Régis Debray
El Tribunal Russell contra Kissinger
El presidente del Tribunal, Lelio Basso, durante su intervención en la sesión de apertura. Entre los participantes, García Márquez y Cortázar
En su misma debilidad estriba su fuerza. Al no representar a ningún poder establecido, el Tribunal Russell dicta sentencias que no llegan a convertirse en ejecutorias. Como las del Tribunal Internacional de Justicia. Su marginalidad con relación a los Estados y los partidos garantiza su independencia, al tiempo que le hace rozar la universalidad. Compuesto de juristas, escritores y teólogos de todas las nacionalidades, puede el Tribunal aspirar justamente a representar la opinión, cuando no la conciencia del mundo. Se dirá del jurado que es parcial. También lo era el de Nürenberg, sólo que aquí, en este Nürenberg permanente, los vencidos juzgan a Sur vencedores provisionales; los pueblos indefensos, a sus amos extranjeros.
Más de dos mil personas, en Latinoamérica, recogieron informaciones y elaboraron informes para presentarlas en Bruselas entre el 11 y el 18 de enero. Rigurosamente jurídicos, tales como el de Joinet referido a Chile, denuncian no sólo las violaciones de los Derechos del Hombre por la junta militar, sino también las del mismo orden legal propugnado por esa.
Por útiles que resulten, estos análisis humanitarios o legalistas parecen muchas veces totalmente tangenciales a la realidad de las luchas. El Tribunal tiene el mérito de haber concedido la palabra a la realidad por boca de testigos excepcionales: El general de aviación chileno Poblete, Carmen Castillo, incandescente y combativa, así como a un grupo de campesinos indios venidos directamente de Colombia. Pero uno no puede defenderse de los oprimidos sin conocer a los opresores. De ahí el valor capital del testimonio de Philip Agee, antiguo oficial de la CIA destacado en Latinoamérica durante cerca de diez años, que ha referido cómo este organismo, bajo el control directo del presidente de los Estados Unidos, manipula a los gobiernos latinoamericanos y se esfuerza en infiltrar, vigilar, dividir, corromper o desacreditar a los movimientos populares.
Omnipresentes, las multinacionales son una fachada un tanto cómoda, y los trabajos del Tribunal, como ha recordado Sicco Mansholt, conducen a la puesta en tela de juicio del gobierno norteamericano, responsable último de los sistemas económicos y sociales que privan a los pueblos de este continente del derecho de disponer de sí mismos{1}.
Russell contra Kissinger: La partida es desigual. Pero aunque este Tribunal no fuera más que lo que es –una bella y poderosa comisión de encuesta–, seguiría resultando indispensable.
Cuando otros ejecuten la sentencia en un terreno distinto, nadie podrá pretender ignorar los alegatos.
{1} «Me alegro –declaró Sicco Mansholt– de que en este recinto se haya pronunciado varias veces el nombre de Henry Kissinger. Kissinger es responsable, personalmente, del derrocamiento del gobierno demócrata chileno. Debe ser, pues, juzgado públicamente por su responsabilidad en la operación montada por la firma ITT contra el presidente Allende. Mas como las jurisdicciones de Estado han demostrado su insuficiencia, ha de ser este Tribunal el que le juzgue y condene.»