Carlos Tablada
Marxismo y II Internacional
Pensamiento Crítico, La Habana, septiembre de 1970, nº 44, páginas 122-147.
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Las últimas décadas del siglo XIX observó la formación del primer movimiento socialista de carácter internacional que se adscribió a la teoría marxista. Un conjunto de partidos nacionales obreros se vertebraron en los países más desarrollados de Europa occidental y central y en la Rusia zarista como partidos obreros de masas, convirtiendo, de cierto modo, el marxismo en su teoría e ideología oficiales. Este movimiento se denominó Socialdemocracia.
Sin embargo, la historia de la Socialdemocracia no discurre por las vías que desembocan en la revolución. Desde posiciones aparentemente revolucionarias, la Socialdemocracia marchó progresivamente, hacia el reformismo y la colaboración política con los partidos de la burguesía. El siglo XX fue testigo de este poso. La primera guerra mundial imperialista fue apoyada por los partidos socialdemócratas, significando este apoyo la «bancarrota» de éstos como movimiento socialista internacional. Los bolcheviques encabezados por Lenin le establecieron este alcance a su actuación; la revolución de octubre de 1917 le fijó el fin de todas sus apariencias revolucionarias; el marxismo tuvo su reencuentro con la revolución. Lo anterior no es sólo un problema histórico, es también un problema teórico e ideológico, pues la Socialdemocracia estableció una teoría y una ideología, que fueron también marxistas. Y es aquí donde las situaciones se repiten; en nombre del marxismo se enfrenten corrientes de pensamiento y actuación política diferentes.