Filosofía en español 
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Punto primero · Naturaleza, y división de las Virtudes

P. ¿Qué es virtud? R. Que la natural es: Habitus electibus in mediocritate consistens. En cuanto comprehende la natural, e infusa es: Bona qualitas mentis, qua recte vivitur, et qua nullus male utitur, et quam Deus in nobis, sine nobis operatur. Estas últimas palabras convienen solamente a la infusa.

P. ¿Quién es el sujeto de la virtud? R. Que lo es toda potencia racional; y así lo son inmediatos el entendimiento, la voluntad, y el apetito sensitivo, en cuanto incluye la irascible y concupiscible. De facto en el entendimiento se reciben la fe sobrenatural, la prudencia, y otras virtudes: en la voluntad la caridad y esperanza con otras: y en el apetito sensitivo, en cuanto a la parte irascible, la fortaleza con sus partes integrantes, y en cuanto a la concupiscible la templanza con sus especies.

P. ¿En qué se divide la virtud? R. Que se divide lo primero en natural, adquirida [123] infusa o teologal. La natural es aquella virtud que casi dimana de la misma condición de la naturaleza. La adquirida comprehende todas las que pueden adquirirse por nuestros actos, ya sean intelectuales, ya morales. Infusa es la que Dios por sí mismo nos infunde, como lo son las virtudes teologales.

Lo segundo se divide la virtud en intelectual, y moral. La intelectual perfecciona el entendimiento in ordine ad verum, y la moral la voluntad in ordine ad bonum. Esta se subdivide en las cuatro virtudes cardinales, que son Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza, llamadas así, porque sobre ellas gira toda la bondad moral y política. También se divide la virtud moral en infusa per se, e infusa per accidens. La primera pide de su naturaleza ser infundida por Dios, sin que causa alguna criada sea capaz a producirla. La segunda es aquella, que aunque atendida su naturaleza, pudiera el hombre adquirirla por sí, la infunde Dios por una especial disposición de su Bondad, como infundió en Adán todas las virtudes morales, y hábitos científicos, según lo advierte S. Tom. p. 3. q. 7. art. 2. Omitimos otras divisiones de la virtud, por bastar las dichas para nuestro intento.

[ Compendio moral salmaticense · Pamplona 1805, tomo 1, páginas 122-123 ]