
Vittorio Strada
Brest-Litovsk: el debate sobre la guerra, la paz y la revolución
Pensamiento Crítico, La Habana, noviembre de 1967, número 10, páginas 52-100.
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En vísperas de la Revolución de Octubre, en un artículo titulado La guerra mundial y la revolución rusa, Alejandro Iziumov se plantea un inquietante problema:
¿En nombre de qué cosa insurgió el pueblo ruso unido? ¿En nombre de qué cosa tronchó de un golpe el tronco podrido del viejo régimen que con su hedor a moho apestaba la sana atmósfera nacional? ¿Cuál fue la consigna común a todos nosotros, primero sólo «súbditos fieles» y ahora libres ciudadanos de la Gran Rusia? ¿Dónde está ese talismán, común a millones de ciudadanos rusos, que realizó el asombroso prodigio? ¿La república democrática? ¿La libertad? ¿La jomada laboral de ocho horas? ¿El deseo de paz «sin anexiones y sin contribuciones»? ¡Qué hipocresía, qué ilusión! La respuesta de Iziumov es neta: «El pueblo ruso ha borrado de un solo golpe al viejo régimen, no en el nombre de esos altos ideales universales y humanos, sino para defenderse a sí mismo, para salvar sus propias tierras y sus hogares de un enemigo feroz y protervo.»
Así expresaba Iziumov las posiciones de gran parte de la burguesía rusa después del derrocamiento del zarismo.