Filosofía en español 
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En la Casa del Pueblo

Congreso pedagógico de la Asociación General de Maestros

Ayer, en el teatro de la Casa del Pueblo, se celebró un mitin de propaganda sindical como iniciación del Congreso pedagógico de la Asociación General de Maestros y de los obreros organizados.

Rodolfo Llopis, como presidente de la Asociación, saluda a los congresistas y cede la presidencia del acto a D. Fernando de los Ríos.

El maestro de Torrelaguna, don Severino Quirós, saluda a los maestros y agradece el auxilio moral y económico que le prestaron sus compañeros durante el tiempo que ha permanecido en la cárcel. Fue aplaudido con gran entusiasmo.

Alonso Zapata, secretario de la Asociación, empieza señalando el deber que tienen los maestros de transformar la escuela primaria en otra más racional.

Analiza la labor de la Dictadura y expone varios casos de maestros e inspectores perseguidos por el régimen de oprobio.

Estudia la situación económica del Magisterio primario y establece comparaciones entre lo que se gasta en enseñanza y en armamentos.

Habla de la escasez de escuelas, principalmente en Madrid, y deshace la equivocación de que la Dictadura ha creado escuelas, recordando los tiempos que tardaron en terminar la construcción de los grupos escolares, cuya iniciativa se debe a la minoría socialista.

Termina haciendo un llamamiento a los obreros organizados para trabajar por la renovación de la enseñanza de la infancia en unión de los educadores del pueblo.

El catedrático del Instituto de Segovia Sr. Landa empieza saludando de una manera especial a los maestros y a los obreros, y aboga por la unión de la segunda enseñanza y la escuela primaria con los obreros.

Señala la necesidad de que se prolongue de una manera obligatoria la edad escolar, lo mismo en la enseñanza primaria que en la secundaria, para lo cual deben desaparecer las diferencias que actualmente existen, lo mismo en lo profesional que en la cuestión económica, para lo cual la formación del maestro debe hacerse en la Universidad.

Dice que todos estos problemas quedarán resueltos con el triunfo del ideal que persigue la Asociación General de Maestros, y el proletariado encontrará su emancipación en la segunda enseñanza, ya que conseguidas las reivindicaciones económicas, les faltará el triunfo definitivo, que es la formación del espíritu.

El obrero no puede vivir plenamente en el actual régimen capitalista y debe luchar por la transformación de la escuela, que contribuirá a la transformación de la sociedad.

En nombre de la Unión General de Trabajadores habla Enrique de Santiago, quien señala lo que los obreros organizados esperan del Magisterio.

Habla de la situación en que viven los obreros, muchos de los cuales no han podido recibir la educación necesaria por falta de escuelas y por el régimen de explotación en que vive el proletariado, y señala el carácter que deben tener las escuelas para que se eduque a los niños en el pacifismo y en sentido humano. Habla de la necesidad de la unión de los maestros y de los obreros en la obra de la educación.

Ofrece la solidaridad de la Unión General de Trabajadores a los maestros para la defensa del ideal de la nueva escuela.

El presidente de la Asociación General de Maestros, Rodolfo Llopis, empieza diciendo que no se llevarán las conclusiones del Congreso a las autoridades ministeriales por falta de confianza; pero que se darán a conocer al país por medio de la Prensa.

Explica el porqué los maestros están en la Casa del Pueblo, y dice que se consideran solidarizados con los demás trabajadores, formando una barricada espiritual para luchar por la emancipación social.

Señala la finalidad del primer Congreso que celebran unidos los maestros y los trabajadores, y pide que el proletariado intervenga en las labores pedagógicas para humanizar la escuela, evitando las influencias de otros sectores.

Habla de la exposición de libros que la Asociación ha hecho, del periódico, de las secciones de provincias, y aconseja a los maestros que acudan a las Casas del Pueblo para cambiar impresiones con los padres de los alumnos que asisten a las escuelas públicas durante el día.

Con numerosos e interesantes datos analiza la labor de Callejo y Tormo, autores de ese cúmulo de disposiciones que se contradicen unas a otras, pero que sirven para favorecer a los amigos, y de las persecuciones de que fueron objeto algunos maestros y hace historia de algunas disposiciones, ante cuya fuerza los maestros se organizan e ingresan en la Internacional de Trabajadores de la Enseñanza para oponerse a la injerencia clerical, y pide que desaparezca el nombre del cardenal del Escalafón del Magisterio.

Expone la labor que la Asociación General de Maestros realizará en el porvenir, y presenta algunos casos de maestros perseguidos por el caciquismo rural y el ejemplo de otros que luchan al servicio de la República.

Pide la revisión de numerosos nombramientos de maestros hechos por la Dictadura, y termina con unas palabras de Anatole France que dirigió al Congreso de Maestros de Tours, después de la gran guerra: «Maestros: si no tenéis las manos limpias de sangre humana no podréis ser educadores de una infancia nueva.»

En párrafos vibrantes hace un llamamiento a los maestros para la transformación del régimen de España, y da cuenta del saludo de la Internacional del Magisterio Americano y de la Internacional de los Trabajadores de la Enseñanza, las dos organizaciones que están en relación constante con la Asociación General de Maestros.

Finalmente, D. Fernando de los Ríos dice que viene a hablar por primera vez a la Casa del Pueblo después de su permanencia en la cárcel y considera un deber demostrar su agradecimiento por la solidaridad que le prestaron los trabajadores y los maestros en sus visitas diarias a la Cárcel Modelo.

En la transformación del régimen político que anhela el pueblo español es un deber de todas las izquierdas contribuir con perfecta unanimidad en el plebiscito que se celebrará el día 12, para que escuche quien deba escuchar y obre en consecuencia, en la seguridad de que si no ocurre esto, de nuevo aparecerá la organización como un deber de conseguir la aspiración general.

En todas las organizaciones obreras –dice– se observa un gran incremento, y más sensible es en la Asociación General de Maestros, que a la caída de la Dictadura eran 35 asociados y hoy pasan de 800. Estos hechos no deben constituir solamente un timbre de orgullo, sino que con el acrecentamiento se duplican las responsabilidades de los obreros y maestros organizados en las filas de la Unión General de Trabajadores.

Explica el ideal que, en relación con la enseñanza, perseguía el movimiento del mes de Diciembre, principalmente de la escuela rural, que hubiera sido transformada en un centro de educación integral del espíritu por medio de bibliotecas y conferencias, ya que la escuela rural, como único centro de cultura de la aldea, debe ser el mejor organizado, y no solamente para enseñar a leer y escribir, sino como la casa rectora de la vida del pueblo.

Toda la enseñanza española, desde la escuela a la Universidad, está envejecida, como envejecido está el régimen. Es un deber de todos transformar la vida por medio de una escuela que llene las exigencias de la función social.

Se dirige a los maestros para que cumplan su deber en la escuela y en la vida ciudadana. Pide una mayor remuneración para el Magisterio, que no puede realizarse con el actual régimen, que gasta cerca de 2.000 millones en Deuda pública y Ejército; es decir, el 60 por 100 del presupuesto general, mientras que en enseñanza solamente se gasta el 5 por 100.

Agrega que ha llegado el momento de que la Asociación General de Maestros realice una cruzada civil por todas las provincias, llegando a todos los pueblos, directamente encaminada a la dignificación de la vida humana, en una nueva concepción constructiva, destruyendo todo lo malo.

Todos los oradores fueron muy aplaudidos.

*

Hoy, a las diez, comienza las sesiones del Congreso de la Asociación General de Maestros, con el tema «Escuela de clases o escuela humana».


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Congreso pedagógico de la Asociación General de Maestros

Sesión de la mañana

En el salón terraza de la Casa del Pueblo dieron comienzo ayer mañana los trabajos de este Congreso con la lectura de la ponencia sobre «Escuela humana o escuela de clase», redactada por el Sr. Salgado.

Presidió el Sr. Pintado y actuaron de secretarios los Sres. Pareja y Marm.

El salón estaba atestado de público y reinó la mayor animación y entusiasmo.

A propuesta del Sr. Sanmartín se acuerda por aclamación que el Congreso, en su primera sesión, hace pública su adhesión entusiasta a la campaña pro amnistía en favor de los perseguidos políticos y sociales de toda España.

El Sr. Salgado da cuenta de la ponencia en un trabajo meritísimo, en donde se estudian a fondo las fases de la evolución social de la escuela hacia un pleno ideal de humanización. En él dice que la escuela de clase es un tránsito hacia la luz y que debe ser superada. Formula los principios generales de la cultura humana, entre los cuales se destaca la libertad y gratuidad de la enseñanza, la coeducación, el internacionalismo a base de la escuela única, concebida como una comunidad vital.

Presenta las siguientes conclusiones:

«Primera. Escuela de clase y escuela humana no son en manera alguna –en su genuino y no bastardeado contenido expresivo– dos conceptos antagónicos y que se excluyan el uno al otro, sino que, por lo contrario, se completan como las dos fases causalmente sucesivas de un mismo proceso –la humanización de los hombres en su aspecto educativo–.

Segunda. La inexorabilidad histórica nos ha situado en la primera de esas dos fases ineludibles: en la de la escuela de clase. Sin que nos quepa rehuirla, debemos favorecer el tránsito acelerado de la misma como fase más imperfecta y de mayor dureza y sacrificio para la Humanidad, a fin de que la segunda pueda advenir y sobrevenga lo más prontamente posible.

Bien entendido que aun cuando nos opusiéramos con nuestra actitud a ella no conseguiríamos evitar su realidad y transitoriedad. La haríamos, en cambio, más prolongada y perjudiciosa, por tanto, inmediatamente para la mayoría; mediatamente, para la totalidad del conjunto humano.

Tercera. Se nos impone propugnar por todas las mejoras estatales que dentro de la organización presente favorezcan a la escuela proletaria proletarista y extingan la escuela para los proletarios, que la burguesía defiende antiproletariamente con fines burgueses.

Cuarta. Las características de la escuela proletaria proletarista, que han venido ya defendiéndose y han de defenderse en esta primera etapa de escuela de clase, y que informarán también a la segunda de escuela humana, son, entre otras, principalmente: Universidad, laicismo, socialización, gratuidad, libertad, unicidad, coeducatividad, trabajo, internacionalismo y comunismo.

Quinta. En tanto que el Estado favorezca la ideología capitalista en la escuela y defina burguesistamente la escuela pública para el proletariado, se nos impone fundar y excitar a la fundación extraoficial de escuelas informadas de nuestros principios, y que por su organización y eficiencia pedagógica superen y ofrezcan ejemplaridad a las del Estado mismo.

Sexta. Por lo que se refiere al maestro, urge incorporarle como maestro y como proletario a la lucha de clases, llevándole mediante la propaganda adecuada, que incumbe a organizaciones como la nuestra, a adquirir conciencia clasista.

En esta obra, ingente en España, cabe poner fundadas esperanzas en la valiosa cooperación que nos prestarán las demás organizaciones obreras, que, como menos trabajadas por el opio de la ideología y el espíritu burguesistas, están más despiertas a la unión y a la lucha.

Séptima. Debemos esforzarnos, mientras llega la formación universitaria de los maestros –que, como a todos los proletarios, niega el Estado capitalista–; debemos esforzamos por que en las Escuelas Normales –que en muchos casos padecen, además, venenosas intrusiones del sectarismo clerical–, en lugar de una cultura forzadamente superficial por lo absurdamente enciclopédica, útil sólo para ahogar el pensamiento autónomo y llevar a la inferioridad y menor valía espiritual en que todas las sumisiones son posibles, se realice una más esmerada y honda formación de los maestros, que dé entrada a los estudiantes de sociología y economía política y acabe de una vez con el de los palotes y viejas caligrafías iturzaéticas.

Nos importa suplir la falta de estudios económico-sociales que hoy se padece en esos establecimientos, extendiendo la propaganda de nuestras ideas entre los estudiantes normalistas, maestros futuros.

Octava y última. Debe fomentarse entre nosotros, así como el social y político, el cultivo científico de los problemas educativos, y, en este aspecto, contribuir a la construcción de la pedagogía desde el punto de vista en que se sistematicen e integren en cuerpo de doctrina las cuestiones peculiares de la educación del niño con los postulados permanentes del marxismo.»

La lectura de la ponencia levantó muchos aplausos para el autor. Se trata de un trabajo meritísimo, en donde se estudian a fondo las fases de la evolución social de la escuela hacia el pleno ideal de humanización. El autor dice que la escuela de clase es un tránsito en la lucha hacia la luz, y que debe ser superada. Formula los principios generales de la cultura humana, entre los cuales se destaca la libertad y gratuidad de la enseñanza, la coeducación, el internacionalismo, a base de la escuela única, concebida como una comunidad vital.

Hacen uso de la palabra a continuación los compañeros Sanmartín, Masriera, Bardón, Molina, Martínez, Llorca, Suárez y otros, que exponen varios puntos de vista en relación con la ponencia.

Mereció unánime elogio la acertadísima intervención del compañero Molina, presidente de la Sociedad de Albañiles de Chamartín de la Rosa, que informó al Congreso de la obra que el proletariado español realiza en la propagación de la escuela laica, y expone magistralmente el calvario de luchas y sacrificios que realizan algunos Centros obreros que hacen frente con toda valentía al clericalismo dominante en toda España.

Sesión de la tarde

Con la mayor concurrencia se celebra la segunda sesión del Congreso.

Se dan cuenta de numerosas adhesiones al Congreso, entre otras, la de la Internacional de los Trabajadores de la Enseñanza, de la Internacional del Magisterio Americano, la Asociación de Inspectores de Primera Enseñanza, de las Asociaciones de Maestros de Asturias, Santander, Lugo, Valencia, León, Pontevedra, de la Unión General de Trabajadores, del partido socialista y de numerosas Agrupaciones obreras de Madrid y provincias y gran número de maestros de provincias.

En nombre de la Internacional del Magisterio Americano saluda al Congreso el maestro chileno Gerardo Seguel, quien explica la situación de los maestros de América en relación con la lucha contra las dictaduras. Desea que entre los maestros de todos los países se establezca una relación fraternal en beneficio de la escuela.

El maestro del Perú Armando Bazán lee un mensaje de la Internacional de los Trabajadores de la Enseñanza, dirigido a los maestros españoles, y aconseja la conducta que debe seguirse en la lucha por la emancipación de la escuela de extrañas injerencias.

El maestro de París Alfred Guy saluda igualmente al Congreso en un discurso elevado, y solicitando establecer una mayor relación entre los maestros franceses y españoles.

Los tres oradores extranjeros fueron muy aplaudidos.

A continuación se sigue el estudio de la ponencia del Sr. Salgado, e intervienen Llopis, Rubio, Gómez Calleja, Lucas García, Lauda, Adroez, Loperena, Corredor, Ortiz, y en nombre de las varias Agrupaciones femeninas, Claudina García.

Los debates de este Congreso, en el que conviven fraternalmente obreros y maestros, tienen una importancia excepcional.

El cine al servicio de la cultura

Por la noche se celebró una interesantísima velada de cinematógrafo puesto al servicio de la educación de las masas, previas unas palabras como prólogo del publicista Sr. Álvarez del Vayo.

El programa fue aplaudidísimo por los concurrentes, maestros y maestras de nuestras escuelas nacionales y obreros de todas las Agrupaciones de la Unión General de Trabajadores.

Exposición de libros pedagógicos

La Exposición de libros que presenta el Congreso está siendo objeto de unánimes elogios, en especial la sección de obras rusas, que por cierto es muy completa.

Programa para hoy

A las diez se discutirá la ponencia de Manuel Muiño, sobre «Aspiraciones del proletariado en orden a la educación».

A las cuatro se estudiará la tercera ponencia de los maestros Hernanz y Cobos sobre «Formación y selección de los trabajadores de la enseñanza».


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Congreso pedagógico de la Asociación General de Maestros

Tercera sesión

Ayer, a las diez, continuaron las sesiones de este Congreso de obreros y maestros que con tanto éxito se está celebrando en la Casa del Pueblo.

Preside Dionisio Correas, quien saluda a los congresistas, de una manera especial a los numerosos maestros que han venido de provincias.

El ponente Manuel Muiño, secretario de la Federación de la Edificación, informa sobre su ponencia acerca de «Aspiraciones del proletariado en orden a la educación».

El ponente empieza haciendo historia de su vida escolar, pasada a través de escuelas de diferente carácter: disciplina absurda en las escuelas confesionales, y disciplina, aunque menos dura, en las protestantes, aunque se imponía siempre el temor al más allá.

El trabajo que presenta expresa con toda realidad la situación actual de la enseñanza primaria en España y el deseo de los trabajadores manuales de una nueva organización pedagógica que intensifique la cultura entre las clases humildes del país.

El ponente concreta las aspiraciones del proletariado a lo siguiente:

Primero. Enseñanza pública gratuita, y con cantina escolar y vestido para los hijos de los trabajadores.

Segundo. Que la enseñanza sea laica y por cuenta del Estado, prohibiéndose la enseñanza a particulares y entidades.

Tercero. Que igualmente sean por cuenta del Estado las colonias escolares de altura o de mar, y que vayan a ellas todos los niños, distribuidos con arreglo al dictamen médico.

Cuarto. Que sea la escuela única, de forma que el niño pueda ir pasando gradualmente hasta llegar a practicar estudios superiores.

Quinto. Que el Estado pase un sueldo a todo hijo de obrero que, por sus condiciones, deba seguir estudiando, y cuyo sueldo vaya aumentando gradualmente.

Sexto. Que sean gratuitos para los obreros jóvenes los viajes de instrucción y prácticas, así como las estancias con pensión para estudios en el Extranjero.

Séptimo. Que se prohíba toda clase de especulación o negocio con la enseñanza; y

Octavo. Que el profesorado esté bien retribuido, de manera que tenga verdadera independencia económica para que su labor pedagógica sea científica y humana.

A continuación, el presidente concede la palabra para discutir la ponencia.

Pedro Pueyo considera que la ponencia está orientada sólo hacia el obrerismo urbano y deja desamparado el rural. La pobreza del ruralismo con su pobre escuela, en la que muchas veces se aprecian aún diferencias de trato, representa una injusticia sentida por los proletarios rurales, que aspiran a que la escuela sea igual para todos, y de aquí la necesidad de orientar la escuela en un verdadero ruralismo para orientar al proletariado y evitar su éxodo. Cita palabras de Zozaya y Costa para afirmar que la escuela sea gratuita, orientada al agro y con independencia del maestro.

José Bardón hace atinadas observaciones a la ponencia.

Arturo Sanmartín se felicita de la orientación dada por Muiño, que estima inclinada a la organización de una escuela de clases, que estima necesaria desde el punto de vista de la concepción marxista, que tiene por base el trabajo.

José Salgado hace resaltar el interés de los obreros por la escuela de clase. La cantina y el ropero no pueden establecer diferencias que hagan sentir al niño humillaciones que deprimen su desarrollo espiritual.

Pereira, Marín y Velázquez señalan los principios fundamentales.

Luis Huerta interviene para llamar la atención del Congreso sobre el problema del amor. «No basta –dice– que pensemos en la formación del productor; se necesita también pensar en el reproductor, en la educación sexual, que ha de contribuir a la construcción del nuevo sistema social. Producción y población son inseparables y deben tener el equilibrio. Tanto como la acción del medio, por lo menos, interesa a la escuela y a la pedagogía la acción de la herencia biológica, objeto hoy de estudio en los laboratorios científicos y preocupación de los mejores pedagogos de las escuelas nuevas. Escuela del trabajo sola sería una mutilación del paisaje escolar, en donde los vitales problemas sexuales deben encontrar un cauce sano y elevado.»

Interviene Campo Redondo y señala las características que debe tener la escuela.

Bazán habla de la escuela rural como ejemplo a seguir por su aspecto de escuela completa de formación social colectivista.

El ponente, Sr. Muiño, hace un resumen y aboga por una escuela nacional laica, con exclusión de toda enseñanza privada.

Visita a la Fundación Cesáreo del Cerro

En las primeras horas de la tarde los congresistas han realizado una visita a la escuela primaria de la Fundación Cesáreo del Cerro.

Cuarta sesión

Por la tarde se discute el tema tercero, sobre «Formación y selección de los trabajadores de la enseñanza». Preside el Sr. Sanmartín, quien da cuenta de varias adhesiones enviadas por organizaciones obreras.

Los ponentes, Norberto Hernanz y Pablo de A. Cobos, maestros de Barcelona, presentan un trabajo de un gran valor pedagógico y social.

El Sr. Cobos dedica un recuerdo al Congreso pedagógico de 1882, en el que intervinieron Azcárate, Giner de los Ríos, Cossío y Costa y con asistencia de elementos obreros.

Propone que el Congreso envíe un saludo a D. Manuel B. Cossío, y así se acuerda por unanimidad.

La ponencia pide que la formación de los trabajadores de la enseñanza sea universitaria, y aduce para ello múltiples razones.

Luego trata de la especializa;;ión de la función docente.

Sería conveniente que el personal docente, en el transcurso de sus estudios, fuera orientándose en determinadas direcciones conforme con sus disposiciones y gustos. Estas direcciones están determinadas por las diferentes ocupaciones que hay en la función docente, que son, a nuestro juicio:

Primero. Una función directiva, constituida por inspectores profesores de Normal y directores de organizaciones escolares de más de cinco clases.

Segundo. Maestros de sección.

Tercero. Maestros de unitarias y, particularmente, maestros de población rural.

Cuarto. Dibujo, cantos escolares, &c., &c.

La selección para estos cargos exige una preparación especial que oriente, capacite y elimine a las disposiciones. Nada mejor, acaso, que cursillos de carácter práctico que pongan a prueba aptitudes y vocaciones.

Finalmente estudia los problemas para el perfeccionamiento del maestro.

«El maestro no se acaba de formar en la Universidad; se forma constantemente en su ejercicio. Pero para esto ha de estar siempre alerta y despierto. Y para estarlo, sobre todo en las aldeas, hace falta no olvidarle, ir en su ayuda constantemente, en «misión cultural», para darle alientos, para fortalecerlos si los tiene, para poner de relieve su obra y hacer efectiva su responsabilidad.

Nosotros pedimos las «misiones culturales» para asegurar la obra de la escuela, para extender la obra de la Universidad, para recoger nuevos elementos y para que actúen como fermentos sociales y políticos que promuevan y sostengan una dinámica social.

Estas «misiones deberán actuar desde la Universidad, desde el instituto de la provincia, desde la escuela de cada pueblo para verter su función educadora en el pueblo, primero, y para perfeccionar la obra de todo el cuerpo docente a la vez.»

Y tratando de la escuela rural, pide para la aldea:

Primero. La revolución política y social que necesita toda España.

Segundo. Maestros excepcionalmente capacitados, con fina sensibilidad, voluntad recia y agudo entendimiento; preparación universitaria en la Universidad purificada. Favorable disposición de ánimo.

El alumno de la Escuela Normal Pedro Martínez, como representante de la Asociación de Estudiantes Normalistas, ofrece la cooperación de sus compañeros y presenta sus aspiraciones en la reforma de la enseñanza.

Dice que los jóvenes estudiantes son incompatibles con el actual régimen político, y ofrece que trabajarán con entusiasmo y decisión para la transformación de la sociedad.

Pide que se supriman los absurdos exámenes, y que los alumnos deben tener una fiscalización en el régimen de enseñanza de cada uno de los centros docentes.

Cuenta al Congreso varios hechos ocurridos en la clase y en los exámenes con el profesor de Historia de la Escuela Normal de Maestros de Madrid.

Solicita que se supriman algunas asignaturas del plan de estudios de la carrera del Magisterio, y que, en cambio, debe estudiarse en las Normales la sociología.

Termina diciendo que los estudiantes estarán unidos a los obreros y a los maestros para la reforma de la escuela.

El Sr. Sancho, en un discurso muy documentado, habla de los enemigos de la escuela pública, y de la necesidad de reorganizar la Escuela Superior del Magisterio, dominada por las derechas y los representantes del teresianismo. Señala los defectos de las Normales, y expresa la necesidad de orientar y defender a los alumnos normalistas.

Agrega que las organizaciones obreras tienen la obligación de defender a los maestros y estimularse en su labor, luchando con consecución de las reivindicaciones económicas y sociales.

Insiste en los defectos de las Normales, y agrega que los inspectores y profesores, además de sus estudios superiores, deben formarse en la escuela rural.

El maestro de Chile Gerardo Seguel expone la necesidad de que el maestro actúe en la vida ciudadana, y da a conocer la lucha del Magisterio chileno contra la Dictadura, que ha expulsado del país a más de 400 maestros.

«Las Escuelas Normales –agrega– son fábricas de títulos y tienen los mismos defectos que la sociedad actual.»

Con gran sentido práctico señala la orientación que debe seguir la Asociación General de Maestros.

El presidente de la Asociación de Albañiles de Chamartín de la Rosa aconseja a los maestros que sigan la táctica de lucha de los trabajadores manuales para conseguir la reforma de la enseñanza y la reforma del profesorado.

Termina diciendo que el proletariado manual desea la organización de muchas escuelas y la formación de un profesorado consciente, que rendirá muchos beneficios al país.

El Sr. Cobos hace un resumen de las discusiones y concreta las principales cuestiones estudiadas.

El Sr. Sanmartín dice que la Asociación General de Maestros debe congratularse del éxito del Congreso, y subraya que esta Asociación, unida a la Unión General de Trabajadores, admite la lucha de clases.

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Los congresistas hacen hoy una excursión a Toledo, acompañados del Sr. Barnés, profesor del Instituto-Escuela.

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Mañana lunes, a las diez de la noche, celebrará la Asociación General de Maestros una reunión general para tratar de la organización de varias Secciones en provincias, de la propaganda sindical y de otras cuestiones societarias.