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Pensamiento Crítico

Pensamiento Crítico 41

Vitalidad del marxismo

Pensamiento Crítico, La Habana, junio de 1970, nº 41, cubierta + páginas 1-9.

Presentación

A pesar de casi un siglo de “refutaciones” y ataques, y de toda suerte de asimilaciones para adecuarlo a la estructura de dominación burguesa, el marxismo es la ideología política más importante del mundo actual. La razón es conocida: las revoluciones contemporáneas tienen un enemigo común imperialista y la necesidad de abolir la explotación capitalista para alcanzar la verdadera liberación. Las ideas de Marx y de Lenin –único cuerpo teórico capaz de cimentar una concepción revolucionaria internacional apuntada hacia el comunismo– han influido en la búsqueda de los caminos revolucionarios de la toma del poder en los objetivos y en la prefiguración del fin que se pretende alcanzar y los medios idóneos para lograrlo.

Con lo anterior no se declara, sin embargo, la prepotencia del marxismo, sino el objeto de su desarrollo; éste se halla lejos de satisfacer todavía las necesidades del movimiento revolucionario actual. En los países en que se ha emprendido la transición al comunismo se multiplica la necesidad de enriquecer la perspectiva marxista, por dos razones fundamentales:

1. La toma del poder político es la premisa para revolucionar el conjunto de la vida social, pero esa trasformación implica el desquiciamiento sucesivo, continuado y heterogéneo de las estructuras y las ideologías prexistentes, y también de las que va creando el propio poder revolucionario –todo ello en relación obligada con las circunstancias internacionales de la revolución y de la contrarrevolución–. Instituciones e individuos han sido, hasta ahora, moldeados por el capitalismo, y del mundo apenas estrenado se recae a veces penosamente en el mundo que se quiere destruir, no solamente a causa de las “desviaciones”: el imperialismo detenta todavía una poderosa cultura material, y se sirve de una enorme cultura espiritual incomparable a la de cualquier época anterior; los revolucionarios comunistas impulsan el mundo de la miseria y el desvalimiento en un combate por las premisas de una existencia digna para todos, y están obligados a la dificilísima tarea de expropiar y cambiar de su signo burgués a aquella cultura para que concurra a la formación de una cultura nueva y distinta. Una teoría de la negación del modo de vida burgués es imprescindible, pero a condición de ser también capaz de servir a la afirmación de un nuevo modo social de vida.

2. El marxismo tiene historia, y el simple expediente de considerarlo siempre igual a sí mismo, o el de expurgar de las vertientes que no nos parezcan aceptables, sólo tiene la consecuencia de sustraernos experiencias que a veces han sido amargamente pagadas por el movimiento revolucionario, y estimular la detención dogmática de un pensamiento que se hace entonces inútil e indigesto. Por el enorme prestigio que tienen las ideas de Marx y Lenin, la ideología de las revoluciones comunistas está obligada a ser un instrumento para la trasformación o correr el riesgo de convertirse en un peso muerto.

La vitalidad del marxismo se comprueba en la medida de su capacidad para participar en la integración de nuevas conductas, y en su producción intelectual por la profundización en objetos teóricos que atañan verdaderamente a los problemas y a las perspectivas de la revolución. Pero todo cuerpo teórico presenta necesidades formativas relacionadas con el conocimiento de su aparato conceptual, su estructura y su historia intelectual, que en este caso ayudan a comprender el comportamiento teórico marxista ante la selección de problemas y ante su solución, hábitos del discurso teórico, reacciones ante el pensamiento no marxista, &c.

Pensamiento Crítico dedica esta vez su número a esa necesidad. Los artículos que publicamos pretenden contribuir, con opiniones nuestras y trabajos que han significado jalones en la historia de la teoría, a los estudios marxistas necesarios para la profundización de criterios teóricos en una revolución que es primogénita en América.

El artículo Marx y el origen del marxismo incide en un tema teórico muy transitado en esta década. Su premisa es la necesidad de abordar el marxismo –de Marx a hoy– con instrumentos marxistas; y sus objetivos son plantear problemas de la formación de la nueva teoría en el marco de una cultura y una circunstancia histórica determinada, los órdenes de relaciones entre la producción teórica y sus presupuestos ideológicos, y algunas apreciaciones sobre la naturaleza del pensamiento marxista.

En Los conceptos del marxismo “determinista” se hace la crítica de una interpretación del marxismo que ha influido entre nosotros, principalmente a través del examen de ciertos conceptos del discurso marxista y del análisis del famoso prólogo de Marx a la Contribución a la crítica de la economía política; todo ello desde una perspectiva que propone la necesidad de analizar los instrumentos de la práctica teórica marxista.

Los trabajos de Lukács y Korsch que reproducimos forman parte de las obras Historia y conciencia de clase y Marxismo y filosofía. Alabadas y atacadas durante casi medio siglo, han permanecido casi desconocidas para la mayoría de los marxistas, hasta que en los últimos diez años sucesivas ediciones les van quitando el carácter nocturno a su fama. Este destino ensombreció la posibilidad de enjuiciar uno de los movimientos teóricos más interesantes que se produjeron en una etapa crucial del movimiento revolucionario en este siglo: la del establecimiento de un poder revolucionario en Rusia bajo la dirección de Lenin y la aparición de movimientos revolucionarios en varias regiones de Europa, que no alcanzaron la victoria. También afectó a los autores: uno abandonó el movimiento revolucionario, y el otro claudicó en sucesivas autocríticas que no ayudaron nada al desarrollo del sentido de los deberes del intelectual comunista en la dictadura del proletariado.

Ambos trabajos fueron publicados en 1923. El de Lukács, La conciencia de clase, es el capítulo tercero del libro mencionado antes, que recogió un grupo de ensayos escritos por el autor en los cuatro años anteriores. Acaba de publicarse en España la primera traducción a nuestro idioma. Marxismo y filosofía es el trabajo principal de la obra del mismo nombre –que sepamos, traducido por primera vez al español–, que Korsch reeditó en 1930 precedido de una Anticrítica y seguido de algunos otros trabajos suyos de ese período.

Los temas que abordó el izquierdismo teórico, corriente representada por estos escritos –y en alguna medida por Rosa Luxemburgo, Mehring y otros; guardando también relación con la obra de Gramsci–, exigen un comentario demasiado amplió para este tipo de nota. Esperamos que el interés que despierten ambos artículos produzca juicios e interpretaciones críticas de un movimiento que quiso analizar la relación teoría-práctica en la producción teórica marxista, a partir de una determinada evaluación de las relaciones entre la teoría y la historia, que ellos entendieron daría la clave de una dialéctica revolucionaria para la filosofía marxista, frente al oportunismo socialdemócrata y la ideología burguesa.

Índice del número 41

Fernando Martínez Heredia, Marx y el origen del marxismo, 10-47

Jorge Gómez Barranco, Los conceptos del marxismo “determinista”, 48-76

Karl Korsch, Marxismo y filosofía, 77-147

Gyorgy Lukács, La conciencia de clase, 148-197

Carmen Gómez Lleras, Colombia: el que escruta elige, 198-207

Carlos Núñez, Panamá: el reformismo de los militares, 208-219

Víctor Casaus, Brecht, poeta, 220-231

Los autores, 232 + contracubierta

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