Filosofía en español 
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Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España

El Sáhara vendido

La ocupación del Sáhara por Marruecos es ya un hecho. Las tropas y la administración marroquíes campan allí por sus respetos. La participación mauritana cuenta muy poco. La simbólica presencia española sólo tiene por objeto cubrir una vergonzosa venta, cuyos términos se ocultan cuidadosamente a la opinión nacional e internacional, venta tramitada por el Gobierno Franco-Arias Navarro, con Solís como intermediario interesado, y consumada por el Gobierno de Juan Carlos-Arías Navarro. Con ello ha aumentado gravemente el riesgo de una confrontación internacional en aquella zona. Intereses oscuros y bastardos han prevalecido en esa operación tras la que está el imperialismo americano.

Como consecuencia de esta transacción inicua del Régimen, España ha abdicado de sus responsabilidades e incumplido sus compromisos: El pueblo saharaui ha sido traicionado; su derecho a la libre autodeterminación, pisoteado. Hablar, como se hace en la «declaración de principios» entre España, Marruecos y Mauritania de que «será respetada la opinión de la población saharaui a través de la Yemáa» y bajo la ocupación militar marroquí es un verdadero sarcasmo. La mayoría de los componentes de la Yemáa, pese a ser ésta en sus orígenes una creación del colonialismo franquista, se han pasado al Frente Polisario, representante legítimo del pueblo saharaui. Cualquier intento de reconstruir e instrumentalizar aquella institución al servicio de la ocupación marroquí carecería de todo valor. El pueblo saharaui no aceptará sin resistencia ese traspaso colonial; un dramático éxodo ha comenzado; la decisión de seguir luchando por su libertad se expresa ya en la acción guerrillera emprendida. Se ha desatado una represión sistemática: decenas de personas han sido asesinadas; el peligro de que Marruecos cometa un verdadero genocidio ha sido denunciado en la ONU.

Como es habitual, el pueblo español no ha sido ni consultado ni informado. El Régimen ha hecho y deshecho por su cuenta, violando las normas internacionales. De haberse respetado el derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación habría sido posible una colaboración mutuamente beneficiosa, salvaguardando los intereses legítimos de ambas partes.

En lo tocante a nuestro país, las Islas Canarias y los españoles que residían en el Sáhara van a resultar especialmente perjudicados.

Al Ejército español se le ha hecho desempeñar en toda esta historia la ignominiosa función de entregar maniatada a la población del Sáhara, preparar las condiciones para la ocupación marroquí, actuar incluso contra oficiales y soldados nativos que llevaban muchos años sirviendo en las Fuerzas Armadas españolas. Ha tenido que soportar vejaciones de las tropas y la policía de Marruecos. ¿Dónde ha quedado la promesa hecha por Juan Carlos en su viaje a El Aaiun de que «se hará cuanto sea necesario para que nuestro Ejército conserve intactos su prestigio y su honor»?

El Partido Comunista de España llama a todos los ciudadanos, civiles y militares, a denunciar la actuación del Régimen en el Sáhara y a defender el derecho del pueblo de aquel territorio a una verdadera autodeterminación.

El problema sahariano ha venido a subrayar la urgente necesidad de establecer en nuestro país un sistema democrático capaz de salvaguardar el interés nacional, la dignidad del Ejército, y de hacer que España juegue el papel que le corresponde en el concierto internacional.

10 de diciembre de 1975