Filosofía en español 
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De nuestro corresponsal en Berlín

Complots contra el general “social”, maniobras contra Hitler

La tregua de Navidades, terminada la agitación política, recomienza con perspectivas bastante agradables.

El Todopoderoso, según los indicios, ha ejercido una evidente influencia en el ferviente von Papen, quien poniendo en práctica el precepto bíblico ha ido en peregrinación a Munich para perdonar a Hitler las graves ofensas que éste le infligiera durante la pasada etapa gubernamental. Por lo visto Papen no siente ya aquella estima por Schleicher, y aprovechando la ceremonia del perdón ha propuesto al “führer” ciertos planos de inspiración menos divina con el maligno propósito de derribar al general culpable de coquetear con algunos sectores del proletariado, proclamando una neutralidad en las luchas económicas y un tanto de desconsideración hacia las reivindicaciones feudales del absolutismo.

En determinadas esferas se cree improcedente en estos momentos un canciller afectado del “complejo” social. Lo que hace falta precisamente es terminar de una vez con la amenaza comunista y con las pretensiones desquiciadas de la socialdemocracia. Nada de beligerancia; mano de hierro.

Hitler canciller, ahora que la fe en el triunfo absoluto ha decaído un poco, podría continuar esa política “nacional”, iniciada por von Papen, dejando a un lado el lastre del bagaje socialista do su programa. Frente al “social” Schleicher, el “socialista” Hitler, único capaz de aniquilar los partidos marxistas.

Como fantasía todo ello está bastante bien, e incluso para ir a tono con los acontecimientos el carácter anormal de tales negociaciones es quizá una garantía de verosimilitud. Ningún mentís serio ha puesto freno a los comentarios apasionados de la Prensa.

Empero Schleicher no es hombre a quien los acontecimientos cojan en la cama, y por su parte no ha abandonado la esperanza de reorganizar su Gabinete haciendo entrar en él a Strasser, cuyas manifiestas tentativas de colaboración causaron la ruptura con el amigo Adolfo. Se dan las horas y los días en que han tenido lugar las conferencias secretas entre ambos; pero en el fondo eso es lo de menos, ya que nadie ignoraba sus relaciones. Si Strasser se decide, no cabe duda que un fuerte grupo de diputados nazis dispuestos a sacrificarse por los principios gubernamentales abandonarían el partido para formar un núcleo en apoyo de la nueva combinación.

Maquiavelo, desde que en Italia se terminaron las luchas políticas, ha elegido Germania como lugar apropiado para sus experiencias. Todas esas intrigas y complots, emprendidos con orientaciones y caminos tan diferentes, tal vez busquen la realización de la misma idea: adaptación de la mecánica nacionalsocialista al aparato gubernamental, sin sacudidas, sin crisis, sin radicalismos de mal gusto, siguiendo la pauta de gentes discretas; armonizar el empleo de la camisa decorativa con el frac de buen corte. Después, todos de acuerdo y sin exclusivismos comprometedores, ya se procurará restablecer la edad aquella en que no existían comunistas y en que la socialdemocracia, con el anillo en el hocico, producía bastante espanto entre las gentes simples.

Tan solo Goebels, el terrible jacobinonazi, mantiene en alto la tea purificadora. ¿Compromisos con capitalistas? Nunca. El trabajador alemán, por encima de todo; pero más alta aún la Alemania, que acabará con el despotismo galo, encarnado de una vez para siempre en el simbólico Clemenceau. ¡Cuan feroz ironía al nombrar al “general social”! ¡Qué ridículos parecen en su boca los cascos de acero y las derechas tradicionales!

Pero ¿habla en serio el futuro director de la Policía de Berlín? ¿No desempeña a conciencia el papel que le corresponde? Resulta curioso que un hombre tan pequeño esté encargado de la caja de los truenos y la maneje con tanta habilidad.

ALVAR