Filosofía en español 
Filosofía en español


Pensamiento Crítico

 
Domingo del Pino

La diáspora palestina

Pensamiento Crítico, La Habana, mayo de 1970, nº 40, páginas 34-54.

La muerte está hoy en mis ojos como el olor de los nenúfares,
como quien se sienta al borde de la embriaguez.
Egipto (Dinastía XII)

Hoy, cuando el sol se oculta tras el Huerto de Getsemaní, no hay ningún Jesucristo desesperado que invoque a Dios, su padre, para pedir ayuda y consejos. Israel, consciente de su fuerza y poderío militar, no necesita de invocaciones extraterrestres. Además, los dioses parecen haber abandonado nuestro mundo definitivamente, y la solución de los problemas descansa en los hombres. Los ojos de Golda, el de Dayan, sólo se vuelven ahora hacia la Casa Blanca. El advenimiento de una nueva guerra posible está presente en los ánimos, pero más importante que el temor a esa guerra, la sensación culposa –edulcorada por una intensa propaganda– de la situación del pueblo palestino, que en pleno siglo veinte vive una «diáspora» moderna. Extraño sentimiento ya experimentado en otras épocas, contra el que siempre se encontró un antídoto eficaz. Los primeros sionistas de fines de siglo pasado lo sintieron: entonces aplacaron sus reticencias bajo el manto engañoso de la superior «labor civilizadora» que ellos iban supuestamente a realizar entre los palestinos. Durante la Segunda Guerra Mundial, la supervivencia estaba en juego. No era cuestión de detenerse ante problemas de conciencia.

Los palestinos han sufrido las consecuencias de las iniciativas sionistas, reflejo de los complejos europeos: colonización, antisemitismo, y posterior remordimiento ante la impasibilidad mostrada frente al genocidio del pueblo judío por la Alemania nazi. La lucha de los palestinos ha llevado hoy la inseguridad al interior de Israel, donde los más avanzados comprenden que ningún pueblo renuncia a sus derechos. Hasta hace unos años menospreciaron la capacidad de autodefensa palestina. Hoy ya saben que sin ellos no hay solución posible. Han surgido en Israel, aunque débiles, las primeras voces negociadoras.

Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf