Jean Cuisenier
El estructuralismo de la palabra, de la idea y de los instrumentos
Pensamiento Crítico, La Habana, julio-agosto de 1968, número 18-19, páginas 8-29.
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Se habla mucho del estructuralismo como de una doctrina, y hasta como de una verdadera filosofía. Y sin duda no es sin razón: ciertos textos de Lacan, la discusión de la Crí tica de la Razón Dialéctica por Lévi-Strauss, tal pasaje de Greimas o de Jakobson, la reunión misma en una sola entrega de Tiempos Modernos, de ensayos de lingüística, de matemática, de etnología y de sociología, bastan para indicar que hay mucho más en la invocación de la noción de estructura que el recurso a un sistema de conceptos elaborados con fines de análisis. Si en efecto, según la observación de Jean Pouillon, las palabras de estructura, organización, arreglo, disposición, son sinónimos, «no se necesita de ismo para sostener que las cosas están estructuradas, pues, diciendo eso, no se afirma nada más que la vaga posibilidad de su conocimiento. Es necesario que la estructura pueda ser discutida, que la extensión de esta noción y la realidad de lo que ella designa puedan ser impugnadas, para que el estructuralismo tenga un sentido como teoría y como método».