Cumple ahora un año la revista Sistema –«revista de ciencias sociales y también, en íntima relación, de filosofía y de lo que, genérica y un tanto imprecisamente, denominamos pensamiento», como se decía en el número 1–, que edita el Instituto de Ciencias Sociales y que dirige el profesor Elías Díaz. Y hace ahora justamente un año destacábamos con satisfacción en estas páginas la aparición de esta nueva publicación, tan vinculada a Cuadernos.
Algunas líneas de la presentación del primer número eran sumamente reveladoras del talante que los editores deseaban que impregnara a la revista: «Aprendimos –afirmaban– que, entre otras muchas cosas, una resolución de ese tipo (aludían a la pasada contiende civil y al deseo de que no volviera a repetirse y que quedara asumida como hecho histórico) exigía y exige generosidad, tolerancia, libertad, justa superación de las desigualdades sociales y económicas, en definitiva, construir un país donde se hayan puesto las bases necesarias para una auténtica vida intelectual y una libre convivencia civil: y esos son, en amplia medida, nuestros objetivos (es decir, la filosofía política, cultural y social que, por tanto, inspirará flexiblemente esta revista).» «Queremos –añadían– enlazar, críticamente, con todo nuestro pasado cultural, pero de modo muy especial con las tendencias de pensamiento más cercanas a nosotros, profundizando en ellas y comprendiéndolas desde nuestra propia situación.»
A pesar del incipiente camino recorrido, los cuatro números publicados hasta el momento (el último de ellos acaba de aparecer) testimonian ya aquellos nobles designios. Su nivel científico y riguroso, la sinceridad en la asunción del pluralismo y la importancia y variedad de los trabajos sobre teoría y metodología, así como de aquellos que analizan diversos problemas de la realidad social, cultural y política de nuestro país, son patentes. Junto a firmas nacionales (algunas de destacados profesores que trabajan en Universidades extranjeras, como Salvador Giner, Aranguren, Tuñón de Lara, Juan Marichal y, ahora, en el número 4, la incorporación –y hay que subrayar que se trata de una recuperación importante– de García Bacca, quizá el mejor filósofo español actual, exiliado en Venezuela) hay que anotar, también en el último número, la presencia de Guy Hermet, ya conocido de los lectores españoles por sus libros sobre algunas realidades de la vida española, con un artículo, muy valioso y de máxima oportunidad, acerca de «el catolicismo en los regímenes autoritarios».
Creo justo destacar, finalmente, que la revista –a la que quizá pueda achacársele en su todavía breve trayectoria alguna insuficiencia, ya en trance de superación, como la sección de crítica de libros, mejor orientada en los últimos números– no es academicista ni culturalista, sino viva, y sus temas de interés muy actual. Tal vez baste para comprobarlo asomarse a algunos de los trabajos publicados, tales como: «Notas para una historia del pensamiento español actual», de Elías Díaz; «Estructura y cambio del régimen político español» y «Cambio político y oposición en la España actual», de Luis G. San Miguel; «Lo masculino y lo femenino en la relación sexual y social», de Amando de Miguel; «Política demográfica de la familia y de la natalidad en España», de Salustiano del Campo; «Las contradicciones de la democracia elitista», de Rodríguez Zúñiga; el ya citado trabajo de Guy Hermet, «Reflexiones sobre las funciones políticas del catolicismo en los regímenes autoritarios contemporáneos»; «Sociología de la literatura en España», de J. C. Mainer, y otros. Y junto a ellos hay que reseñar otros trabajos de indudable envergadura, como «Los 'Grundrisse' de Marx y la 'Filosofía del espíritu objetivo' de Hegel», de Gustavo Bueno; «La insuficiencia funcional del lenguaje», de Castilla del Pino; «El Derecho de los derechos fundamentales», de Gregorio Peces-Barba; «El progreso de la conciencia sociológica», de Salvador Giner; «El concepto de alienación», de J. F. Tezanos; «Teoría crítica y razón práctica (a propósito de la obra de Jürgen Habermas)».
A la vista de los cuatro números aparecidos, sinceramente hay que decir que estamos ante una publicación importante por lo que significa de aportación crítica en la vida cultural española, tan desmedrada, recortada y necesitada de iluminaciones.
F. S.