Filosofía en español 
Filosofía en español

San Isidoro de Sevilla, Etimologías [≈ 630]

De philosophis gentium
Manuscrito Etymologiae siglo IX · Codex Toletanus (nunc Matritensis) · Biblioteca Nacional de España Vit. 14-3 (VITR/14/3) fragmento de la hoja 69r

Libro VIII. De la Iglesia y sectas diversas

6. De los filósofos gentiles

1. La palabra filósofo es griega y significa amante de la sabiduría. Es, pues, filósofo el que tiene la ciencia de las cosas divinas y humanas y observa las reglas del bien vivir.

Libro VIII. Acerca de la Iglesia y las sectas

6. Sobre los filósofos de los gentiles

1. Los filósofos{13} reciben este nombre, de cuño griego, que en latín se traduce como “amantes de la sabiduría”. En consecuencia, el filósofo es el que posee el conocimiento de las cosas divinas y humanas, y el que observa todas las reglas del bien vivir.

 

2. El primero que usó el nombre de filósofo fue Pitágoras. Los antiguos griegos se daban a sí mismo jactanciosamente el nombre de sofistas, esto es, sabios o maestros en sabiduría; pero interrogado una vez Pitágoras cuál era su profesión, contestó modestamente que era filósofo; es decir, amante, de la sabiduría, pues le pareció muy arrogante decir que era sabio.

2. Cuentan que el nombre de “filósofo” fue utilizado por vez primera por Pitágoras: mientras que, en un principio, los antiguos griegos solían darse a sí mismos jactanciosamente el nombre de “sofistas” –es decir, de sabios–, o bien el de “conocedores de la sabiduría”. Pitágoras, al preguntarle por su profesión, respondió sencillamente que él era un filósofo, esto es, un “amante de la sabiduría”, porque le parecía excesiva arrogancia atribuirse el calificativo de “sabio”.

 

3. Y esto agradó después a todos, de tal manera que el que descollaba en doctrinas de cosas que pertenecían a la sabiduría no tomaba otro nombre que el de filósofo. Los filósofos se dividen en tres clases, a saber: físicos, éticos y lógicos.

3. Y de tal manera les pareció esto preciso a las generaciones siguientes que, cuando alguien –en opinión suya o de los demás– parecía sobresalir en el conocimiento de temas relacionados con la sabiduría, no recibía otro nombre que el de filósofo. Tres son las categorías en que se dividen los filósofos: unos son físicos, otros éticos y otros lógicos.

 

4. Se llaman físicos los que tratan de la naturaleza, pues en griego fysis significa naturaleza.

5. Éticos, que disputan de las costumbres; pues la palabra griega éze significa costumbre.

6. Lógicos son aquellos que aplican la razón a la naturaleza y a las costumbres. Pues logos es palabra griega que significa razón. Estos están divididos en distintas escuelas, y unos toman los nombres de sus autores, como los platónicos, epicúreos, pitagóricos; y otros del lugar de sus reuniones, y se llaman peripatéticos, estoicos y académicos.

4. Se llaman físicos los que tienen la naturaleza como tema de estudio. En griego “naturaleza” se dice physis.

5. Se denominan así los éticos porque su materia de examen son las costumbres. “Costumbre”, entre los griegos, se dice éthe.

6. Los lógicos, en fin, hacen intervenir el raciocinio en el estudio de la naturaleza y las costumbres. En griego, “raciocinio” se dice logos. También éstos se encuentran divididos en escuelas diversas, de las que unas toman el nombre de sus promotores –como los platónicos, epicúreos o pitagóricos–, y otros, de los lugares en que celebraban sus reuniones o tenían su sede, como los peripatéticos, estoicos o académicos.

 

7. Platónicos, así llamados del filósofo Platón. Aseguran que Dios es creador de las almas; los ángeles, de los cuerpos, y que las almas por espacio de muchos años van volviendo y animando a diversos cuerpos.

7. Los platónicos son así llamados por el nombre de Platón. Estos defienden que Dios es el creador de las almas, mientras que los ángeles lo son de los cuerpos; dicen que las almas, después de transcurridos muchos años, vuelven a encarnarse en diferentes cuerpos.

 

8. Los estoicos reciben su nombre del punto de reunión, que era el pórtico que existía en Atenas, conocido con el nombre de Poikilen stoan, donde estaban escritas las gestas de los sabios y las historias de los varones esclarecidos. En este pórtico se reunían estos filósofos, y de ahí recibieron el nombre de estoicos. En griego pórtico se escribe stoa. El autor de esta escuela o secta fue Zenón.

8. Los estoicos reciben su nombre del lugar en que se reunían. Hubo un pórtico en Atenas denominado poikíle stóa, en el que se encontraban grabadas las acciones de los sabios y las historias de los hombres ilustres. En este pórtico solían reunirse a filosofar los eruditos, y de ahí recibieron su nombre los estoicos. En griego, “pórtico” se dice stóa. El fundador de esta secta fue Zenón.

 

9. Estos afirman que sin virtud nadie puede ser feliz y que todos los pecados son iguales, diciendo: Tan malo es el que roba unas pajas como el que roba el oro; el que mata un cuervo como el que mata a un caballo; pues no es el animal, sino el ánimo, el que hace el crimen.

9. Los estoicos defienden que nadie puede ser feliz si carece de virtud; aseguran que todos los pecados son iguales, expresándose en términos como éstos: “Tan culpable es el que sustrae unas pajas como el que roba oro; y el que mata a un somormujo como el que da muerte a un caballo, porque el crimen no está en relación con el animal, sino con el espíritu con que se comete”.

 

10. Dicen que el alma muere con el cuerpo. Niegan la virtud de la continencia y hablan de la gloria eterna, no obstante profesar que el alma no es eterna.

11. Los académicos, así llamados de una villa de Platón llamada “Academia de Atenas”, en donde éste enseñaba. Estos decían que todas las cosas eran inciertas. Y si bien es verdad que hay muchas cosas inciertas, que Dios ocultó a la inteligencia del hombre, hay, sin embargo, otras muchas que pueden ser conocidas por los sentidos y la razón.

10. Afirman asimismo que el alma también perece con el cuerpo: sostienen que no existe la virtud de la continencia; y hablan de la gloria eterna a pesar de que reconocen que no se es eterno.

11. Los académicos son así denominados por una villa de Platón –“la Academia de Atenas”– en la que impartía sus enseñanzas. Opinan que todas las cosas son inescrutables; aunque deba reconocerse que hay muchas cosas impenetrables y ocultas que Dios quiso mantener por encima de la inteligencia del hombre, hay otras muchas, en cambio, que pueden ser captadas por los sentidos y comprendidas por la razón.

 

12. Fue autor de esta secta Arcesilao, filósofo de Cirenaica; seguidor de esta secta fue Demócrito, el cual decía que la verdad estaba escondida como en lo último de un pozo que no tuviera fondo.

12. Fundador de esta secta fue Arcesilao, un filósofo de Cirenaica. Y seguidor de ella fue Demócrito, quien llegó a decir que la verdad se encuentra escondida como en un profundo pozo carente de fondo.

 

13. Peripatéticos, nombre que viene de pasear, porque Aristóteles, autor de esta escuela, solía filosofar paseando. Dicen éstos que sólo una partícula del alma es eterna, y la mayor parte mortal.

13. El nombre de peripatéticos les viene de peripato, “pasear”, por aquello de que Aristóteles, su fundador, tenía la costumbre de filosofar mientras paseaba. Sostienen que sólo una pequeña porción del alma es eterna, en tanto que la parte mayor es mortal.

 

14. Los cínicos, llamados así por su inmundicia y falta de pudor. En contra del natural pudor humano, era costumbre en ellos cohabitar públicamente con sus mujeres, diciendo que es lícito y honesto, porque era lícito y honesto el matrimonio, y que esto debía hacerse públicamente, como los perros, en las plazas y en las calles. De los perros (canis), cuya vida imitaban, se les dio este nombre.

14. De la inmundicia de su desvergüenza reciben su nombre los cínicos. En contra de toda vergüenza humana, tenían la costumbre de copular públicamente con sus mujeres, asegurando que es lícito y honesto yacer en público con la esposa, puesto que lícito y honesto es el matrimonio; y predicaban que esto debía hacerse a la vista de todos, como los perros en las calles y plazuelas. Precisamente de los canes, cuya vida imitaban, tomaron su denominación y su nombre.

 

15. Epicúreos, llamados así de Epicuro, amante de la vanidad y no de la sabiduría, a quien los mismos filósofos le llamaban el cerdo, porque revolcándose en el cieno de la carne, aseguraba que los placeres del cuerpo eran el sumo bien, y negaba que el mundo se rigiera por la providencia de Dios.

15. Los epicúreos se llaman así por Epicuro, un filósofo amante de la vanidad, que no de la sabiduría, a quien los filósofos mismos dieron el calificativo de “puerco”{14} porque, como revolcándose en el fango de la carne, afirmaba que el placer corporal era el bien supremo; dijo también que el mundo no estaba organizado ni regido por ninguna providencia divina.

 

16. Decía también que el origen de todas las cosas está en los átomos, cuerpos sólidos e invisibles, de cuyo encuentro fortuito procede todo lo que existe. Aseguraba igualmente que Dios no actuaba, que todo lo que existía era materia y que el alma era material; de aquí su frase: “Cuando muera no quedará de mí nada.”

16. Aseguró que el origen de las cosas estaba en los átomos, cuerpos indivisibles y sólidos que, uniéndose fortuitamente unos con otros, dan origen y nacimiento a todas las cosas. Sostienen que Dios no interviene con su acción en nada; que todo está formado de materia; y que el alma no es otra cosa que materia. Por eso dijo: “Una vez muerto, dejaré de ser”.

 

17. Gimnosofistas eran aquellos que filosofaban desnudos en las obscuras soledades de la India, ocultando solamente sus partes pudendas. Recibieron su nombre del Gimnasio, lugar donde se adiestraban los jóvenes con el ejercicio físico, desnudos como ellos; éstos se abstienen de procrear.

18. Teólogos, se llamaban también físicos. Teólogos, dichos así porque en sus escritos trataban de Dios, y fueron muy diversas sus ideas acerca de El. Dijeron unos, como Dionisio Estoico, que Dios era este mundo visible, compuesto de cuatro elementos. Otros, mirando las cosas espiritualmente, dijeron, como Tales de Mileto, que la mente era Dios.

17. Los gimnosofistas suelen filosofar desnudos en las sombrías soledades de la India, cubriendo únicamente sus vergüenzas. Derivan su nombre de “gimnasio”, lugar donde los jóvenes se ejercitan en el deporte desnudos, ocultando tan sólo sus partes pudendas. Estos filósofos se abstienen de procrear.

18. Teólogos es otro de los nombres que reciben los “físicos”, y que se les aplica porque en sus escritos trataron el tema de Dios. En su búsqueda de qué es Dios, sus opiniones son evidentemente muy variadas. Unos, como Dionisio, el estoico, afirmaron que Dios era este mundo visible por nuestros sentidos corporales y que estaba integrado por cuatro elementos. Otros, como Tales de Mileto, adoptando una postura espiritual, sostuvieron que Dios era la inteligencia.

 

19. Otros, como Pitágoras, dijeron que era como el alma, que estaba en todas partes, y era resplandeciente; algunos, que Dios es inmutable y sin tiempo, como Platón; otros, que es una inteligencia libre, como Cicerón; otros, que es espíritu e inteligencia, como Marón. Habiendo encontrado a Dios, no lograron exponerlo como lo encontraron; de ellos se puede decir lo que dijo el Apóstol (Rom. 1, 21): Se envanecieron en sus pensamientos y, llamándose sabios, se convirtieron en necios.

19. Algunos –es el caso de Pitágoras– dijeron que es resplandeciente y se encuentra, espíritu como es, en todas partes. Otros, como Platón, opinaron que Dios es inmutable e intemporal. O quienes como Cicerón lo consideraron inteligencia independiente. O bien –así, Marón– espíritu e inteligencia. A ese Dios que habían descubierto sirviéndose de sus propias luces, lo explicaron de manera distinta a como lo descubrieron, porque acabaron desvaneciéndose en sus propias lucubraciones: llamándose a sí mismos sabios, se convirtieron en necios.

 

20. Los platónicos admiten a un Dios árbitro y juez del mundo y con providencia sobre él. Los epicúreos, un Dios ocioso y sin ejercicio. Acerca del mundo dicen los platónicos que es incorpóreo; los estoicos, que es corpóreo; los epicúreos, que está formado por los átomos; Pitágoras, por los números, y Heráclito, por el fuego.

20. Los platónicos conciben [también] a un Dios providente, árbitro y juez. Los epicúreos, ocioso e inactivo. En cuanto al mundo se refiere, los platónicos afirman que es inmaterial; los estoicos, material; Epicuro, formado de átomos; Pitágoras, de números; Heráclito, de fuego.

 

21. Varrón dice que el fuego es el alma del mundo y que el fuego lo gobierna todo, como el alma en nosotros; de él son estas vanas palabras: “Cuando el fuego está en nosotros vivimos, y morimos cuando sale.” Y así el mundo morirá cuando el fuego lo deje.

21. Precisamente por esto dice Varrón que el fuego es el espíritu del mundo, porque el fuego lo domina todo en el mundo, lo mismo que en nosotros lo hace el espíritu. ¡Qué vanamente dijo aquello de: “cuando el fuego está en nosotros, vivimos; en el momento en que se extingue, perecemos”! En consecuencia, cuando el fuego abandone el mundo, al través de los rayos ese mundo dejará de existir.

 

22. Estos errores de los filósofos tuvieron su repercusión en forma de herejías contra la Iglesia. De aquí los aiones y no sé qué clase de formas, la Trinidad de nombre de Arrio y el furor platónico que se observa en Valentín.{5}

22. Estos errores de los filósofos{15} fueron también fuente de herejías contra la Iglesia. De ahí, los aiônes y ésas no sé qué formas; de ahí también en Arrio esa llamada “trinidad”, y ese delirio platónico en Valentino.

 

23. De aquí que Marción diga que el Dios mejor es el de la tranquilidad, como procedente que era de los estoicos; y si algún filósofo dice que el alma muere se ve que es discípulo de Epicuro; y si niega la resurrección de la carne se ve que está formado en la escuela de todos los filósofos; y si dice que la materia es Dios, aparece la doctrina de Zenón; y si se lee algo de Dios fuego, aparece la intervención de Heráclito; los mismos temas siguieron siempre los herejes y filósofos y en ellos se vuelven a enredar cuando los tratan de nuevo.

23. De los estoicos tiene su origen el que Marción afirme que el mejor Dios es el que se refiere a la serenidad; a Epicuro sigue el que dice que el alma perece; cuando uno niega la resurrección de la carne, se ha inspirado en la vana escuela de todos los filósofos; cuando se pone la materia en el mismo plano que Dios, enseñanza es de Zenón; Heráclito es quien influye cuando se lee que Dios es fuego. La misma temática es materia de examen entre herejes y filósofos, y cuanto más vuelven sobre ella, más la embrollan.

 

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{5} Los números 22 y 23 están tomados del libro de Tertuliano De praescriptione, c. 7 (PL 2, 19).

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{13} Tal vez inspirado en Agustín (De civit. Dei 8, 2); cf. Cicerón, Tusc. 5, 8-9.

{14} El mismo Horacio, practicante de la doctrina epicúrea, se califica a sí mismo como “Epicuri de grege porcum” (Epist. 1,4,16). Y Cicerón llegará a decir: “Epicure noster, ex hara producte, non ex schola” (In Pis. 37).

{15} Como señala Grial, estos dos números últimos están tomados de Tertuliano (De praescriptione 7: PL 2,19). Sin duda alguna, Isidoro ha tenido a la vista unt resumen de historia de la filosofia antigua al escribir todo el capítulo 6. Noticias dispersas las ha podido tomar de San Agustín, aunque nos inclinamos por algún resumen o exposición escolar.

 

(Versión castellana total, por vez primera, e introducciones particulares de don Luis Cortés y Góngora: San Isidoro de Sevilla, Etimologías, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1951, páginas 196-198.)

(Texto latino, versión española y notas de José Oroz Reta & Manuel-A. Marcos Casquero: San Isidoro de Sevilla, Etimologías, edición bilingüe, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 2004, páginas 692-697.)

 

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