En desagravio de la sacrílega Irreverencia que ejecutaron los Ingleses en Gibraltar, degollando, y arrojando al Mar a la Milagrosa Imagen de Nuestra Señora llamada de Europa: Erigió el Convento de Carmelitas de Santa Teresa de esta Corte otra Imagen de Nuestra Señora con el mismo Título de Europa. Para cuya Colocación escribió el Autor las Quintillas siguientes.

Tomó a Gibraltar la Saña
De Infiel Bárbaro Anhelo;
Y de las Dos (cosa extraña)
Guardó la Llave de España,
Y arrojó al Mar la del Cielo.

Sacrílego determina
Cortar la Hermosa Cimera
De Alta Europa Divina,
Sin bastarle la Ruina
De toda Europa entera.

A su Estrecho Mar la envía,
Sin duda por ignorar,
Que cuando España sentía
Los Ultrajes de María,
No tenía Estrecho el Mar.

Dividida al golpe grave
Fue en el Mar Estrago Aquella,
Que sin dividirse sabe
Ser del Cielo Excelsa Nave,
Ser del Mar Divina Estrella.

Salga del Cristal Undoso,
Bella Sirena del Cielo,
Vuestro Simulacro Hermoso,
A honrar el Puerto dichoso
Del Sacro Monte Carmelo.

¡Si el Mar Vuestro Afecto inflama!
Golfo es el Carmen perenne,
Donde, Delfín sin escama,
Cada Corazón que Os ama,
Un Mar de afecto Os previene.

Aquí, en defensa Arrogante
De Vuestro Altar Reverente
Vibrarán, con Celo Amante,
Teresa el Dardo Flamante,
Elías la Espada Ardiente.

Ya Vuestro Culto, no en Vano,
De Gibraltar que Os profana
Pasó el Estrecho; a que Ufano
Os le de aquí el Océano
De la Devoción Cristiana.

Y ya, no fue, el Accidente
De Vuestro Bulto, Ruinas,
Sino Escultura excelente,
Que en un golpe solamente
Forjó Otra Imagen Divina.

Que fue (Señora) imagino
Surcar el Mar Viento en Popa
Vuestro Nombre Peregrino,
A dar fondo en el más Fino
Baluarte de la Europa.

¿Qué importa que oculte el Mar
Vuestro Sacro Antiguo Bulto?
Si el Divino Nadar,
No está la Gala en guardar
El Ropaje; sino el Culto.