Filosofía en español 
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El caso de León Trotzky

Taimadamente se ha cometido una infamia

Hemos recibido desde Cádiz, firmado por nuestro correligionario León Trotzky, un telegrama, en que nos anuncia que en el día de hoy, y a las ocho de la mañana, será embarcado, como si se tratara de un criminal, para la Habana.

Oficialmente aun no sabemos los motivos por los cuales se ha tomado en nuestro país la determinación de expulsar a nuestro compañero.

La reclamación que formuló al presidente del Consejo de ministros una representación del Comité nacional de nuestro partido sigue pendiente de contestación cuando escribimos estas líneas.

Si el conde de Romanones hubiera cumplido su palabra, en el día de ayer hubiéramos conocido el resultado de las informaciones que dijo iba a pedir para dar contestación adecuada a la reclamación que se le formuló.

Cuando la contestación llegue, nuestro amigo Trotzky estará embarcado con rumbo a la Habana. Y en nuestros espíritus queda solamente la impresión que nos produjeron sus manifestaciones cuando aquí en Madrid le acompañábamos en peregrinación a los centros oficiales para ver si evitábamos se consumara la resolución bárbara que contra él se había tomado. Y la impresión es la nacida de las fundadas sospechas de que todo lo ocurrido sea consecuencia de una persecución policíaca. Y suponiendo a Trotzky embarcado en buque que marcha con dirección a la Habana, no podemos olvidar sus temores, y se apodera de nuestro pensamiento la idea de que el embarque sea otra taimada acción policíaca, para hacer que nuestro correligionario, por procedimiento indirecto, sea entregado a la policía rusa.

Lo hecho hasta ahora ya es bastante para que sintamos vergüenza de que haya podido ser ejecutado en nuestro país y por nuestras llamadas autoridades. Si a lo hechos se añaden nuestra sospecha y nuestros temores, aun se acrecienta la vergüenza que sufrimos. Las gentes de nuestro pueblo rechazan indignadas los procedimientos de taimada circunspección que se han empleado; rechazan, además, la resolución de expulsión que se ha tomado. Eso que ha arrojado de nuestro país a Trotzky es lo que el sentimiento y pensamiento de honradez de nuestro país rechaza con repugnancia, y a lo que se ve sometido por carecer de fuerzas bien organizadas y orientadas para no aguantar su predominio. Eso que ha lanzado a Trotzky fuera de nuestro país es lo que el mismo pueblo tiene que arrojar al basurero por razones de higiene de los espíritus. Eso no somos nosotros; eso es lo que estorba, lo que hace imposible una vida moral limpia.

Repetimos que no sabemos cuáles son las razones que pueda dar el conde de Romanones para justificar la determinación tomada con Trotzky.

Con lo sucedido tenemos hechos suficientes para poner comentarios; pero para mayor demostración de nuestra excesiva ecuanimidad, nos los guardamos hasta conocer lo que nos diga el presidente del Consejo de ministros.

*

La Acción, diario maurista, y, según confesión propia, el único periódico honrado, recogió hace días la noticia del encarcelamiento de Trotzky, y le puso un comentario. En lo que, por su cuenta, y con arreglo al concepto que tiene de la honradez, dijo La Acción en dicho comentario, claramente daba a entender que se puede creer ser honrado y ser órgano oficioso de la policía.

Afirmaba el diario maurista que Trotzky era un terrorista furibundo; que los terroristas españoles habían comenzado a movilizarse para gestionar la permanencia de Trotzky en España; pedía a las autoridades españolas desatendieran las reclamaciones da los terroristas españoles, y solicitaba, al fin, que Trotzky fuera arrojado de nuestro país.

Si el terrorismo fuera lo que es la escoba para las inmundicias, era cosa de hacerse terrorista al apreciar la condición moral de quienes inspiran el órgano del maurismo. Pero no es ese el remedio. El terrorismo queda para los mauristas con Maura a la cabeza, que pretenden dominar a sangre y fuego al país y cometen actos tan honrados y poco criminales como los fusilamientos de Barcelona el año de 1909.

Hoy vamos a lo nuestro, que no es justificarnos ante La Acción, para demostrarle que no somos terroristas.

Vamos a procurar demostrar que La Acción es casi, si no totalmente, el órgano oficioso de la policía española.

El origen de la noticia dada por el órgano del maurismo, tres días después de que Trotzky llegara a nuestro país, es de la policía francesa, quien dio informes parecidos a estos: EL TERRORISTA -ANARQUISTA- PELIGROSO LEÓN TROTZKY HA PASADO LA FRONTERA CON DIRECCIÓN A SAN SEBASTÁN, Y SE DIRIGE A MADRID.

El autor de esta noticia infamante y de las consecuencias registradas se supone fundadamente es M. Bidet, persona de una grosería ofensiva, con quien tuvo algunos disgustos nuestro compañero Trotzky.

¡Trotzky terrorista! ¿Terrorista de hecho? Pues dígase dónde están los actos terroristas en que haya tomado parte o estado complicado.

¿Terrorista por principios ideales? Pues cítese alguno de sus escritos en que haya defendido la teoría terrorista.

De todo lo dicho y hecho hasta ahora no queda más que una conjura policiaca, que para vergüenza de todos ha sido diligente y taimadamente secundada en nuestro país.

Esto, y que La Acción es un honrado órgano de opinión al servicio de estas acciones honradas.

Después ya veremos, porque el asunto no le damos por concluido.