Filosofía en español 
Filosofía en español


Escritores dominicanos

Carlos X. Ardavín

Zapatero en el país de las maravillas

De Gustavo Bueno, Umbral ha escrito que es uno de los pocos pensadores serios que van quedando en España. Es posible que esta afirmación peque de excesiva, pero lo que está fuera de toda duda es que la frecuentación de los libros de Bueno ponen en marcha en el lector curioso y atento el complejo mecanismo del pensamiento crítico, adormecido últimamente por las campañas publicitarias de las editoriales, que han inundado el mercado literario de manuales de autoayuda, novelas ligeras (light como decían hace nada los críticos pedantes) y poemarios hiper-autoreflexivos y redactados en supuestos versos destinados prontamente al merecido olvido. Leer a un pensador fuerte, sin pelos en la lengua y políticamente incorrecto es siempre un placer, casi un lujo, en medio de la actual pacatería intelectual que nos circunda cual efecto invernadero. Desde la atalaya de sus ya largos años y de sus muchos libros publicados, Gustavo Bueno dirige esta vez su mirada crítica a la gestión política, al ideario y a las propuestas de José Luis Rodríguez Zapatero. Para Bueno el ex-presidente del gobierno español y el PSOE son perfectos paradigmas de lo que él denomina el “pensamiento Alicia”. Dicho pensamiento se caracterizaría por estar amparado en ideas claras pero muy cortas, por sustentar un idealismo blando y una borrosidad ideológica que lo hace confuso y disparatado al mismo tiempo que grandilocuente y retórico. Una vez establecidas estas premisas, Bueno ensaya en Zapatero y el pensamiento Alicia lo que podría calificarse de pruebas de laboratorio, a fin de probar la veracidad y consistencia filosóficas de sus tesis. En realidad, mediante este método se efectúa una honda deconstrucción de los pilares programáticos de Zapatero y el socialismo ibérico. Temas como la Alianza de las Civilizaciones, la paridad hombre-mujer en las instancias estatales, los derechos de los simios, la memoria histórica, los nacionalismos o las altas nociones de solidaridad, democracia y humanismo, pasan por el tamiz o filtro ultra-crítico del profesor Gustavo Bueno. El resultado: un libro filosófico ameno (empresa nada fácil de alcanzar, por cierto) y corrosivo, a la vez ligero y denso, que no renuncia a la complejidad propia de los tratados y monografías en aras de una mayor difusión y ventas. Cierran el volumen una buena bibliografía y un índice onomástico, útil para navegar entre sus casi cuatrocientas páginas.