Filosofía en español 
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Intereses del País

Pro Universidad Vasca

Todas las federaciones de carácter estudiantil del País Vasco van a estudiar, este verano, cuanto atañe a la creación, tan soñada por todos, de una Universidad en nuestra tierra. Entre otras, las federaciones vascas de estudiantes católicos, que, como es sabido, por su título de juventudes católicas están encuadradas en las filas de la Acción Católica, al constituirse ahora su Confederación, (la Confederación vasca de estudiantes católicos), pensaron que, entre otras ponencias, nada más propio ni más urgente podían llevar a su primera asamblea confederal de este verano, que el proyecto de Universidad Vasca. Fueron ellas las que, primeramente y casi únicamente, han honrado, hasta ahora, el centenario primero de la Universidad libre de Vitoria: la de los Verástegui, los Ayala, los Buesa, los López de Alda; del Padre Ramón Vinuesa, de don Juan Cano, don Jacinto Berrueta, don Tomás Salazar, don Eliodoro Olano, don Prudencio Urarte, don Nicasio Egaña, don Vidal Guinea, don Domingo Aragón, don Federico Baráibar y otros cien, sin contar a don Ramón Ortiz de Zárate, Moraza y todos los que alcanzaron particular nombradía en la pasada centuria de nuestra alavesa historia. Con tan oportuna y solícita recordación de la Universidad vitoriana que, dicho sea entre paréntesis, no fue entre nosotros, como pudiera pensarse, una institución esporádica, un hecho fortuito e incidental, sino que, al menos, la Universidad que se creó en Vitoria y para Vitoria, y no sólo la trasladan aquí desde Oñate, fue una merecida corona y un resultado natural y necesario de la pujante vida cultural de la Atenas del Norte...; pues iba diciendo que la fiesta centenaria de nuestra Universidad, celebrada a principios de este año, se compone admirablemente y se rematará, del mejor modo, en este verano, con la conmemoración práctica de la historia universitaria de todo el País Vasco; y con el reconocimiento universalmente sentido y una vez más manifestado solemnemente de nuestro derecho cultural; y con el estudio sereno, magnánimo a la vez y comprensivo, de lo que ha de ser la Universidad vasca y de las posibilidades y medios de ir a su implantación, ya que de su conveniencia, de su necesidad en nuestro País nadie ha dudado hasta el presente.

Que recuerden las varias asociaciones estudiantiles que con uno u otro motivo, en tan noble tarea han de converger, que su trabajo no será, esta vez, cual islote desapercibido en los mares de ensueño y de la ilusión. No. Aspiración unánime del País será seguido por todos con interés, por la Prensa en primer término, y tendrá la virtud de atraer al plano de actualidad tan apremiante problema de nuestra vida cultural.

Acebedo