Dietario
[ Valentín Bleye Jiménez ]
Los temas “prehistóricos”
Algunos «optimistas» –que no se extinga nunca esta bienaventurada legión– nos piden que nos ocupemos en nuestro «Dietario» de otro tema «prehistórico».
Nosotros calificamos así a aquellas viejas –algunas más que viejas, viejísimas– aspiraciones locales que se renuevan periódicamente como las lechugas y los forúnculos, en el «orden del día» de ciertas corporaciones y que suelen aflorar, de vez en vez, a los titulares del periódico.
Esas cuestiones no deben ser desdeñadas. La insistencia con que salen a la superficie de la vida local demuestra que tienen una buena «línea de flotación», muy digna de tenerse en cuenta. Lo que ocurre es que nadie hace nada –o lo que se hace carece de la debida eficacia– para llevarlas a buen puerto.
Si bien se mira los periodistas debemos estar agradecidos a los que nos proporcionan tales materiales. Recordarán, por ejemplo, que una de estas «cuestiones prehistóricas» fue en su tiempo, verbigracia, la desecación de la laguna de La Nava. Y también, aunque más pasajeramente, la terminación del Palacio de Justicia. Mucho se habló de ello «in illo tempore». Hasta que, inexplicablemente, el disco comienza a rayarse y ya no hay quien le haga sonar.
Pues bien: entrañables amigos que pertenecen a la aurirrosada secta de «los optimistas» nos piden ahora que hablemos de la necesidad de una Escuela de Comercio en nuestra ciudad. La Cámara de Comercio viene insistiendo, una sesión tras otra, desde no sabemos cuántos años, sobre esta antiquísima –y bien fundamentada– aspiración.
¿Por qué no se crea una Escuela de Comercio en Palencia? ¿Es que no tenemos derecho a ella?… Vamos a cuentas: aquí hay una potente y tradicional industria, un prestigioso y acreditado comercio que extiende sus ramas por toda la región, poseemos una robusta economía agrícola en estrecha relación con el ámbito mercantil.
Ítem más: nuestra tradición cultural –incluso podríamos alegar nuestro abolengo universitario– justifica con creces el establecimiento de ese nuevo centro docente oficial. Si otras capitales disfrutan del privilegio de una Escuela de Comercio ¿por qué no puede disfrutarle Palencia? Ahora mismo, Burgos acaba de conseguir que su demanda sea atendida. Burgos va a tener una Escuela de Comercio de nueva creación. ¿Y Palencia? ¿Es que su voz –una vocecita débil y tímida, de ciudad humilde y recatada– está condenada siempre a perderse en la oquedad del desierto? ¿Es que no hay nadie dispuesto a servir de portavoz y de caja de resonancia en las alturas para esta vetusta y reiterada petición palentina?… Nosotros creemos –vamos a pasamos interinamente al bando de los optimistas– que debe de haberle. ¿No existe algún palentino influyente en Madrid? ¿No queda ningún «embajador» de la «humilde ciudad de Tierra de Campos» que pueda presentar «ante quien corresponda» con alguna probabilidad de éxito la constante y pacientísima petición de la Cámara de Comercio?…
Si Burgos tuvo buena laringe y se hizo escuchar, ¿por qué no podemos los palentinos curarnos de nuestra habitual afonía cerca de la administración central?
¡Bueno!… ¡Alguna vez los «optimistas» tienen que salirse con la suya!
Y ya verán ustedes –no se sonrían– cómo, por fin, se crea en Palencia esa suspirada Escuela de Comercio.
«A veces se le complican más las cosas… En octubre de 1947 el gobernador civil, Abella Martín, impuso al periódico una sanción de 5.000 pesetas. La acusación, firmada por el propio gobernador (HD-D, 14-10-1947), en negrita y recuadrada, resulta grave: “Vista la campaña tendenciosa contra el orden público, con desprestigio de las instituciones del Estado, Provincia y Municipio, en la que reiteradamente ha reincidido Diario-Día en su sección Dietario y concretamente en el número del día 13 tarde y 14 madrugada, por el que se quiere hacer ver al vecindario de esta ciudad que sufre un trato de humillación en relación con otras capitales españolas, fundamentalmente en lo que respecta a la instalación de una Escuela de Comercio, he acordado imponer…”, &c. ¿Qué había ocurrido para tamaña condenación? Que bajo el título “Los temas palentinos”, Valentín Bleye, tomando como base la noticia del reconocimiento oficial de la Escuela de Comercio de Burgos, recordaba que en Palencia era ya una cuestión prehistórica e inútil… No hubo comentario alguno a la valoración gubernativa del problema, pero este “prehistórico tema” volverá a aflorar de vez en cuando sin tan graves consecuencias. En la Redacción se tuvo el convencimiento de que la desmesurada prosa del gobernador tuvo su origen en la queja del alcalde, Fulgencio García Germán.» (Pedro-Miguel Barreda Marcos [1931-2016], “Periódicos y periodistas. José Alonso de Ojeda”, Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, Palencia 1996, nº 67, pág. 417.)