Orlando Caputo & Roberto Pizarro Hofer
El desarrollismo y las relaciones económicas internacionales de América Latina
Pensamiento Crítico, La Habana, diciembre de 1970, nº 47, páginas 92-207.
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Si actualmente se preguntara a investigadores sociales de América Latina acerca de la importancia del estudio de las relaciones económicas internacionales de la región, pocos responderían en forma negativa. Sin embargo, cuando esto se plasma en investigaciones, ensayos, programas, aparecen diferencias de matices y hasta enfrentamientos teóricos y metodológicos.
En su libro Imperialismo, dependencia y relaciones internacionales –del cual se publica aquí el capítulo segundo– Orlando Caputo y Roberto Pizarro realizan el análisis del tema desde una perspectiva que les permita criticar tanto los supuestos de la teoría ortodoxa del comercio internacional como la posición desarrollista implementada por CEPAL, y que a la vez les sirva como marco teórico referencial al abordar las relaciones económicas internacionales de América Latina. En el capítulo tercero señalan: «creemos que el estudio del imperialismo entrega tal cúmulo de elementos significativos que la recuperación de ellos abre hoy día una nueva perspectiva teórico-metodológica de comprensión de la realidad de América Latina. En tal sentido, se ofrece un ángulo distinto al de la teoría del desarrollo, que es precisamente la teoría de la dependencia, la cual, como señalamos en la introducción a esta tesis, enfrenta el subdesarrollo a partir de una totalidad que comprende la economía mundial, centro hegemónico del sistema, las estructuras dependientes y las relaciones económicas entre el centro y los países dependientes». Tratan, de esta forma, de salir tanto de los supuestos que informan la economía neoclásica, keynesiana y poskeynesiana como de todo intento modernizador de los mismos. La alternativa planteada es: «modernización teórica» o «ruptura epistemológica».
Aunque más adelante apuntaremos sus fuentes teóricas, es necesario reconocer en ellos la continuación de una línea de trabajo de investigación comenzada hace un tiempo por un grupo de científicos sociales, en su mayoría latinoamericanos. Andrés G. Frank, Theotonio dos Santos, Ruy Mauro Marini, F. H. Cardoso, Enzo Faletto, Tomás Vasconi, entre otros, contribuyen con sus análisis y críticas (diferenciables entre sí tanto en su objeto de estudio como en algunos puntos de vista) a esclarecer una nueva perspectiva, aún no del todo estructurada; que permita guiar la investigación de los múltiples problemas latinoamericanos.
Los autores inician su libro con un capítulo destinado a criticar la teoría ortodoxa del comercio internacional. Parten de considerarla como una proyección de la llamada «teoría económica» que tiene como supuestos la asignación óptima de los recursos, el comportamiento racional tanto de productores como de consumidores, la inexistencia de coacción de ofertantes y demandantes, el sistema de precios como orientador de la actividad económica. A partir de ellos el sistema opera en forma natural (equilibrio óptimo). Su manifestación a nivel internacional: la existencia de una lógica interna del sistema internacional que conduce necesariamente al equilibrio, la asignación óptima de los recursos a nivel internacional, las relaciones económicas entre los países, considerada en base a la libre competencia de éstos en el mercado internacional, los precios en el mercado mundial definidos por las leyes de oferta y demanda. Las preguntas ¿qué mercancías compra y vende un país? ¿en qué condiciones se venden y compran las mercancías?, descansan en los supuestos del principio de las ventajas comparativas (cada país debe especializarse en la producción del bien que tiene mayor ventaja comparativa). Este principio tiene a su vez como supuestos: que los países actúan como unidades autónomas en el comercio internacional, la función de producción en los países es idéntica, los gustos y preferencias son constantes, competencia perfecta y, en consecuencia, precios sensibles a los cambios operados en las relaciones de oferta y demanda.
La crítica teórica y metodológica a los supuestos de la teoría ortodoxa del comercio internacional (considerada formal, ahistórica y apologética) se lleva a cabo a partir de conceptos como los de economía mundial, integración mundial del sistema, división internacional social del trabajo, los cuales hacen comprensible el carácter de las relaciones internacionales. Sin embargo, Caputo y Pizarra sostienen que profundizar esta crítica requiere un trabajo analítico de las corrientes que se agrupan en la teoría tradicional, dándole así carácter de primera aproximación a los «apuntes» presentados.
Una vez realizada la labor crítica a los supuestos, al método y a los intentos de modernizar la teoría (es el caso de French-Davis y Griffin en su libro Comercio internacional y política de desarrollo económico, FCE, 1967) efectúan el análisis y la crítica del desarrollismo: «surge como una necesidad vital romper con la teoría capaz de comprender la realidad latinoamericana». A ello dedican el capítulo segundo.
Caputo y Pizarro consideran al desarrollismo como una «modernización teórica» de la ortodoxia del comercio internacional, en tanto crítica y levanta algunos supuestos de la misma permaneciendo, no obstante, dentro del mismo modelo de análisis. Por otra parte demuestran, mediante un notable trabajo de elaboración y análisis de datos, «que la concepción desarrollista acerca de las relaciones económicas internacionales de América Latina equivoca el foco central del problema al dirigir sus fuegos hacia las relaciones de carácter comercial.
En este sentido la explicación de la crisis del balance de pagos aparece producto del «desequilibrio implícito» en cuenta de mercancías a consecuencia del deterioro de los términos de intercambio. Es decir, no se toman los elementos determinantes que explican las relaciones económicas internacionales puesto que, en lo que se refiere a la crisis del balance de pagos, son precisamente los movimientos de servicios –particularmente los servicios del capital– los que dan realidad a este fenómeno».
Por último, en este mismo capítulo se acomete la crítica de las funciones asignadas por la teoría desarrollista al capital extranjero.
En el capítulo siguiente presentan un intento de sistematización teórico-metodológico de las principales tesis acerca del imperialismo en Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo y Bujarin, que tiene como objetivo destacar aquellos elementos «que permiten enfrentar el estudio científico del sistema capitalista mundial y, asimismo, el estudio de las relaciones económicas internacionales, en especial, entre países dominantes y dependientes».
Como aportes teórico-metodológicos de los clásicos del imperialismo, los autores destacan: «el énfasis que se pone en la necesidad de la comprensión del sistema a partir de la economía mundial capitalista», «el carácter que asume el monopolio como elemento rector de la economía capitalista», «entender el comercio mundial en base a la división internacional social del trabajo, lo cual permite estudiar la relación de comercio desigual». Tomadas como puntos de partida, sus nociones teóricas necesitan ser, sin embargo, revaloradas críticamente; Caputo y Pizarro entienden que la comprensión de la dependencia contribuye a la ampliación y reformulación contemporáneas de la teoría del imperialismo.
El último capítulo, uno de los más importantes, está dedicado a la discusión de los cambios más significativos ocurridos en el sistema capitalista mundial: la forma dominante de capital (¿financiero o corporativo?), el carácter del proceso de innovación y aplicación de la tecnología, el proceso de concentración y centralización en el sistema capitalista monopólico, el carácter hegemónico de la economía norteamericana, las características de la exportación de capitales en la época actual. Aquí Caputo y Pizarro conjugan sus juicios sobre puntos importantes (por ejemplo, rechazan los criterios que restan importancia al sector exterior para la economía norteamericana) con la exposición circunstanciada de las tesis de autores conocidos, a veces divergentes entre sí.
La obra de la cual forma parte el texto que se ofrece a continuación tiene un mérito como conjunto que no excluye sus logros particulares: contribuye a la formación de una nueva visión de la ciencia económica que pueda ofrecer conceptos y teorías útiles para el conocimiento de las realidades sociales de América Latina y premisas para las políticas que pretendan su revolucionamiento.
Niurka Pérez