Filosofía en español 
Filosofía en español


Kauko K. Kula

Universidad de Helsinki, actualmente cura castrense del ejército finlandés

La confraternidad de armas

Antes de la gran guerra actual la juventud académica pudo observar en la mayoría de las universidades europeas y en las academias de su vecindad un modo de vivir y de proceder exaltado que nacía de la “libertad” democrática tan decantada.

En algunos países democráticos ocupaban incluso los puestos más considerables del gobierno hombres, que tanto en su vida particular como en su vida pública no tenían ya ningún sentimiento de responsabilidad y ninguna idea de formalidad y que estaban dedicados únicamente a cuidar de sus propios intereses egoístas. Y se consiguió esparcir este veneno que roía las raíces de la sociedad desde conocidas fuentes internacionales hasta en las últimas filas del pueblo. Con eso surgió una anarquía ética que hasta la fecha no encuentra equivalente en la historia. Era su misión fingir una libertad individual absoluta. Pero en realidad esta simulación servía a un fin muy distinto: debía conducir hacia una oligarquía internacional que se basaba sobre las aspiraciones desconsideradas del judaísmo internacional y masón.

Hay que contemplar ante este fondo las visiones del porvenir pesimistas de aquella época que declaraban la decadencia del Occidente como una necesidad inevitable. Pero la mayor parte de la juventud académica de Europa no hacía caso de las profecías. La juventud quería penetrar profundamente a través de la superficie, para llegar al origen del mal.

Con la esperanza de encontrar un camino que los salvara de las tinieblas, muchos estudiantes finlandeses marcharon a otros países europeos; pero en todas partes reinaban las mismas condiciones como en la patria, solo que en otros sitios la situación era acaso más grave todavía.

En el verano de 1938 también yo tuve la ocasión de estudiar estos problemas en el extranjero. Una casualidad venturosa me llevó a Alemania. Alemania comunicaba al extranjero un presentimiento de la nueva Europa que será conducida por una nueva generación bien educada y convenientemente ejercitada hacia fines nuevos y grandiosos. Esta generación nueva había profesado una ética individual y social completamente nueva que no tenía nada que ver con las doctrinas que habían provocado en tantos países una anarquía moral ilimitada. En el centro de esta juventud surgió un tipo de hombre perfectamente nuevo, una personalidad férrea que saldría vencedora ante todo de la lucha espiritual contra la doctrina democrática condenada al hundimiento, como también de la guerra que se aproximaba implacable tramada entonces ya por los hombres influyentes de algunas democracias.

Mientras que aquellas “democracias” destruían a fuerza de su propaganda criminal la vida interior de muchos estados por una anarquía ética, tiraban con su sangre fría conocida la tea de la guerra en medio de este continente, porque esperaban poder asfixiar de este modo las fuerzas germinativas que querían preparar Europa para un porvenir mejor y más glorioso. Pero en vez de caer en el abismo proyectado, en realidad las naciones jóvenes de Europa se unieron en un frente común, para luchar contra la oligarquía judía y su manifestación concreta, el bolcheviquismo. Comenzó una guerra gigantesca, cuyo final victorioso está asegurado y al alcance. Además de la victoria en el sentido exterior de la palabra, esta lucha ha originado otro resultado positivo más importante aun: ha unido a las naciones civilizadas de Europa por un nuevo espíritu de solidaridad en una única confraternidad de armas, de modo que ahora se puede hablar con razón de una confraternidad de armas europea tanto en el frente como en la retaguardia. La importancia de este acontecimiento es incalculable todavía.

La juventud académica de Finlandia que lucha en el sector septentrional del frente del Este ve en esta confraternidad de armas europea la realización de sus esperanzas más intimas y la reanudación de relaciones antiquísimas que han sido muy considerables durante toda nuestra historia. En la gloriosa guerra actual contra el enemigo común de Europa fueron confirmadas definitivamente. En el porvenir esta lucha causará un efecto recíproco cada vez más profundo en las naciones europeas y sobre todo en las juventudes académicas de estos países. Pues todos los combatientes han hecho la experiencia, que una confraternidad de armas probada en sangre y fuego es la base mejor y más sólida, para el porvenir. Esta confraternidad de armas es el fundamento de granito, sobre el que se basa una Europa nueva y rejuvenecida.