Disertación de Emiliano Aguado sobre “Ramiro Ledesma”
Preside el delegado nacional de Prensa
En el salón de actos de la Delegación Provincial de Educación y con el título “Ramiro Ledesma”, ha pronunciado la segunda conferencia del ciclo organizado por la Vicesecretaría de Educación Popular con motivo de la fusión de Falange Española y las J. O. N. S., el escritor Emiliano Aguado. Presidió el acto el delegado nacional de Prensa D. Juan Aparicio, a quien acompañaban el catedrático D. Juan Beneyto y el bibliotecario de la Delegación Provincial de Educación D. Andrés María Mateo.
El conferenciante comenzó su disertación recordando la época en que conoció a Ramiro en el año 1929 en las galerías de la Universidad Central, cuando el fundador de las J. O. N. S. alternaba los estudios de Filosofía, y Letras con los de Ciencias. Por entonces cifraba Ledesma su mayor empeño en los estudios de la filosofía alemana del siglo XVIII principalmente, desentrañando la filosofía de Kant, y luego, después en el examen de Ética del tercer año, presentó un trabajo sobre Federico Nietzsche. Se entrega de una manera real a esta clase de estudios y siempre se le encuentra con libros alemanes debajo del brazo, libros que no llega a comprender, y por eso inicia sus estudios de lengua alemana. En 1930 se inicia el despertar pavoroso de la masa española y de la República burda, falsa y vacía. Es entonces cuando Ramiro Ledesma, actúa sobre la masa en los manifiestos de La Conquista del Estado. Pero por entonces no había masa capaz de comprenderle y él tampoco se encontró preparado para actuar sobre ella. Ramiro necesita pertrecharse, y el cambio que se opera en él aparece claramente en los escritos de La conquista del Estado y en los briosos artículos de la revista Jons. Pero Ramiro es más que un hombre de acción un soñador de acción y no habla para el presente, sino para el futuro. Ramiro estudia política, anímica y socialmente, tomando como perspectiva la Historia de España y los hechos que acaecen en Europa. Por aquella época, España se desgaja. El hogar, la familia, y la Universidad se iban perdiendo, y Ramiro se lanza para contener el derrumbamiento que se avecina, pero el Partido de las J. O. N. S. no puede callar el rumor sordo de las calles, y a través de sus escritos y de sus discursos, y de sus consignas, y de su pensamiento, comprendemos el drama íntimo de nuestro tiempo.
La política de las J. O. N. S. era la de cuajar el Estado en actitud plenaria, y por eso Ramiro Ledesma se entrega a esa política y aspira a comprender lo que pasa en España y en su realidad estatal. Todos nosotros tenemos un enjambre de afanes, pero Ledesma tiene la virtud de unirnos en esa empresa y de hacer que nos comprendamos los unos y los otros dentro del Partido. En los seis años de vida política, los números de la revista Jons quedan como recuerdo vivo de la juventud española. Nuestra definición de una España grande y libre, lanzada por nuestro camarada Juan Aparicio, la sentimos como una expresión de nuestra alma, y cuando las J. O. N. S. se unía con la Falange ya lo estaban por sus destinos, pues juntos caían en la calle, por un mismo ideal, y por eso el 13 de julio de 1936 escribe José Antonio desde la cárcel a Ramiro Ledesma “que nuestra misión en España es la misma y nuestros destinos también son los mismos”. Al unirnos con Falange entregamos el yugo, las flechas y las consignas de Ramiro. José Antonio nos encuadró a todos en la unidad que ya habían hecho los camaradas caídos en la calle, y un 29 de octubre entregó Ramiro su juventud a la Patria. Cerca de Madrid yacen sus restos y sobre la tumba solitaria puede escribirse el epitafio de Goethe: “Nadie llega tan lejos como el que no sabe donde va”.
Terminó el acto con los gritos de rigor dados por el delegado de Prensa Sr. Aparicio y que fueron contestados unánimemente por el numeroso público que llenaba el salón de actos.