Filosofía en español 
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Lecturas

Carlos P. Carranza

Miguel de Unamuno: De esto y de aquello
Ed. Sudamericana. Buenos Aires

A su fallecimiento, en 1936, don Miguel de Unamuno dejó una producción literaria extraordinariamente abundante. Se componía, en su mayor parte, de artículos y ensayos aparecidos en revistas y diarios de España y América, de los que tan sólo los menos fueron reunidos en libros. Por centenares quedaron dispersos y en peligro de perderse definitivamente.

Mas tamaña desgracia, harto desdorosa, ha sido evitada merced a la devoción entrañable, a la diligencia perseverante, al ímprobo esfuerzo del profesor de Salamanca don Manuel García Blanco, quien a raíz de la muerte de don Miguel emprendió la ardua tarea de reunir, ordenar y publicar los escritos de Unamuno «no recogidos en libro». Le sirvió de base el archivo conservado en Salamanca por la propia familia de don Miguel; y, a tan precioso material, se ha agregado el conseguido por el señor García Blanco en afanosa búsqueda. Desde luego, no ha logrado reunir toda la producción que salió de la prolífica pluma de don Miguel durante algo más de cincuenta años; pero, no obstante, el material acopiado es abundantísimo y comprende la mayor y mejor parte de la obra literaria unamuniana.

Todos esos escritos «no recogidos en libro» están siendo publicados en Buenos Aires por la Editorial Sudamericana. En estos días ha aparecido el tercer volumen, titulado De esto y de aquello, como toda la colección. Se compondrá ésta de seis tomos. Los escritos de Unamuno están ordenados en agrupación temática. Y dentro de cada apartado, se ha adoptado la sucesión cronológica. El volumen I comprendió cuatro grupos: «Lecturas españolas clásicas», «Libros y autores españoles contemporáneos», «De literatura vasca» y «Sobre literatura catalana». En el volumen II se incluyeron los grupos «Quijotismo y cervantismo», «La vida literaria», «Ensayos erráticos o a lo que salga» y «Relatos novelescos». Y el III está constituido por un grupo general de «Libros y autores extranjeros», dividido en las secciones Letras italianas, Letras inglesas, Letras de la antigüedad clásica, Letras francesas, Letras portuguesas, Letras alemanas, Letras rusas, Letras norteamericanas y Varia. Se completa el volumen con el grupo «España y los españoles».

No será cuestión de exponer ahora un juicio sobre la inmensa labor literaria de Unamuno. Al releerla, la primera impresión es que, muy lejos de envejecer, conserva la lozanía, el vigor y el interés propios de las obras destinadas a la perennidad. La suprema prueba de una segunda lectura con el intervalo de varios años no sólo la resiste Unamuno, sino que sale engrandecido y consolidado. Releerlo es renovar acrecentado el placer espiritual que invariablemente promovía aquel original pensador, doblado de «sentidor», como se complacía en advertir.

A través de toda su obra, se percibe siempre el angustioso drama que lo conmovía y atormentaba. Y es que el pensamiento de Unamuno nunca dejó de moverse alrededor del secreto de la vida humana, de la «única cuestión, del solo afán, uno y el mismo para todos los hombres», como él proclamaba. Inquiría algo inasequible, saber qué será se nosotros cuando uno muere, porque le acongojaba el ansia de inmortalidad. «Necesito la persistencia indefinida de mi conciencia individual –decía– la necesito; sin ella, sin la fe en ella, no puedo vivir». Sobre un fondo tan humano y tan esencialmente religioso, el espíritu de libertad, de soberanía del pensamiento individual, es otra de las características de la magna obra unamuniana. En ella nunca estuvo ausente la repulsión sustancial a los convencionalismos, los lugares comunes y, muy en particular, a los dogmas de toda especie.

Sacudir las conciencias, combatir la pereza mental de las gentes, procurar que cada uno piense con sentido propio y no con sentido común, como repetía constantemente, era uno de los primordiales objetivos de Unamuno. Y su saludable acción no se ha perdido ni se puede perder. Su ansia de inmortalidad está plenamente lograda. La ganó con su admirable labor literaria.

C. P. C.