Filosofía y filósofos en la Biblia
En toda la Biblia sólo hay una mención a la filosofía (así, en general, ver: Epístola a los Colosenses 2:8 contra la filosofía) y otra a filósofos concretos (Hechos de los Apóstoles 17:18), donde se nombra, como filósofos, a epicúreos y estoicos. Cada uno de estos términos: φιλοσοφίας, φιλοσόφων, Ἐπικουρείων, Στοϊκῶν, philosophiam, philosophi, epicurei, stoici, filosofía, filósofos, epicúreos, estoicos, es hápax legómenon (άπάξ λεγόμενον) en la Biblia, palabra que sólo ha sido utilizada una vez (los creyentes dirán que por Dios, su Autor principal; en todo caso a través de algunos hombres, aunque fueran meros transcriptores instrumentales secundarios).
Hechos de los Apóstoles 17:18
Colosenses 2:8
τινὲς δὲ καὶ τῶν Ἐπικουρείων καὶ Στοϊκῶν φιλοσόφων συνέβαλλον αὐτῷ, καί τινες ἔλεγον, Τί ἂν θέλοι ὁ σπερμολόγος οὗτος λέγειν; οἱ δέ, Ξένων δαιμονίων δοκεῖ καταγγελεὺς εἶναι: ὅτι τὸν Ἰησοῦν καὶ τὴν ἀνάστασιν εὐηγγελίζετο.
βλέπετε μή τις ὑμᾶς ἔσται ὁ συλαγωγῶν διὰ τῆς φιλοσοφίας καὶ κενῆς ἀπάτης κατὰ τὴν παράδοσιν τῶν ἀνθρώπων, κατὰ τὰ στοιχεῖα τοῦ κόσμου καὶ οὐ κατὰ Χριστόν.
Quidam autem epicurei et stoici philosophi disserebant cum eo, et quidam dicebant: Quid vult seminiverbius hic dicere? Alii vero: Novorum daemoniorum videtur annuntiator esse: quia Jesum et resurrectionem annuntiabat eis.
Videte ne quis vos decipiat per philosophiam, et inanem fallaciam secundum traditionem hominum, secundum elementa mundi, et non secundum Christum:
Y algunos Epicúreos, y Estóicos filósofos disputaban con él, y algunos decían: Qué quiere decir este baladrón: Y otros decían: Este parece anunciador de nuevos dioses: porque les anunciaba a Jesús, y la resurrección.
Estad sobre aviso que ninguno os robe a sobre salto por filosofía, y vano engaño, según las constituciones de los hombres, y según los elementos del mundo, y no según Cristo.
El nuevo testamento, traducido del griego al español por Francisco de Encinas, dedicado a la Cesarea Majestad de Carlos I de España (Amberes 1543).
Filosofía y filósofos en la Concordancias de la Biblia
Distinguen los eruditos entre concordancias reales y concordancias verbales: ambas habrían sido introducidas en el siglo XIII por el franciscano lisboeta San Antonio de Padua (†1231) y por el cardenal dominico Hugo de Santo Caro (†1264), respectivamente (puede leerse una exposición general en: «Concordancias de la Sagrada Escritura»). Como las concordancias reales (de res, rei, cosa, que no de rex, regis) implican necesariamente cierto grado de interpretación, la cuestión siempre latente de los universales y el nominalismo determinó que se acabasen imponiendo las más neutras y literales concordancias verbales, que hasta el siglo XX lo fueron por antonomasia de la Biblia (aunque ya en 1540 estuviesen publicadas, en España, por el benedictino Francisco Ruiz, las primeras concordancias latinas de todas las obras de Aristóteles). Las concordancias bíblicas, tras dos siglos de correr manuscritas, conocieron pronto el arte de la imprenta, lo que facilitó el auge de ese patético talibanismo bíblico que pronto sedujo a tantos cristianos que, instruidos en la lectura, limitaban sin embargo su interés a un sólo libro (y, como mucho, al índice minucioso de todas las palabras presentes en su Libro: recién traducido Dios al germano, por Lutero, se apresuró Juan Schröter en preparar sus alemanas Konkordantz des Newen Testaments zu teutsch, Estrasburgo 1524).


Se reproducen aquí las entradas filosóficas en dos ediciones tempranas del siglo XVI: a la izquierda, de las Concordantie maiores biblie de Conrado de Leonberg y Juan de Segovia (Amerbach, Petri y Frobenio, Basilea 1506); a la derecha, de las Concordantiae maiores Sacrae Scripturae (Libera Argentina –Estrasburgo– 1529).
Conviene recordar que, durante más de mil años, nadie se atrevió a trocear la palabra de Dios en capítulos, y tuvo que ser inglés quien osó hacerlo: el cardenal Esteban Langton, arzobispo de Canterbury (†1228). Poco después un francés, también cardenal, Hugo de Santo Caro, el que pasa por introductor de las concordancias verbales, se atrevió a más, y repartió los capítulos recién distinguidos por el troceador inglés en siete partes, que designó con letras minusculas: a, b, c, d, e, f, g. Hubieron de pasar trescientos años para que otro francés, Roberto Estienne (Robertus Stephanus, 1503-1559) se atreviese a diferenciar versículos dentro de los capítulos bíblicos, asignándoles, además, un ordinal (en 1551, en su edición del Nuevo Testamento) –su hijo, Enrique Estienne (Henricus Stephanus, 1528-1598), publicó en 1578 los Diálogos de Platón en versión greco-latina, dividiendo las páginas de su edición en cinco secciones, de tamaño parecido, que señaló con las letras A, B, C, D, E (como tres siglos antes hiciera Hugo de Santo Caro con los capítulos de la Biblia), marcas que se siguen utilizando en nuestros días–.
Se reproducen a continuación las entradas filosóficas en dos concordancias bíblicas impresas mediado el siglo XVI: a la izquierda, de las Concordantiae maiores sacrae Bibliae (Lugdunum –León de Francia– 1545); a la derecha, de las famosas Concordantiae Bibliorum utriusque Testamenti, Veteris & Novi, novae & integrae (R. Stephanus Typographis, [Ginebra] 1555), las primeras en las que, manteniéndose la letra del repartidor Hugo, se incorpora el número de versículo del fragmentador Estienne. (Adviértase que, en las de 1545, se introduce un salutate philologum, con minúscula, que en 1555 ya va con mayúscula, pues en el lugar citado hace saludar Dios a un señor al que decían Filólogo, que no a todo el gremio de los filólogos, contradistintos de los filósofos).


Como últimos ejemplos reproducimos a continuación las entradas filosóficas correspondientes a otras dos ediciones de concordancias, una del siglo XVII (las Concordantiae Bibliorum Sacrorum Emendatae, Amberes 1617, la famosa edición de Lucas de Brujas, tantas veces reproducida) y la otra del siglo XVIII (Repertorium biblicum, seu Concordantiae S. Scripturae, Augustae Vindelicorum –Augsburgo– 1751). Adviértase que en el siglo XVIII ya se prescinde de la letra que el repartidor Hugo había añadido a los capítulos del troceador Langton, vencedor el número versicular del fragmentador Estienne. Es curioso el olvido de los epicúreos, presentes junto con los estoicos en las concordancias antiguas, a partir de las concordancias de Estienne de 1555…


Filosofía y filósofos en los Diccionarios de la Biblia
El sabio benedictino Agustín Calmet (1672-1757) publicó la primera edición de su famoso Diccionario histórico y crítico de la Biblia en París 1722-1728 (2 volúmenes). Reproducimos y transcribimos el inicio de la entrada Philosophes, correspondiente a la segunda edición ampliada (Ginebra 1730, tomo tercero, paginas 591-596):
«philosophes. Philosophie. S. Paul dit aux Colossiens (Col 2:8): Prenez garde que personne ne vous séduise par la Philosophie, Ne quis vos decipiar per Philosophiam: Et dans les Actes (Ac 17:18) saint Luc raconte que saint Paul étant arrivé à Athènes, y trouva des Philosophes Epicuriens & Stoïciens qui se moquoient de ses discours. Le même Apôtre en plusieurs endroits de ses Epîtres s'élève contre les faux Sages & la fausse sagesse de ce siècle, qui n'est autre que la Philosophie des payens, toujours fort opposée à la sagesse de Jesus-Christ, & à la vraie Religion, qui dans l'idée des Philosophes & des Sages du monde, passoit pour une vraie folie, n'étant fondée ni sur le raisonnement, ni sur l'évidence, ni sur l'éloquence & la subtilité de ceux qui la prêchoient, mais sur la vertu des Dieux, sur son autorité, sur l'opération du saint Esprit, qui agissoit sur les coeurs & sur les esprits de ceux qu'il appeloit à la foi.»
continuará