Filosofía en español 
Filosofía en español


El Símbolo de los Símbolos

Es la Francmasonería una Institución francamente liberal y democrática; tanto, que en su seno se admite a todos los hombres libres, honrados y de buenas costumbres, sean de la nacionalidad que sean; sean de la raza a que pertenezcan; profesen la religión que profesen, incluyendo aun a aquellos que sus convicciones materialistas los llevan a declararse ateos, porque para el que se inicia en los misterios de la Orden, es condición primordial e imprescindible sentir y respetar en los demás, plenamente, la libertad de conciencia.

Francmasones hay que, bajo la concepción de un materialismo honrado, excluyen de su pensamiento por completo a la Divinidad según la concibe el Instituto y según es aceptada por quienes, profanos o iniciados, rigen sus mentes y sus actos por el hilo con que teje la Razón el humano.

Sin embargo, es preciso decirlo para que se entere el profano que leyere: todo masón, por el solo hecho de serlo, adora en la Naturaleza al Gran Arquitecto del Universo.

¡Al Gran Arquitecto del Universo, el Gran Geómetra, la Gran Causa, generadora de todas las causas!...

He ahí el Gran Símbolo: Dios.

Para su gloria, la Francmasonería no pone límites a la forma como quiera adorarlo cada cual en el santuario de su conciencia, pero enseña en su Código Moral que el “verdadero culto que se da al Gran Arquitecto consiste principalmente en las buenas obras”.

Mas todo francmasón, siempre, antes de empezar cualquier obra, cumple la obligación que tiene de dirigir su pensamiento al Gran Símbolo, para recibir directamente su poderosa ayuda.

Como una muestra de lo generalizado que está, véase su expresión en algunos idiomas.

En los países de habla francesa:

“A la gloire du Grand Architecte de l'Univers” (A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.).

En los de habla inglesa:

“In the name of the Grand Architect of the Univers” (I.·. T.·. N.·. O.·. T.·. G.·. A.·. O.·. T.·. U.·.).

En los de alemán:

“Des Grosse Baumeister aller Welten” (D.·. G.·. B.·. A.·. W.·.).

“Zu Ruhm der Allerbochst Baumeister aller Welter” (Z.·. R.·. D.·. A.·. B.·. A.·. W.·.).

En latín:

“Ad Universi Terrarum Orbis Summi Architecti Gloriam” (A.·. U.·. T.·. O.·. S.·. A.·. G.·.).

En los países de habla castellana o española:

“A la gloria del Gran Arquitecto del Universo” (A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.).

Y así, como fácilmente se comprenderá, en todos los idiomas con que el Mundo se expresa y se entiende, elevan su mente al Sumo Hacedor los francmasones...

Y vamos ahora a un punto muy importante.

Yo, por mi parte, debo decir que creí ser masón desde aquel día que me iniciaron.

Y poseía tan firme esta creencia, porque siempre procuré cumplir como mejor pude y supe cuantos deberes me fueron impuestos, y que acepté gustoso de corazón.

Pero, a medida que iba penetrando en los misterios de nuestra augusta Orden, me fui convenciendo cada vez más de lo difícil que resultaba poder llamarse “Masón” justamente, porque vi que se requiere una cantidad de desprendimiento, desinterés, altruismo, sacrificio, comprensión y otras cualidades poco comunes en estos tiempos...

Sin embargo, cuando la fuerza interior que en nosotros existe me gritaba: “¡Adelante!”, yo, obediente al mandato, caminaba seguro de que, poniendo el pie en terreno firme, podría percibir, aunque lontano, algún rayo de luz ardiente que anunciara el avance de mi ansiada aspiración...

Ahora bien: en medio de este optimismo he estado yo avanzando en mi camino hasta hace poco, relativamente, embozado en mi abrigo de materialista, cada día más convencido.

Para mí no había más verdad que aquella que entraba por mis sentidos.

Lo insondable, lo desconocido, no existía, según mi creencia, en otra parte que en la mente de unos cuantos locos de atar...

Pero, por fin, llegó el día en que cayó la venda.

Ese día fue señalado para mí, porque me hizo ver el error en que estaba al creer en la parte más grosera de la vida, despreciando la que viene del Espíritu, la que es realmente digna de aprecio, por ser ella la única verdad verdadera de cuanto existe en el Universo...

El mayor interés que tengo al hacer estas manifestaciones es hacer llegar a conocimiento de mis queridos hermanos que hasta que no he conocido la Vida del Espíritu, no he conocido al Gran Arquitecto del Universo: que hasta que no conocí al Gran Arquitecto del Universo, no pude conocer qué era la Masonería... ¡Su obra!

¡Con la cantidad de ilusiones que tenía guardadas en mi pecho, pretendiendo conocerla, hace nada menos que treinta años!...

León Cervera y Cremades

La Institución Francmasónica no está ni puede estar afiliada a ningún credo religioso ni partido político.