Filosofía en español 
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120.000 personas asistieron a la inauguración de los Juegos Olímpicos

El desfile de equipos y el ceremonial de apertura revistieron gran solemnidad
El Japón organizará los Juegos de 1940

Berlín, 1 (16).- En este momento da comienzo en el gran Estadio Olímpico de Berlín el acto inaugural de la XI Olimpiada.

Comienzan los Juegos Olímpicos de Berlín con el desfile de las representaciones deportivas de las 52 naciones participantes en el certamen.

El Estadio, con cabida para 120.000 espectadores, se halla totalmente lleno, ofreciendo un aspecto maravilloso.

En el palco oficial, situado en el centro del Estadio, toma asiento el canciller Hitler, acompañado de las autoridades y representaciones oficiales extranjeras, y del Presidente del Comité Olímpico Internacional, dándole escolta varios oficiales del Ejército alemán en traje de gala.

Una orquesta de trescientos profesores y un coro de mil voces, han ocupado uno de los sitios preferentes en el Estadio, para amenizar el grandioso espectáculo.

Suena la campana olímpica y se izan las banderas de las 52 naciones participantes en el torneo.

Palabras del “speaker”

Radioescuchas de España y América –dice el locutor de la Emisora– un saludo a todos los deportistas del mundo con los mayores optimismos para la consecución del triunfo olímpico. En estos momentos en que la paz del Mundo se halla amenazada, los Juegos Olímpicos de Berlín, presididos por el fuego de la antorcha olímpica procedente de la vieja Grecia, son como una luminaria de paz, que señalarán los momentos de una lucha cordial, sembrando la maravillosa semilla de la paz entre las juventudes del Mundo.

(A continuación el locutor hace un saludo a Grecia, cuna de las Olimpíadas.)

Termina diciendo: “Hoy es el día de la paz. Paz para el Mundo.”

El desfile

A los acordes del himno griego se inicia la entrada en el Estadio por la torre de Maratón, de las representaciones deportivas de los diversos países, precedidas de sus respectivas banderas e integradas por los equipos militares y civiles, de ambos sexos estos últimos, en los que destacan notables figuras del deporte mundial. Cada nación presenta un uniforme característico, que llama poderosamente la atención, dando la nota de colorido y simpatía.

Al enfilar la recta situada frente al palco oficial los equipos saludan, muchos a la manera olímpica, varios al modo fascista alemán, y otros haciendo saludos característicos de sus naciones, tales como los chinos, que saludan llevando el sombrero de paja sobre el corazón.

El desfile se inicia por Grecia, terminando por Alemania, y siguiendo por este orden: Egipto, Afganistán, Argentina, Australia, Bélgica, Bermudas, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Haití, India, Islandia, Italia, Japón, Yugoeslavia, Canadá, Luxemburgo, Méjico, Mónaco, Nueva Zelandia, Austria, Perú, Filipinas, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia, Suiza, Sudáfrica, Checoeslovaquia, Turquía, Hungría, Uruguay, Estados Unidos y Alemania.

Datos curiosos

Las delegaciones más pequeñas son las de Haití y Costa Rica, con un solo representante, y las más nutridas las de Estados Unidos con 357 atletas, Hungría con 268, Checoeslovaquia con 295, Suiza con 230, Francia con 238, Inglaterra con 240 e Italia con 220.

La entrada y desfile de las diversas representaciones fue saludada por el público con grandes pruebas de entusiasmo y ovaciones cordiales. Los equipos femeninos, especialmente el norteamericano, por ser el más nutrido, arrancaron la admiración y simpatía de los espectadores.

El equipo francés causó gran emoción al público, en su mayoría alemán, en el momento de enfilar el palco oficial, pues saludaron a las autoridades al estilo nazi.

También las delegaciones orientales por el colorido y originalidad de sus equipos produjeron impresión inmejorable. El equipo francés viste pantalón blanco, chaqueta azul y boina; el inglés también viste blanquiazul.

A la representación austríaca se le hace un gran recibimiento, evidenciándose la cordialidad del pueblo alemán hacia Austria, con quien acaba de concertar un convenio internacional que estrecha las relaciones de ambos países.

Polonia hace el saludo olímpico extendiendo el brazo hacia abajo, en una nueva modalidad.

Filipinas se presenta por primera vez a las Olimpiadas como nación independiente.

Japón organizará los Juegos de 1940

A la representación japonesa se le tributa una especial ovación, por ser el Japón el designado ayer por varios votos de ventaja sobre Finlandia para celebrar el año 1940 la XII Olimpíada en Tokio.

Entre los campeones mundiales que figuran en algunas representaciones, destaca el corredor argentino Zabala, el famoso finlandés Pavo Nurmi, invitado de honor, y el deportista uruguayo Julio Fleve, así como otros muchos campeones olímpicos que fueron ovacionados al ser reconocidos por el público.

La entrada de los deportistas alemanes, que cerraban el desfile, fue acogida con entusiasmo delirante por el público que, puesto en pie, coreó el himno alemán ejecutado por la orquesta. Los deportistas germanos vestían uniforme blanco y corbata negra.

Al terminar el desfile, las representaciones internacionales quedaron formadas por orden alfabético, en un extremo de la gran pista olímpica, destacando la policromía de sus equipos sobre el verde césped de la cancha, situándose los abanderados en primer término, al frente de cada delegación.

Palabras del presidente del Comité Olímpico

A continuación el Presidente del Comité Olímpico Alemán pronunció su anunciado discurso de salutación a los deportistas extranjeros.

Hizo una breve exposición de lo que la Olimpíada de Berlín va a representar y de la satisfacción que el pueblo alemán experimenta al acoger en su seno a las juventudes del mundo para esta fiesta de belleza, alegría y paz.

Terminó solicitando del canciller Hitler autorización para declarar abierta la XI Olimpíada.

Hitler, declara abiertos los Juegos

El canciller Hitler, ante la expectación de la muchedumbre, pronuncia las palabras rituales, declarando abiertos los Juegos Olímpicos. En este momento es izada la bandera Olímpica, mientras los cañones de la Artillería alemana disparan los 21 cañonazos de ordenanza.

Se hace una suelta de millares de palomas, al propio tiempo que toca la campana olímpica y suenan los clarines, mientras las 52 banderas de las representaciones deportivas se inclinan en saludo a Alemania.

El público está puesto en pie, y el silencio es impresionante.

La antorcha olímpica

En este momento el corredor del Maratón, portador de la antorcha olímpica, cruza el Estadio y se dirige a la torre. Sube las escaleras, y enciende el fuego traído a través de 2.999 kilómetros, desde el lugar que ocupó la Villa griega de Olimpia, y que ha de arder en la torre de Maratón del Estadio de Berlín durante la celebración de la Olimpíada.

El anciano griego Spyridión, campeón olímpico de su país, en compañía del presidente del Comité Olímpico alemán, subió al palco oficial haciendo entrega al führer del simbólico ramo de olivo, que trajo desde Grecia.

El canciller Hitler agradeció la ofrenda al viejo deportista del país de las Olimpiadas.

El juramento

A continuación el deportista alemán elegido al efecto, campeón de la Olimpiada de Los Ángeles en la que obtuvo medalla de oro, subió a la plataforma colocada en el centro del Estadio pronunciando el juramento olímpico, que fue contestado por los deportistas integrantes de las diversas representaciones.

El espectáculo ha constituido la más brillante nota de deportividad, cordialidad y brillantez que se registra en la historia del Mundo durante los últimos tiempos, señalando ya lo que ha de ser esta XI Olimpiada que Alemania con tanto entusiasmo ha venido preparando.