Hamza Alavi
Los campesinos y la revolución
Pensamiento Crítico, La Habana, mayo de 1967, número 4, páginas 107-154.
❦
«En los países coloniales solamente los campesinos son revolucionarios, pues no tienen nada que perder y tienen todo que ganar. El campesino hambriento, fuera del sistema de clases, es el primero entre los explotados en descubrir que solamente la violencia da resultados. Para él no hay compromiso ni acuerdo posible...» (Frantz Fanon, Los Condenados de la Tierra, La Habana, Ediciones Venceremos, 1965.)
Este modo de ver la potencialidad revolucionaría del campesinado fue expresado por Frantz Fanon, ideólogo de la revolución argelina. De vez en cuando, a través de los siglos, el campesino se ha levantado en rebelión contra sus opresores. Pero la historia también está repleta de ejemplos de campesinado que ha soportado, en silencio y por largo tiempo, extremos de explotación y opresión. Al mismo tiempo, brotes ocasionales de revuelta campesina plantean la cuestión de las condiciones en que el campesino se hace revolucionario.
No podemos hablar del campesinado en este contexto como de una masa homogénea y no diferenciada. Sus diferentes partes tienen diferentes miras y perspectivas sociales, pues cada una de ellas se enfrenta a diferentes grupos de problemas. El número de fuerzas campesinas que participa en un movimiento revolucionario depende del carácter de la revolución, o como dirían los marxistas, de la «etapa histórica» que ella representa. Asi, cuando un movimiento revolucionario va de la «revolución democrático-burguesa» a la «revolución socialista», los papeles de las diferentes partes del campesinado no siguen siendo los mismos.