javier Pulido sobre la distinción Individuo y persona en Maritain

3) también hacer algunos matices a la propuesta de Felipe Giménez

Espero que pronto tenga algún tiempo. Ahora viajo cuatro días. Entretanto, me quedó la duda de preguntarle a Felipe Giménez y a todos, si conocen alguna fuente interesante sobre el concepto «persona» en el ámbito jurídico.

Con un cordial saludo, Juan Luis Lorda.


Antropología 0124
Fecha: Viernes, 25 Abril 1997 23:56:47 +0200
De: Felipe Giménez
Título: Respuesta

Estimados contertulios:

Quisiera responder a Ildefonso Hervás brevemente por ahora. Creo que sí hay diferencias empíricas entre hombres y mujeres. Algunas están seguramente suscitadas socioculturalmente, pero otras creo que son por naturaleza. Por ejemplo: según parece, las mujeres tienen una mayor inteligencia verbal y los hombres una mayor inteligencia abstracta y espacial. Esto está provocado por la influencia de las hormonas sexuales que influyen en el cerebro de alguna manera.

Atentamente, Felipe Giménez


Antropología 0125
Fecha: Sábado, 26 Abril 1997 00:10:24 +0200
De: Felipe Giménez
Título: Persona y derecho

Estimados contertulios:

Juan Luis Lorda me pide información sobre el concepto de persona y el derecho. Bueno, ya cité el otro día al propio código civil que es una fuente indispensable. También el código penal habla del asunto y el propio Código Civil en materia de nacionalidad también ha de tratar el tema. Las constituciones y declaraciones de los derechos humanos también se ven obligadas a enfrentarse con el problema y tematizan la persona como sujeto de derechos y deberes, con su dignidad y su libertad. Creo que cualquier manual serio de derecho civil tiene que enfrentarse al tema de la persona. Le diré además a Juan Luis Lorda algo que él ya sabe a juzgar por sus intereses teóricos: que el concepto de persona es un concepto cristiano, secularizado posteriormente y que ha pasado al liberalismo y a la filosofía contemporánea desde Kant si no me equivoco. En el mundo antiguo no existe la noción de persona. Persona es entonces la máscara trágica que se ponían los actores. Por eso cité una fábula de Esopo, que luego sería traducida por Fedro como «Vulpes ad personam tragicam». Para los antiguos el ciudadano no era un individuo autónomo, sino una pieza de la polis. El cristianismo, al separar el Estado de lo divino, supone un proceso de secularización progresiva. La separación entre Iglesia y Estado corresponde en la modernidad a la distinción entre sociedad civil y Estado preconizada por los liberales. Para el cristianismo, la persona humana es anterior al Estado, a diferencia de lo que decía Aristóteles, que el Estado es anterior al individuo. Así surge la noción de un individuo dotado de derechos previos a la constitución del Estado y que el Estado deberá garantizar. Ya tenemos la Idea de un Estado de derecho garantista, liberal, plenamente desarrollada por Locke y Kant. Por otro lado, cité los concilios, desde el de Nicea (325) al VII Concilio de Constantinopla (680) como momentos en los que la Iglesia Católica se ha enfrentado a la noción de persona en Cristo al tratar de establecer su tesis diofisita de la doble naturaleza humana y divina de Cristo. Ahí se establecen interesantes distinciones y reflexiones que luego pueden servir una vez despojadas de los elementos teológico-religiosos. Por ello no me parece cuestión baladí estudiar tales temas teológicos, aunque pueda parecer que uno se desvía del tema principal.

El tema de la persona da para mucho. Afecta a la concepción del hombre y del individuo. Afecta a la ética y a la antropología, al plantearse el problema de la hominización y el tema de la personalización. Mi tesis al respecto dice que la persona implica una civilización con escritura. La persona es un concepto histórico, ético, político, moral, jurídico. «Hombre» es un término zoológico. Esto implica que algunas veces los hombres pueden perder su rango de personas por la degradación que se pueda experimentar al transgredir algunas normas éticas fundamentales, como por ejemplo, el asesinato.

Atentamente, Felipe Giménez.


Antropología • Cartas
© 1997 Proyecto Filosofía en español