XIX Congreso Mundial de Pax Romana | España 1946 |
SEGRETERIA DI STATO Dal Vaticano, li 9 de mayo de 1946. Señor Presidente de PAX ROMANA: Las circunstancias pasadas han impedido celebrar hasta el momento presente el XIX Congreso Mundial de PAX ROMANA, fijado ya en el año 1939. Durante este largo período de tiempo, multitud de obstáculos han dificultado a esa organización el desarrollo de su intensa y benemérita actividad. Sin embargo, los nobles propósitos que han animado constantemente a los dirigentes de la Asociación hacen concebir las más halagüeñas esperanzas de que el trabajo de PAX ROMANA, enriquecido por la observación y estudio de los problemas que se han planteado hoy, lejos de desmerecer de cuanto ha realizado hasta aquí, obtendrá en el futuro nuevas conquistas, en el ambiente universitario. La solemnidad de este Congreso coincide muy oportunamente con el IV centenario del P. Francisco de Vitoria, O. P., y tanto esto como los lugares donde ha de celebrarse –Salamanca y El Escorial, ambientes de ciencia y piedad de la católica España–, han de traer a la memoria de los asistentes las célebres lecciones del insigne maestro del Derecho internacional, que enseñan, con la misma actualidad que hace siglos, que el derecho cristiano es el único capaz de ligar con vínculos duraderos a los pueblos y naciones. Estos son los luminosos principios que Su Santidad Pío XII ha expuesto en estos tiempos de odios y rencores para remedio de los males actuales y como base inconmovible que haga posible el restablecimiento de la armonía y concordia internacionales. Por esto, una de las resoluciones más eficaces que el Congreso puede adoptar es promover con cursillos, reuniones, conferencias y otros medios el conocimiento de estas orientaciones pontificias, mensajeras de paz para la divinidad humana. El Augusto Pontífice renueva en esta ocasión sus paternales votos por la labor de PAX ROMANA, e implora del Espíritu Santo copiosas luces sobre los trabajos del Congreso, para que produzcan los mayores frutos. Con estos deseos, otorga de todo corazón a usted, señor Presidente, que tanto se ha afanado por el éxito de esta Asamblea, a los delegados y congresistas, una especial Bendición Apostólica. Al reiterarle el testimonio de mi más distinguida consideración, quedo de usted seguro servidor, J. B. MONTINI, Sust. * * * Roma, 21 de mayo de 1946. Señor Presidente de PAX ROMANA: La reunión del XIX Congreso mundial de PAX ROMANA me ofrece gratísima ocasión para hacer llegar a Su Santidad, a los miembros del Secretariado permanente y a los delegados de las varias naciones, mis felicitaciones, votos y augurios, que son un gozoso reconocimiento de su fecundo desarrollo y de los magníficos resultados conseguidos en estos veinticinco años, y al mismo tiempo estímulo y aliento para reanudar las tareas que los graves acontecimientos han tenido en suspenso durante varios años. Puesto que la finalidad de PAX ROMANA es realizar en los medios universitarios el desenvolvimiento de la doctrina de la Iglesia, la conmemoración del P. Vitoria ofrece a la Organización, no sólo una ocasión propicia para recordar su doctrina, sino también para orientar en lo futuro la actividad de sus miembros, después de las ruinas sembradas por esta guerra atroz, ocasionada principalmente por una ciencia separada de la fe; más aún: en oposición con ella. PAX ROMANA se debe proponer, en primer lugar, hacer resaltar los principios de una moral internacional para la reconstrucción de un orden internacional; es decir, para la [150] renovación de las instituciones internacionales en el espíritu del derecho cristiano de gentes. Además, PAX ROMANA ha de tener siempre presente cuál en su misión en el mundo. Universitarios católicos quiere decir connubio de la Fe y de la Ciencia, hechas viva y fecunda realidad; clara y triunfal apología de la fe, sublime elevación y santificación. PAX ROMANA ha de orientar, por tanto, al estudiante universitario; le ha de dar una visión católica del Universo; le ha de ayudar a juzgar y criticar a la luz de la divina revelación las diversas y mudables teorías, las doctrinas y los programas de la sabiduría humana. Al mismo tiempo coordinará la piedad con el estudio, asegurando la participación cada vez más viva y activa de los intelectuales en la vitalidad de la Iglesia en sus múltiples e inagotables manifestaciones. Deseo vivamente que este Congreso que se celebra en España, cuna del Derecho internacional y de gentes, donde el sentido cristiano inspiró y sigue inspirando sus leyes, contribuya grandemente a difundir la más viva luz sobre problemas tan vitales para la futura ordenación del mundo. Con estos augurios, elevo mis súplicas más fervientes al Señor, Dador de toda luz, para que se digne derramar las más copiosas bendiciones sobre el Congreso. Al reiterarle el testimonio de mi más distinguida consideración, quedo de usted seguro servidor, J. CARDENAL PIZZARDO. * * *
|
<<< | >>> |
![]() |
Proyecto filosofía en español © 2001 www.filosofia.org |
Pax Romana XIX Congreso |
XIX Congreso Mundial de Pax Romana Madrid 1946, páginas 149-152 |