Roberto Giammanco
Racismo y colonialismo
Pensamiento Crítico, La Habana, junio de 1968, número 17, páginas 127-180.
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Hoy más que nunca es posible entender en toda su plenitud la realidad del racismo y su relación con el colonialismo. El análisis crítico tiene, objetivamente, una oportunidad tal vez única en toda la historia del narcisismo occidental, pero en general prefiere no aprovecharla. Y es natural. Para comprender la dinámica y el significado del racismo, es necesario abandonar la lógica del sujeto-objeto, del Yo-no Yo, en otras palabras, negarse a un silencio cómplice. No es exacto decir que las categorías que el hombre occidental emplea están empapadas de racismo, cuando son el producto más preciado y refinado de la vejación, del predominio de la esfera del tráfico, de la unilateralidad social.
Todo razonamiento sobre los excluidos de todo el mundo, los oprimidos en distinto grado y con métodos diferenciados, humillados, quemados vivos, privados de algún modo del derecho a ser hombres, debe ser ante todo un razonamiento desde abajo, enfocado desde el ángulo de la exclusión, debe convertirse en un esfuerzo por ver las cosas a la luz de lo que la «civilización» clasifica sin vacilaciones como lo inferior, lo anormal, lo patológico.