
Jean Paul Sartre
El movimiento estudiantil, una crítica radical de la sociedad
Pensamiento Crítico, La Habana, febrero-marzo de 1969, número 25-26, páginas 278-293.
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Después de la última gran manifestación de los estudiantes, en la noche del 11 al 12 de junio, cuando las barricadas se extendieron no solamente por el Barrio Latino sino por todo París, se dio un giro muy claro de la opinión pública. Mucha de la gente que había manifestado hasta entonces su simpatía por los estudiantes juzgó que éstos “exageraban” y que su “violencia estéril” perjudicaba su propia causa...
SARTRE. Sí, porque la opinión pública francesa –como todas las opiniones públicas– es necia. Es necia porque está mal informada porqué la prensa no hace su trabajo. Nadie ha tratado de explicar a la opinión pública el sentido de esta violencia de los estudiantes, que en realidad no es más que una “contra-violencia”. Contraviolencia no solamente ocasional contra los policías que los han provocado deliberadamente, sino contra una sociedad que los oprime (de esto hablaré en la siguiente entrevista). Ahora ya hay personas que tratan de explicarlo: son los miembros de los cuatrocientos comités de acción revolucionaria que realizan discusiones públicas y que hacen en la calle el trabajo de contraveneno, y debo decir que me parecen extraordinarios. Los veo trabajar en mi barrio, frente a la estación de Montparnasse o frente, al quiosco de periódicos del cruce Raspail-Montparnasse. Utilizan dos tácticas. La primera consiste en provocar una discusión entre un tipo bonachón, más bien indolente pero de izquierda, y un excitado de derecha. La gente que pasa se agrupa, cada uno dice lo suyo y, cuando el debate se ha establecido, los miembros del comité de acción se retiran dejando a los demás discutir entre sí.