I. E. interroga a Sergio Vilar
Las “Omisiones” en La oposición a la dictadura
Ver Información española, nº 23
P. Principalmente queremos preguntarte por las omisiones. En el conjunto del libro dices que la clase obrera es la que protagoniza la lucha; ¿cómo, pues, no le has dedicado un capítulo aparte o un mayor espacio a la clase obrera?
R. La clase obrera es la que mayor espacio, cuantitativo y cualitativo, ocupa en mi libro. Quiero recordar, además, que en las partes programáticas hay un capítulo exclusivamente dedicado a los obreros: esto es, a través de las respuestas que Camacho, Ariza, Rozas y Royo dan a mis cuestionarios se ponen de relieve las líneas maestras de lo que ha de ser el futuro –ojalá próximo– sindicato democrático de trabajadores.
Es más, la clase obrera está presente, de manera directa o indirecta, con sus reivindicaciones económicas, políticas y culturales, incluso cuando en las páginas de mi libro hablan hombres que no son obreros, pero que sí son auténticos socialistas y comunistas. Desde mi punto de vista, ser socialista y comunista auténticos consiste, entre otras cosas, en ser «obrerista» (dicho sea descontando el sentido peyorativo o unilateral de esta palabra), es decir en luchar por una sociedad sin clases, por una sociedad de trabajadores.
Pero me preguntas por un «capítulo aparte». Sin ninguna duda –y eso lo digo claramente en mi libro– la clase obrera ha sido la que más ha sufrido y sufre la Dictadura. Asimismo las acciones de los trabajadores han sido decisivas para abrir brechas en el monolito del sistema fascista. Ahora bien, en las actividades de los obreros, ¿no han estado a menudo presentes algunos intelectuales y estudiantes revolucionarios? En la gran huelga de 1951, en Barcelona, empieza a producirse una cierta coordinación entre los obreros y los estudiantes. En los últimos años esa lucha conjunta, esa coordinación, se amplía y se profundiza.
Por un lado, la actividad política democrática que se desarrolla en España, no es sólo –aunque lo sea fundamentalmente– una actividad de la clase obrera, sino que se trata del impulso de todo un pueblo (si bien se han pasado períodos apáticos) por liberarse del franquismo. (Pero hoy en día, incluso grandes sectores de pequeña burguesía se mueven contra la Dictadura o ayudan a los trabajadores en su lucha). Por otra parte, en la perspectiva cada día más clara, cada día más fuerte, de la alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura, ¿cómo y por qué aislar en un estudio político a la clase obrera, de la «clase» (?) de los intelectuales, técnicos y científicos que están proletarizándose objetivamente?
P. En el libro te has visto obligado a no hablar de otros hombres que han destacado en la lucha contra la Dictadura.
R. En efecto, fueron muchas las dificultades con que choqué para realizar la investigación práctica en que basar la redacción de este libro. En primer lugar las dificultadas propias de una encuesta que abarca treinta años de actividades clandestinas en todas las familias políticas, en todos los sectores sociales y en las principales regiones españolas. Esta encuesta, apoyada desde el principio por buenos amigos socialistas y comunistas, tenía que llevarla a cabo procurando no ser interceptado por la policía, tenía que evitar cualquier choque que podía complicar a otras personas. Esto, a veces, me forzaba a suspender viajes, a abreviar estancias en unas o en otras ciudades, a anular citas, a cortar conversaciones en marcha. La otra gran dificultad es que disponía de muy pocos medios económicos para realizar esta encuesta. Los medios han sido pobrísimos en comparación con la envergadura de la investigación.
Algunos me dicen: «pero no has hecho ni eso ni lo otro» y «¿por qué no has hecho aquéllo?» Estas preguntas me las hacen incluso algunos que se llaman marxistas. Pero eso son preguntas idealistas, que no tienen en cuenta la realidad. ¿Por qué no empiezan preguntándose por las condiciones concretas en que hoy he podido llevar adelante la investigación y la redacción del libro? ¿Qué hubiesen hecho ellos en las mismas condiciones concretas? ¿Saben lo que es trabajar en esas condiciones? Esto es, ¿saben lo que es salir de la pura lucubración teórica, del ensueño abstracto, y ponerse a hacer algo en la práctica?
P. ¿No te parece muy ambicioso el título de este libro?
R. Según desde donde se mire. ¿No es correcto el título de «Protagonistas de la España democrática» para un volumen que presenta a unos hombres que se han destacado en la lucha y que por ello, por su altura, por su claridad, por su energía política y moral, han ido a parar a la cárcel, en cuyo duro ambiente han pasado muchos años, sin que por eso hayan frenado su capacidad combativa sino todo lo contrario? ¿No es lógico poner también «La Oposición a la Dictadura 1939-1969» a un tomo que analiza la lucha de unos hombres, representativos de partidos políticos y sindicatos democráticos, que han sacrificado hasta su propia vida por oponerse al régimen dictatorial?
La palabra «protagonistas» puede ser tildada de «elitista», ya lo sé. Pero desde las primeras páginas de la Introducción indico que estos hombres «son quienes con su lucha representan a ese protagonista colectivo que es el pueblo español.»
P. Sabemos que has recibido una carta de Melquesidez Rodríguez Chaos. Si te preguntamos por ella es porque Melque es muy conocido por su libro 24 años en la cárcel y por sus conocimientos de la lucha clandestina. ¿Qué te parece la información que te da?
R. Me parece excelente. Cuanto Melque me dice, en su larga y amable carta es interesantísimo. Me anima a que continúe mi investigación a la vez que me informa de detalles y pistas muy valiosos. Es gracias a hombres como Melque, a través de las conversaciones que sostenga con ellos, de la documentación que me den, como yo podré acabar de escribir una historia de la Oposición.
Sé que mi libro, en esta primera versión, tiene defectos (y me pare que lo sé mejor que algunos que andan buscándole tres pies al gato).
Como Melque me señala, inteligentemente, sobre el período 1939-1945 doy pocos datos. Sin embargo, creo que la entrevista que sostengo con Miguel Núñez es aleccionadora, más que sugerente, en síntesis, de lo que ocurría en aquellos años. Podría citar las declaraciones de otros militantes.
En la Introducción del libro, digo que se trata de una «obra en marcha» que terminaré de escribir cuando acabemos con la Dictadura. Igualmente advierto que algunos hechos no se explican por razones de seguridad antipolicíaca, porque algunos de los dirigentes de la Oposición siguen en las cáceles y porque otros han tenido que exiliarse.
Hoy por hoy, Protagonistas de la España democrática. La Oposición a la Dictadura 1939-1969 es fundamentalmente un libro político con objetivos políticos. El libro es una contribución a la lucha contra la Dictadura.
En mi libro he querido demostrar que las injusticias, los atropellos, la opresión de la Dictadura no son abstracciones: son dolorosísimas realidades. Son numerosos los hombres que sufren penas de prisión por actividades políticas o sencillamente por actividades sindicales democráticas, como también son numerosos los españoles que están en el exilio por razones parecidas.
Otro de los objetivos centrales del libro es destacar, ante la opinión pública española y ante los hombres libres de todos los países, que en España trabajan unos equipos políticos dedicados a conseguir una auténtica alternativa democrática.